La resaca de la Copa y tú: lo más importante de lo menos importante
La Agenda Portátil ·
El título que vivimos confinadamente fue un chute de energía y una parábola: de todo se sale. Otro metafórico penalti de Oyarzabal nos sacará de lo de ahora / De Madrid Fusión al 'txotx walking'Se cumple un año del título de Copa de la Real. Citemos una vez más a Eduardo Galeano: el fútbol es lo más importante de ... las cosas que no tienen importancia. Y además, no vamos a hablar de balones, sino de futuro. Porque la resaca feliz de aquella Copa deja esperanzadoras parábolas a lo Paoulo Coelho incluso a los no futboleros. De todo se sale: ese es el mensaje.
Ha pasado un año, pero parece un siglo. Vivíamos semiconfinados, con toque de queda y la vida fuera de lo normal. El fútbol seguía, entre gradas vacías y PCRs, y la Real pudo jugar su final, nada menos que ante el Athletic. La pandemia obligó a jugar en un estadio vacío de Sevilla y la gente debía seguirlo en casa. Visto a día de hoy sabemos que perdimos una fiesta colectiva de celebración pero también que ganamos un recuerdo épico: el título que vivimos confinadamente.
¿Dónde estaba tú cuando la Real ganó la segunda Copa de su historia? «En casa», responderán muchos. A mí me tocó trabajar, como a casi toda la Redacción del periódico, en una noche intensa que muchos vivimos entre la pantalla de la tele y la pantalla del ordenador enfundados en camisetas txuri urdin. Veías a los periodistas de esta casa y podías reconstruir las indumentarias de la historia reciente de la Real con la suma de los modelos y patrocinadores de cada elástica.
Hubo brindis por el triunfo y nervios por la hora del cierre. Pero curiosamente el momento que más pervive en mi memoria es la hora después, cuando salí de madrugada del periódico en caminata en dirección a casa. Los balcones seguían vestidos de blanco y azul y de algunas casas salían aún cánticos de celebración, pero las calles estaban vacías. No vi a nadie en el recorrido, salvo dos coches de ertzainas. Deseé que me pararan, enseñar mi salvoconducto y comentar el partido, pero me debieron ver tan formalito que me ignoraron.
Volvió la Copa a casa y hubo celebración adaptada a las circunstancias. En aquellas condiciones tan complicadas hubo una euforia especial que trascendió el planeta fútbol, y no solo porque la Real «sea más que un club». Tras meses de dolor, enfermedad y miedo esa Copa fue una inyección de energía positiva, una luz. Es solo fútbol, y los hospitales siguieron llenos, pero el penalti de Oyarzabal fue la primera vacuna. La imagen que mejor resume todo aquello fue la visita realista al hospital donostiarra y su 'ofrecimiento', en señal de homenaje, a los sanitarios que en ese tiempo intentaban parar los penaltis del virus.
¿La parábola? Aún no hemos ganado la final de la pandemia pero vamos por delante en el marcador, con el recuerdo a los que se fueron. Ahora los ánimos vuelven a estar 'confinados' otra vez, por la crisis y la guerra, pero también de esto saldremos. Siempre habrá otro penalti de Oyarzabal que celebrar, auténtico o metafórico. Hay copas que dejan resaca feliz... y Copas que también.
En voz baja
Talentos en las cocinas
La vida vuelve a la normalidad, más o menos. Esta semana vivimos en Madrid Fusión un año de récords en asistencia e intensidad: la gente quiere recuperar el tiempo perdido y la gastronomía también. Para quienes llegamos ahí desde el txoko es una celebración ver que nuestros grandes siguen siendo referencia (lo hemos ido contando, incluida la confirmación de que Martín Berasategui abrirá restaurante en el nuevo Bernabeu) y que los jóvenes valores son distinguidos. Shua Ibañez, la sumiller de Arzak, fue galardonada como uno de los referentes de la nueva generación del vino (ya le dimos el año pasado el premio Talento Gastro de DV: en la foto). Hay relevo, como se verá el lunes en el Basque Culinary Center con la reunión de los 100 jóvenes valores de la gastronomía. Y San Sebastian Gastronomika confirma ya sus fechas de este año, del 3 al 5 de octubre.
Andando a la sidrería
Muchas sidrerías abren ahora al mediodía, y cada vez más aficionados llegan andando a Astigarraga o Hernani. Si lo dices en inglés parece deporte olímpico: 'txotx walking'. Fui de paseo desde el Antiguo a la sidrería Oyarbide, donde sigue ejerciendo el gran Sebastian, disfrutamos de sidra, chuleta y amistad y volví en Lurraldebus feliz. Qué sana es la manzana: al natural o tras su paso por la kupela.
mezquiaga@diariovasco.com
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