Un teórico punto final que termina con puntos suspensivos
Oficialmente 'Ofrenda a la tormenta' es el remate del proyecto baztanés de Dolores Redondo, una trilogía traducida a decenas de idiomas de la que se han vendido más de dos millones de libros, sin contar la precuela, 'El lado norte del corazón', publicada el año pasado, en la que empieza a tomar formar Amaia Salazar. Un personaje cuyo potencial no está agotado, como ha reconocido la propia escritora, que no suelta prenda acerca de la novela en la que lleva meses trabajando.
La mirada de Marta Etura en el último plano de 'Ofrenda a la tormenta' parece sugerir que la despedida de Salazar no es definitiva. No es una mirada que ponga un punto y final. Traza, más bien, puntos suspensivos. «Bien visto –admite Etura–, no es una mirada que lo deja todo cerrado, tiene un claro propósito, pero de momento no hay nada de nada. Además, son decisiones que toman otros». En caso hipotético, supuesto, de que Amaia Salazar volviera a la literatura y al cine, Marta Etura «estaría encantada, pero no hay nada».
Lo que de momento, con decenas de rodajes en el aire, lo que tampoco hay es trabajo: «Ahora mismo la situación es muy difícil, muy triste, nuestro sector se va a ver muy afectada por la pandemia, porque aunque la gente se fije en los actores una película da trabajo a muchísimas personas. Tengo la esperanza de que cuando esto pase vayamos a todo ritmo, porque durante el confinamiento se ha confirmado que somos unos grandes devoradores de historias».
Es lo que ella hace mientras aprovecha «las posibilidades de introspección» que ofrece la situación actual, uno de sus escasos aspectos positivos. «Como no puedo rodar –afirma– estoy leyendo historias, buscando personajes femeninos interesantes. Afortunadamente, cada vez hay más». Busca historias interesantes «con el deseo de poner en marcha algún proyecto en el que me gustaría implicarme en otras fases del proceso».