Pérdidas y encuentros
Botón de play ·
Los estrenos de la coreana 'Last Child' y la argentina 'Fin de siglo' en Filmin revelan notables cineastas nuevos para el drama íntimoHay que aprovechar el tirón de 'Parásitos' y la llamada de atención que supuso el Oscar. Y no lo decimos como acusación de oportunismo hacia ... nadie, al contrario: bienvenidas sean todas las repentinas miradas hacia el cine de Corea del Sur para que pueda seguir su pujanza y diversidad, aunque no ha estado precisamente oculta a los espíritus inquietos durante las dos últimas décadas. Tampoco a nidos cinéfilos como Filmin, que ahora estrena una película destacada de la producción surcoreana reciente, y que no había llegado a nuestros cines.
'Last Child' es la ópera prima de Shin Dong-seok y sin embargo muestra una madurez cinematográfica y un pulso para manejar el drama que no es propia de un principiante y augura nobles lugares para las próximas películas del director, Shin Dong-sheok.
Se ha comparado, con buena voluntad, 'Last Child' con 'Hasta siempre, hijo mío', el majestuoso drama chino que nos conmovió y deslumbró el año pasado, tras ganar el Oso de Oro de Berlín. Ambas tienen en común la pérdida de un hijo (y de modo parecido) como motor del drama de los padres, pero si el filme de Wang Xiaoshuai se extendía en duración y en el ámbito histórico-sociológico, 'Last Child' se concentra en las consecuencias emocionales de la desaparición del chaval, no solo para los padres, también para sus compañeros, y en especial de uno que en cierta medida se convierte en sustituto, al menos temporalmente. El eco social de esa tragedia abarca las difíciles fronteras entre amistad, rivalidad, compañerismo y perversidad en esas frágiles edades juveniles, y las reacciones del instituto como corporación protectora, no siempre para bien. Y por ahí andan la culpa, el silencio cómplice y la mentira.
'Fin de siglo' se publicita como «la mejor película gay del año» pero trasciende esas etiquetas
Pero 'Last Child' se centra sobre todo en el complicado recorrido de los padres que, tras intentar asumir la tragedia y rehacer sus vidas, encuentran inesperadas e incomprensibles sombras en la historia de su hijo que parecía haber muerto como un héroe que quiso salvar la vida de un amigo.
La fragilidad del chaval superviviente pero necesitado de afecto y que naufraga en el manejo de los sentimientos de culpa y desprecio completa un triángulo de personajes cuyas emociones tienen casi el tono de un thriller pausado, magníficamente medido y encuadrado y con estupendos actores, en un crescendo hacia un final osado pero muy expresivo.
Otro estreno de Filmin en estos días es la argentina, ambientada en Barcelona, 'Fin de siglo', ópera prima de Lucio Castro, que tuvo un estreno limitado después de pasar por la Seminci de Valladolid, pero no llegó a los cines de San Sebastián. Tras el socorrido eslogan que ostenta, «la mejor película gay del año», lo bueno es que el filme trasciende con imaginación etiquetas, formas de relación y hasta las convenciones del tiempo. Empieza como un amor a primera vista, unas miradas, un encuentro muy carnal y fogoso, y lo que podía ser un 'si te he visto no me acuerdo' deviene en triple historia sobre las múltiples posibilidades de las relaciones, de las elecciones e incluso de la imaginación. Un filme cálido y natural desde su color y su luz, con desinhibidos actores, que cultiva sus pocos personajes y escenarios dotándolos de posibilidades abiertas, afectos sentidos o soñados, y un minimalismo nada vacuo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión