Woodstock discapacitado
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Netflix rescata con 'Crip Camp: A Disability Revolution', que ganó el Premio del Público en Sundance, otra forma del sueño hippieEntre las películas estrenadas en exclusiva por Netflix en los últimos días merece la pena detenerse en el documental 'Crip Camp: A Disability Revolution', que ... ganó el Premio del Público en el Festival de Sundance, celebrado cuando todo era normal, el pasado enero. Tiene como productores ejecutivos a Barack y Michelle Obama y habla de una revolución de los discapacitados vinculada directamente a las rupturas culturales y sociales de finales de los años 60 y comienzos de los 70. Una de las entrevistadas explica que cuando vio en la prensa que se iba a celebrar el festival de Woodstock en agosto de 1969, ella quería estar ahí. Pero como tenía una grave discapacidad desde niña, no podía ir. Dos años más tarde el campamento Jened vino a solucionar sus ansias: allí se reunieron durante varias semanas discapacitados de toda índole que en su mayoría se despegaban por primera vez de la tutela familiar y convivían y se expresaban como les venía en gana. No era Woodstock, pero también había música de forma espontánea, autogestión, amor libre, convivencia, risas y amistad.
Lo mejor es que hay abundante material rodado en el propio campamento en 1971, y que en él los participantes cuentan lo que viven y muestran esa convivencia con su punto de caos. Un material que los directores James Lebrecht y Nicole Newnham aprovechan muy bien para mostrar aquellas aspiraciones. Evitan también el tono de autosuperación buenista. Lebrecht es además uno de los personajes más interesantes del filme. Desde pequeño sufre una inmovilidad en las piernas que no le impidió moverse y buscarse la vida desde niño (sus super 8 familiares son asombrosos), y trabajar como técnico en un teatro de California. Explica cómo el espíritu de aquel campamento se extendió: «Quería estudiar acústica para trabajar de técnico de sonido de los Grateful Dead. Cuando llegué a California mi vida cambió por completo. Intenté aprender a hacer surf. Por ridículo que parezca, sentía que había superado mi discapacidad. La bahía de San Francisco era salvaje. Había un movimiento de discapacitados radicales que se estaban creando su propio mundo».
Pero el número 1 de los estrenos de Netflix lo ocupa en los últimos días 'Hogar'. Sus directores, los hermanos Alex y David Pastor que, curiosamente, antes hicieron dos películas víricas, la americana 'Infectados (Carriers)' y la española 'Los últimos días', ahora se encuentran con el público cautivo para recibir su thriller de ámbito doméstico, con Javier Gutiérrez como protagonista y Mario Casas como víctima. Resaltan sus similitudes con la oscarizada 'Parásitos' de Bong-Joon ho, aunque por tiempos no cabe sospechar de plagios ni influencias. Javier Gutiérrez, con su capacidad para ejercer de buen ciudadano normal y convertirse en psicópata sin aspavientos, hace el tránsito a través de un ejecutivo de publicidad que se queda sin trabajo y tiene que dejar su lujosa vivienda. Pero le tienta espiar a los nuevos inquilinos. Los hermanos Pastor estiran la situación hacia lo inverosímil, también hacia el thriller convencional. Pero la factura cinematográfica es muy notable, y el argumento engancha no sólo como entretenimiento, también por el modo en que ridiculiza algunos aspectos de la vida moderna.
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