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Juan F. Manjarrés y Raquel Mendizabal
Hernani
Domingo, 2 de febrero 2025, 14:51
La familia de Gorka y Alejandra es una de las que se ha visto seriamente afectada por el incendio que se ha producido en el último piso del número 36 de la Calle Mayor de Hernani. Ellos residen en el 34, en la última ... altura también, por lo que su vivienda es colindante con el piso en el que se inició el fuego. «El susto ha sido enorme. Hemos comenzado a oír unos golpes muy fuertes, pero al ser época de sidrerías hemos pensado que igual alguien había entrado al portal. Pero nos hemos asomado al balcón y la Ertzaintza estaba diciendo ya que bajásemos todos rápido, que había un incendio. Prácticamente con lo puesto y el susto encima hemos bajado corriendo y ya hemos visto como estaba todo».
En el caso de esta familia la situación es especialmente complicada, ya que «nuestro piso es el último del portal 34 y las llamas han afectado algo a nuestro tejado. Ello ha obligado a echar muchísima agua y la vivienda debe estar ahora totalmente anegada», señala Gorka. No saben cuando podrán acceder a su casa, por lo menos para coger lo más básico. «La verdad es que no sabemos nada, de momento seguimos esperando. Estamos con lo puesto y lo único que tenemos claro es que la noche la pasaremos en el hotel Txintxua, donde nos ha reubicado el Ayuntamiento. Yo las llaves de la furgoneta del trabajo las tengo en casa, por lo que supongo que mañana lunes lo tendré muy complicado para trabajar».
La experiencia vivida ha sido complicada. «A las siete parecía que se había controlado el fuego, pero algo más tarde de las ocho se ha vuelto a reavivar y es cuando ha cogido a nuestro tejado. Parece que no ha pasado las tejas y ha librado bastante, pero han echado mucha agua y nos han dejado claro que no vamos a poder dormir en nuestra casa», afirman. Están «con lo puesto», de hecho «mi hijo sigue en pijama».
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No saben cuánto tiempo tendrán que estar en el hotel, «desconocemos si serán varios días o no», y tampoco cuando podrán acceder para coger los utensilios más necesarios. «En nuestro caso no, pero sí es verdad que ya han accedido a algunas de las viviendas desalojadas para coger principalmente medicamentos. Sube la Ertzaina o Bomberos y lo bajan ellos».
Agradecen que cuando han salido de las casas de madrugada estuviera una persona limpiando el bar Kixkal y que luego haya llegado el propietario. «Nos han dejado desde un primer momento meternos dentro y no pasar tanto frío a esas horas. Se han portado especialmente bien».
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