Bingen Zupiria: «No comparto que la cultura deba recibir una respuesta especial ante la crisis»
Consejero de Cultura y Política Lingüística ·
El consejero de Cultura reconoce el valor de creadores y artistas para la sociedad, pero lamenta la difusa situación del peso económico del sectorEl consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria (Hernani, 1961), asume que el parón provocado por la pandemia del coronavirus se cobrará sus 'víctimas' ... en el sector porque «será difícil sostenerlo todo», pero apuesta por «identificar en qué destacamos y fortalecer esas actividades». Zupiria asegura que aunque «muchos sectores consideran que la cultura debe recibir una respuesta diferenciada» ante la crisis, «yo defiendo lo contrario. No quiero ver a la cultura en un cajón especial».
- Se han celebrado las grandes citas del verano cultural donostiarra -Jazzaldia, Quincena y Zinemaldia- y se ha demostrado que la cultura es segura, si las medidas se cumplen.
- Efectivamente y puedo decir que se ha hecho un gran trabajo desde el Ayuntamiento de San Sebastián para generar actividad cultural, más allá de los festivales. Estábamos convencidos de que teníamos que hacer una apuesta para que hubiera actividad cultural en verano organizando muy bien las cosas porque era la única forma de asegurarlo. El Ayuntamiento y la ciudad han generado una actividad cultural bastante variada que ha llegado a muchas personas. La gente ha asumido su compromiso y ha comprado sus entradas, con el broche del Jazzaldia, la Quincena y el Zinemaldia. He estado en otros lugares y tengo que decir que no he visto nada parecido al Zinemaldia en cuanto a condiciones de seguridad y tranquilidad para el público. No sabemos cómo serán los próximos meses, seguramente habrá muchos altibajos, pero creo que por parte de todos hay una intención de mantener la actividad, en las condiciones y con los aforos que sean.
- Sin embargo, pese a toda esta seguridad, parece que se ha penalizado al sector y ahí está la reducción de aforo del Kursaal a 400 personas que, tal y como señalaba el alcalde, prácticamente hace inviable su programación.
- La vida no es como un periódico, que tiene secciones, o como un gobierno, que tiene departamentos. Con los datos de contagios que estamos teniendo no cabe otra opción. Estamos minusvalorando la apuesta que se hace por mantener la actividad cultural, aunque sea en términos restringidos. Lo más fácil habría sido suspender, pero hay una apuesta por no hacerlo. Me preocupan los agentes privados y profesionales de la cultura porque entiendo que necesitan una expectativa de que podrán hacer cosas.
- ¿Y está en disposición de dársela?
- Creo que es nuestra obligación y ése ha sido el empeño que hemos tenido.
- Pues algunos no la ven. ¿Qué va a pasar con las salas de conciertos privadas?
- Vamos a tener que pensar entre todos cómo mantener una actividad y unas estructuras durante los próximos meses y años. Es lo que hemos hecho este verano y tendremos que hacerlo entre todos en los próximos meses.
- Estas salas se reivindican como agentes culturales y lamentan que se les confunda con ocio nocturno.
- Entiendo la crítica y soy sensible a ella, pero yo que soy consejero del Gobierno Vasco y su portavoz, debo decir que me llega de todos los sectores. Todo el mundo está mirando su situación particular y es perfectamente comprensible, pero eso no da más razón a unos que a otros. Estamos en una situación en la que hemos limitado movilidad, horarios, reuniones de personas... Esto va a afectar a todo el mundo. Estamos trabajando con las salas privadas en ver si encontramos una fórmula para apoyarlas económicamente a cambio de una actividad y creo que es posible. También es cierto que hay salas en el país cuya actividad depende en gran medida de que el viernes y el sábado a la noche se puedan llenar de gente consumiendo alcohol, y eso va a ser muy difícil de mantener. Nuestra prioridad va a ser conservar la actividad cultural y en la mayor parte de las salas eso es posible y en algunas, no. Y en este sentido, está habiendo comportamientos modélicos en el mundo privado, como lo que están haciendo Izaro con sus conciertos en el Kursaal o la ABAO para salvar el primer título de la temporada, igual que la Euskadiko Orkestra. No hay otra porque si no, vamos a suspenderlo todo.
- En esta situación, ¿cuál es el principal objetivo de Cultura para esta legislatura?
- El de 2020 ha sido mantener todos los programas y convocatorias públicas que teníamos para fomentar la creatividad, la producción y la difusión. Y lo hemos hecho. Para los próximos años la apuesta pasa por mantener las estructuras para que cuando esto se supere podamos dar lo mejor de nosotros mismos y en aquellas áreas en las que la cultura ha despuntado -artes visuales, creación audiovisual o literatura- podamos situarlas en otro nivel. Es un reto colectivo.
