«Esta biografía de Campión es muy interesante porque la escribió alguien que lo conoció»

El encadenamiento que permite saber algo más de los tres autores justifica también la imagen de la matrioshka –esa muñeca rusa que guarda otra en su interior, y otra, y otra...– utilizado para referirse al libro por el académico y la académica navarros Patxi Zabaleta y Sagrario Aleman. Ambos han prologado un libro que no es una biografía al uso, y que ha llegado hasta los lectores – está a la venta en las tiendas de Elkar y en la web de Euskaltzaindia– después de un periplo bastante inusual.

El navarro Arturo Campión fue una figura muy destacada, y extremadamente polifacética, del universo político y euskaltzale de las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX. Fuerista que derivó en nacionalista moderado; político; jurista; escritor –prolífico en castellano y algo menos en euskera– que tocó casi todos los géneros; también lingüista...

Campión fue uno de los fundadores de Euskaltzaindia-Real Academia de la Lengua Vasca, que se constituyó en 1919 en Oñati bajo los auspicios de las cuatro diputaciones. Junto con Resurreccion Maria Azkue, Luis Eleizalde y Julio Urkixo, fue uno de los cuatro primeros miembros de una Academia que pronto elevaría su número a doce. Entre esos doce se encontraba José Agerre, 35 años más joven y un poco menos moderado que Campión, a quien admiraba y consideraba su maestro.

José Agerre, que en los meses previos a la Guerra Civil fue presidente del Napar Buru Batzar del Partido Nacionalista Vasco y estuvo sometido a un estrecho marcaje durante el franquismo, se dedicó a la enseñanza de idiomas, a la escritura tanto de artículos periodísticos como de piezas literarias... Y a escribir una biografía de Arturo Campión que nunca llegó a ver la luz.

En 2002, el investigador Joxemiel Bidador, que había tenido acceso al original inédito, lamentaba en un artículo que Agerre «no escribiera para ser publicado, ya que así habría tratado de hacer una obra menos apologética y más científica». «Agerre era consciente de que en plena dictadura su trabajo no se iba a publicar, por lo que no se aplicó ningún tipo de autocensura», escribió Bidador, y en consecuencia se dejó llevar por «la acendrada y desmedida admiración por el maestro, lo que da como resultado una obra totalmente subjetiva y parcial».

A pesar de que la situación cambio, el trabajo de Agerre no llegó a publicarse, pero Sagrario Aleman recuerda que en una ocasión en la que Bidador fue a dar una charla al euskaltegi Arturo Campión de Pamplona, del que la académica era directora, comentó que estaba trabajando en un libro basado en los escritos de Agerre.

Cuando Bidador falleció sin haber llegado acumplir los 40 años, entre sus papeles se reencontró el material al que se había referido en aquella visita. «Desgraciadamente –ha afirmado Aleman-, no hemos encontrado entero el libro de Agerre, porque parece que Bidador había eliminado partes que no necesitaba para su trabajo».

Frente a biografías exhaustivas como la de José Javier López Antón, la de Agerre es bastante parcial. ya que se centra en los trabajos literarios de Campión y en algunos de los debates políticos que mantuvo. Tampoco aporta grandes novedades, pero según Aleman «es muy interesante porque la escribió alguien que conoció y trató a Campión y proporciona testimonios directos, aunque no siempre sean muy objetivos».