«El arte y la arquitectura comparten la creación de formas de la experiencia y el habitar humano»

Según sostiene Golvano, con los trabajos reunidos en las cuatro galerías ha pretendido demostrar que «el hacer proyectivo, imaginario y creativo de la arquitectura se mueve en un hacer similar y análogo al de las artes». «La arquitectura tiene voluntad de cumplir un programa de usos sociales que el arte no tiene, pero ambas actividades tienen una conexión profunda porque comparten la creación de formas plurales de la experiencia y del habitar humano», explica. O dicho de otro modo: «Tanto la arquitectura como el arte crean formas nuevas, ya sean espacios habitables o formas que producen experiencias y figuras nuevas sobre lo que puede ser pensado o experimentado». La idea, por tanto, es utilizar el arte «para contemplar la arquitectura y el urbanismo mediante imágenes que no sólo constituyen un archivo, sino que emplean formas reflexionadas a partir de la propia belleza de esas imágenes».

La exposición de Altxerri lleva por título 'White City', que es el nombre de un barrio de Tel Aviv levantado en los años 30 del pasado siglo. El fotógrafo alemán Christof Klute ha fotografiado las fachadas de algunos de los 4.000 edificios que allí se construyeron siguiendo el estilo de la Bauhaus. Como recuerda el comisario Fernando Golvano, la Gran Depresión y la irrupción de Hitler en Alemania causó una migración masiva al territorio británico de Palestina. En el diseño de aquella 'ciudad blanca' trabajaron muchos arquitectos provenientes de Europa cuyo objetivo fue «crear nuevas bases para una existencia en común».

Tanto es así que la denominada White City posee el mayor número de edificios construidos «de acuerdo con los principios del Movimiento Moderno en el mundo». «Es casi una ciudad utópica y el trabajo de Klute tiene el valor de mostrar un patrimonio casi desconocido, ya que a menudo se piensa que casi todo el patrimonio arquitectónico de la escuela Bauhaus y racionalista está en esta parte de Europa», destaca Golvano, quien también recuerda que en 2003 la Ciudad Blanca de Tel Aviv fue declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO por ser «un ejemplo sorprendente de planificación urbana y arquitectura para una nueva ciudad que data de principios del siglo XX».

El centenario de la Bauhaus también es el leitmotiv de la muestra que presenta José Luis Lanzagorta en Altxerri. Según apunta Fernando Golvano, el donostiarra recoge el «bagaje» de los diseñadores de la escuela alemana y «lo reinterpreta a través de series y variaciones en un trabajo de memoria y readaptación». En su taller Begiaundi Press, Lanzagorta ha creado grabados impresos en prensa tipográfica manual, en edición limitada y numerada, en homenaje a la Bauhaus y sus maestros. «Hay una labor de investigación en las tipografías y formas básicas de la cultura y el diseño, que en la Bauhaus no tenían tanto función de adorno sino vocación más bien práctica», asegura el comisario.

Hay tres series creadas a partir de la 'Bauhausbücher', una colección de libros de diseño y arquitectura publicada por la Bauhaus bajo el impulso y la dirección de Walter Gropius y László Moholy-Nagy. Una cuarta serie se inspira en las distintas paletas de colores que dominaban la casa proyectada por Gropius que compartieron Paul Klee y Vassily Kandinsky, mientras que las dos últimas rinden homenaje a la escuela German a de manera esencial tomando como referencia los elementos básicos de la geometría 'bauhausiana'. Así, el cuadrado, el círculo y el triángulos son reinterpretados y fijados con una tipografía heredera del movimiento: la Helvética.

Por su parte, Arteko exhibe el resultado de 'Scintiliant. De Architectura', una instalación de arquitectura efímera realizada con 400 espejos al ritmo del viento. Su autor es el donostiarra Jaime de los Ríos, que ha creado una serie de pinturas algorítmicas basadas en ecuaciones naturales, así como varios instantes del infinito en forma de reproducciones digitales en papel artístico. Además, cinco fotografías en blanco y negro de Jon Cazenave sitúan al visitante en el momento de la realización de la propia instalación.

En palabras de Fernando Golvano, De los Ríos «crea una arquitectura efímera, un espacio virtual e imaginario donde sus obras funcionan, habitan». «La forma no es estable, es aleatoria en función de figuras que nacen de lo conocido y que son desarrolladas por un programa informático. Es una inversión metamórfica», señala.

Finalmente, José María de Orbe presenta en Kur 'The Neighbor's Project', exposición centrada en las casas unifamiliares de EEUU, un modelo de desarrollo en aquel país y emblema de distinciones sociales. En 2012, el donostiarra viajó al estado de Nueva York y recaló en Springville, un pueblo cercano a la ciudad de Buffalo. Una gran nevada cubrió el paisaje de blanco y observó que a diferencia de las urbanizaciones europeas, donde las casas unifamiliares son semejantes, en EEUU cada una es diferente, «debido probablemente al espíritu individualista» de sus propietarios. «Sin embargo, observé que todas están edificadas con criterios constructivos muy similares», ha señalado el artista, que tomó fotos de las viviendas y las cortó por la mitad para unirlas con las del vecino. Las imágenes de su muestra dan como resultado nuevas casas entre las que apenas se distinguen diferencias.

Para el comisario Fernando Golvano, las «casas imposibles» alumbradas por De Orbe son «una especie de ficción, una ironía creada en un juego de distancia crítica». Ello sirve al artista para plantear una reflexión crítica sobre un modelo urbano que sería «insostenible» en otros lugares como Donostia.