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«Un susto enorme» ha sido el que se han llevado los vecinos de la parte vieja de Hernani la madrugada de este domingo a consecuencia de un fuego que se ha originado en el tercer piso del número 36 de Kale Nagusia y ... por el que han tenido que ser evacuados ocho bloques. Sobre las seis de la mañana las llamas han alertado a los vecinos que en la mayoría de casos han salido a la calle en pijama y con lo puesto.
«Estábamos en casa y yo estaba dormida. Eran las seis de la mañana y de pronto he escuchado gritar a mi madre y su novio 'despiértate, se está quemando todo'», narra todavía en shock Amaia, una joven vecina que se ha refugiado como otros muchos vecinos en el Bar Kixkal, uno de los bares más cercanos al lugar del incendio.
Todavía en pijama y junto a su perro la joven explicaba que «he cogido dos bolsas, una de ellas con mi maquillaje y hemos bajado como locos. Nos dijeron que entrásemos al bar y que no saliéramos y poco después ha explotado algo y ha vuelto a salir mucho humo», relata la joven residente en el portal 34, ya que se evacuó también a los vecinos de los números 32, 34 y 38 de la misma calle y posteriormente, cuando todo apuntaba a que las llamas estaban controladas, sobre las 8.26 se ha reavivado el incendio y los servicios de emergencia han tenido que desalojar también a los vecinos de los portales 40, 42 y 44.
Amaia
Vecina afectada
Humberto Jerez reside en el número 38 de la calle, en el edificio contiguo al que se ha producido el incendio. Explica que «la Ertzaintza tocó la puerta y nos dijo 'salid, que hay un incendio, coged lo necesario'. Yo me he bloqueado, no sabía ni qué coger», añade. «Estaba con mi pareja y una amiga y he bajado a toda prisa. En el segundo había una señora mayor a la que tuvieron que tirarle la puerta abajo, porque vive sola, había tomado pastillas para dormir y no se enteraba de nada», explica a DV. «Veremos ahora qué pasa», apostilla esperando a noticias sobre si los bomberos terminan de controlar las llamas y cuándo prodrán regresar a sus viviendas.
Humberto Jerez
Vecino desalojado
En el bloque 36, en el que se ha registrado el fuego, residen seis familias como señala el consistorio hernaniarra, aunque en total son unas 30 las familias que han tenido que ser desalojadas y muchos de esos vecinos se encuentran en este bar próximo a los inmuebles afectados. Otra de ellas era Fuensanta Pujalte y su pareja, residentes en el cuarto piso del portal número 32. «Han venido los bomberos, me han pedido la llave y solo vemos caer agua desde el tejado», explica la vecina de 39 años de edad todavía «con el susto en el cuerpo» fuera del mismo bar.
«Me desperté porque vi luces desde la calle, fui a asomarme al balcón para ver qué pasaba, pero no me dio tiempo porque enseguida me llamaron a la puerta con golpes y era un policía municipal diciendo que nos vistiéramos, luego, seguidamente, vino un bombero diciendo que no cogiéramos nada, que solo la llave y que saliésemos del edificio inmediatamente», relata la hernaniarra de 39 años.
Fuensanta Pujalte
Vecina desalojada
«Salimos del portal mi marido y yo y nos metieron en el bar. Nos han tratado muy bien y nos han dado café y todo», relata sobre la amabilidad del personal ante una situación tan crítica. Aunque admite estar «nerviosa a ver qué pasa con el piso, pero bueno, estamos a la espera y pendientes a ver cuáles son los daños. Nos van preguntando qué quien vive en el cuarto derecha, cuál es la persona que vive a la izquierda y los bomberos vienen a preguntar para que les den las llaves, pero hay mucha incertidumbre al no saber qué tal están las viviendas y lo que les va a pasar». Y es que los bomberos a esta hora siguen investigando el origen del fuego y haciendo las valoraciones de los inmuebles.
Aloña Belaza vive en el número 19 de Kale Nagusia y desde su casa se veían claramente las llamas. «Ha sido un susto tremendo. Se veía desde nuestro balcón que había fuego. Ha salido un vecino al balcón a gritar que había fuego y me han tocado el timbre», decía la joven hernaniarra de 25 años que ha acogido en su domicilio a tres vecinas «mayores de 90 años, que también están entre los vecinos desalojados por el incendio».
«No sabíamos lo que estaba pasando. Vivo con mi pareja y son casas de madera, por lo que si se incendia una, se incendian todas y nos han dicho que tendremos que esperar entre 3 y 4 horas más», ha explicado la joven, que también detalla que algunos vecinos han tenido que ser atendidos y que una vecina estaba desconsolada y bastante nerviosa por el «enorme susto».
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