«Estamos minusvalorando la apuesta por mantener la cultura; lo más fácil hubiera sido suspenderlo todo»
actividad cultural
«Todo no se salvará en la cultura, pero debemos identificar en qué sectores destacamos y fortalecerlos»
recuperación
- ¿Se corre el riesgo de mantener estas estructuras, pero para unos sectores en riesgo y que para entonces quizás ya no existan, víctimas de este parón?
- Espero que no. Será difícil sostenerlo todo, pero es algo que va a pasar en todos los sectores: el industrial, el del comercio, en los servicios. Todo no se salvará, pero tenemos que identificar en qué destacamos y fortalecer esas actividades. Y luego creo que tenemos dos o tres retos más estructurales.
- ¿Cuáles?
- En esta crisis me he encontrado con que hablamos del valor económico de la cultura, pero cuando se hace un análisis de su aportación no aparece. O de su papel en la innovación, pero no somos capaces de identificar los criterios que nos homologarían a otras actividades.
- ¿Puede poner algún ejemplo?
- En muchos análisis económicos la cultura no figura como sector: en unos aparece como servicios o como ocio, y en otros, como actividad recreativa. Por otra parte, debemos tener una visión más amplia de la cultura. El mundo que vendrá después nos plantea retos como la digitalización y cada disciplina tendrá que pensar cómo se vincula a ese proceso, que no pasa por convertir la página de un libro en un PDF. Además, tenemos que incorporar nuevas disciplinas a esto que llamamos Cultura. Y ahí situaría, por ejemplo, la divulgación científica.
- Lo que se ha puesto de relieve esta crisis es que el sector profesional de la cultura vivía en un caos administrativo que ha dificultado incluso el reparto de las ayudas. La Administración también tendrá ahí su parte de responsabilidad...
- Hay una parte más teórica: el mundo de la cultura no quiere verse mezclada con otras actividades. Considera que tiene unas características diferentes y que, por lo tanto, debe recibir una respuesta diferenciada.
- ¿Lo comparte?
- No, estoy defendiendo lo contrario. Admito que la actividad cultural tiene sus propias características, pero yo no la quiero en un cajón especial. Cuando se hace el análisis económico de la actividad cultural vasca, la quiero ver junto al sector manufacturero, el turismo o los servicios. Quiero que se la reconozca como una actividad económica más, pero mucha gente en el mundo cultural cree que su ámbito necesita otro trato y no estoy totalmente de acuerdo con ese planteamiento.
- Hay países que sí apuestan por ese tratamiento especial.
- Sí, bien, pero me cuesta ver a la cultura en nuestro país en los términos analíticos y estadísticos en los que se hacen. Tenemos un discurso sobre los valores intangibles que la cultura aporta a la sociedad, pero luego tendrá que situarse en alguno de los epígrafes de las actividades económicas del país.
- ¿Y eso no es tarea de la Administración?
- Tampoco por parte del sector ha habido esa preocupación, ¿no? Y yo la tengo y creo que es algo que debemos hacer entre todos para que esas profesiones de la cultura tengan unas determinadas características laborales, fiscales y económicas.
«Trabajamos para acordar con las salas de conciertos un apoyo económico a cambio de una actividad»
iniciativas privadas
«No creo que Gobierno Vasco, Ayuntamiento y Diputación debamos tener un bono cultura cada uno»
consumo cultural
«Queremos que Euskadi sea un referente cultural en Europa, no en todo, pero sí en algunos ámbitos»
internacionalización
- Anunció hace unos meses la creación de un Estatuto del Artista.
- Hay cuestiones vinculadas a ese estatuto que dependen del Gobierno Vasco, pero otros aspectos -como los de la fiscalidad- que corresponden a las diputaciones forales y otros, al Gobierno central. Nuestra intención es trabajar con esos sectores de la cultura para plantear las posibles soluciones a cada nivel institucional.
- ¿Va para muy largo?
- Vamos a empezar inmediatamente y es una de las tareas que asumimos para esta legislatura. Hay una base aprobada por una comisión del Senado español.
- En mayo mostró su rechazo al bono cultura, pero se comprometió a buscar otras fórmulas que impulsaran el consumo cultural.
- Una de las fórmulas que hemos planteado es toda la propia actividad en la que nos hemos implicado en Donostia y las demás capitales durante este verano. Es algo que tendremos que seguir haciendo en los próximos meses. Nos hemos comprometido con la realización de cortometrajes, la adquisición de libros para las bibliotecas públicas de cada municipio, la catalogación de la música vasca... No tenemos que duplicar una acción. No creo que el Ayuntamiento, la Diputación y el Gobierno Vasco tengamos que poner un bono cada uno para consumir cultura. Tenemos que ser capaces de determinar qué debe aportar cada uno, desde su competencia, para que toda la cadena de valor funcione. Cuando los responsables instituciones hablamos de 'cultura' debemos expresar con más claridad que se trata de una actividad cuyo fomento compartimos y que es el resultado de la acción de todos.
