¿Avivados o calcinados por la llama?

El neerlandés fue cuarto en Tokio después de ganar una etapa en el Tour. Desde que se llega al Boulevard trepando un muro hasta Igeldo, ha sido ganador en 2016, tercero en 2017, segundo en 2018 y quinto en 2019. «No estoy seguro de lo que puedo esperar este año pero intentaré aprovechar mi buen momento de forma para hacer una buena carrera», comentaba ayer antes de viajar a San Sebastián. Las mismas sensaciones que tiene Adam Yates, otro que llegó en el grupo cabecero al circuito de Fuji hace una semana. La gran diferencia entre el uno y el otro es que uno va y el otro viene. Mollema empalma el Tour con los Juegos y la Clásica mientras que Yates ha vuelto a arrancar en Tokio tras un largo descanso.

Las extremas condiciones que han vivido en Japón, el jet-lag, la paliza del viaje o el cansancio psicológico juegan en su contra, pero por condición física, parten entre los favoritos. La carga competitiva de una cita como la de los Juegos a una semana de otro gran objetivo siempre da un plus, aunque esta vez todo lo que ha rodeado al viaje puede restar más que sumar.

Además de los dos mencionados, otros cuatro ciclistas que se clasificaron entre los veinte primeros en la prueba en línea de los Juegos anuncian su presencia mañana en Donostia. Dan Martin (Israel) y Simon Yates (BikeExchange) son especialistas en ascensiones cortas y explosivas como la de Murgil. El británico fue otro de los que ayer confesó que «tengo curiosidad por ver cómo respondo en la Clásica, pero las sensaciones son buenas por el momento». Patrick Konrad (Bora) –que disputó también la contrarreloj olímpica el miércoles– es inalcanzable si se le dejan unos segundos y Gianni Moscon (Ineos) es capaz de rendir a la altura del mejor en cualquier terreno si encuentra la inspiración. Pero ante todo prima otro condicional: «si» llegan de Tokio con su biorritmo más o menos alterado.

Entre el resto de olímpicos que han querido estar en Donostia figuran ciclistas con suficiente nivel y olfato como para dar un disgusto a cualquiera como el propio Gorka Izagirre (Astana), Andrei Amador (Ineos) o Nicolas Roche (DSM). El de Ormaiztegi y el costarricense han ganado sendas etapas en el Giro mientras que el irlandés es doble vencedor de etapa en la Vuelta.

En circunstancias muy diferentes se presentará mañana en el Boulevard donostiarra Egan Bernal (Ineos), campeón del Giro de este año. Su participación supone una sorpresa porque no estaba entre los preinscritos por su equipo. La Clásica será la primera carrera del colombiano desde que se bajara del podio de Milán el 30 de mayo con la maglia rosa. La teoría dice que no debería estar entre los mejores pero quién sabe.