- ¿No cree, tal y como van las cosas este otoño, que vamos a mirar con nostalgia esa actividad cultural de verano?
- Espero que no. Bilbao celebrará Zinebi, es decir, ha hecho también la apuesta de mantener de la forma presencial que sea posible en una situación sanitaria complicada su festival de documentales y cortos. San Telmo, Tabakalera, la Euskadiko Orkestra, el Guggenheim, Artium o el Bellas Artes están trabajando en sus próximas programaciones.
- Pedía hace unos meses que el consumidor fuera el protagonista. A estas alturas, ya se puede decir que ha respondido, ¿no?
- El consumidor ha respondido y en Donostia hay un ejemplo clarísimo con este verano que hemos tenido. También los hay en Bilbao, con las programaciones del Arriaga o del Euskalduna y vamos a verlo ahora en Vitoria con el Festival Internacional de Teatro. En una situación en la que estamos todos emocionalmente fastidiados, es muy importante que se celebren festivales, conciertos y obras de teatro, y que el público se sienta seguro y esté dispuesto a pagar por ellos.
- La directora general de Tabakalera, Edurne Ormazabal, asumía hace unas semanas como posible un recorte de en torno al 20% en las aportaciones institucionales al centro.
- Al final las de este año no se han reducido un 20%, ha sido en torno al 10%, y el año que viene deberíamos mantenernos por lo menos en esas cifras. Las aportaciones del año que viene van a depender de cómo se cierren los presupuestos de cada institución, pero a mí me gustaría que se mantuvieran las de este año. Sin embargo, tan importante como los recursos es dónde centramos la actividad.
- Aunque sea un ejercicio de futurología, ¿qué panorama cultural vislumbra al final de esta legislatura?
- Me gustaría recuperar la proyección internacional de la cultura vasca, en donde se estaban dando pasos muy importantes. Eso exige una actividad presencial en algunos casos, pero en otros no. Potenciar la traducción literaria es algo que tenemos que hacer sí o sí, igual que fomentar la creación en las artes visuales y su proyección al mundo. Y también hay que apoyar al sector audiovisual para que cada año o dos años tengamos obras importantes, como 'Handia', 'La trinchera infinita', 'El hoyo', 'Dar-Dar' o 'Errementari'.
- Toda la cadena de la industria cinematográfica, empezando por las salas de cine, está padeciendo una barbaridad...
- Sí, pero también están yendo mejor aquí que en el resto del estado. Hay una industria audiovisual que va más allá de las salas de cine y que tiene que existir. El gran reto que nos plantea esta situación es que tenemos que ser capaces de generar contenidos culturales y colocarlos en el mundo, más allá de que en un momento una biblioteca o una sala de cine estén abiertas o cerradas. Quiero que eLiburutegia al final de esta legislatura sea mucho más potente que en la anterior y que la biblioteca digital nacional vasca sea ya una realidad. Y deberíamos sentar las bases para esa ambición que tenemos de que Euskadi sea un referente cultural en Europa, no en todo, pero sí en algunos ámbitos.
«Aspiro a por lo menos mantener el próximo año el presupuesto de 2020»
Bingen Zupiria espera que el próximo año su departamento conserva al menos el mismo presupuesto de este accidentado 2020, aunque con diferentes partidas reestructuradas de acuerdo con los objetivos a corto y a largo plazo.
- ¿Habrá recorte presupuestario en Cultura?
- Yo aspiro a que por lo menos mantengamos el presupuesto de 2020 y podamos articular las prioridades que exige este momento.
- Se reestructurarán.
- Tenemos que establecer las prioridades, unas a corto plazo para mantener las estructuras que necesitamos y otras a largo, para que aquellas disciplinas en las que estemos más fuertes destaquen, también en el ámbito internacional.
- Me dirá que no, pero ¿le ha restado impulso en el departamento de Cultura la portavocía del Gobierno Vasco?
- Todavía llevo muy poco tiempo, quizás haga falta más perspectiva para responder a eso. La portavocía me quita parte del tiempo que de ordinario dedicaba al departamento, pero tengo un buen equipo que me puede ayudar a resolver esa situación. Quiero mantener una presencia activa en los eventos culturales del país.
- ¿A qué obedece el relevo de Joxean Muñoz como viceconsejero de Cultura?
- Joxean me comentó que estaba casi en edad de jubilarse, que le costaba mucho desplazarse continuamente en medio de esta situación sanitaria y que creía que debía cuidar de sí mismo. Su intención era dejar el departamento. Yo le he pedido que siga trabajando con nosotros, aunque no sea viceconsejero.
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