El Topo se desplazará para integrarse en la playa de vías y la futura estación intermodal de Irun

La configuración definitiva del gran proyecto de reurbanización de la ciudad fronteriza, denominado Via Irun, da otro paso adelante. El Gobierno Vasco, una de las cuatro instituciones implicadas en la transformación, ha finalizado el estudio sobre las dos alternativas que manejaba para su línea de Euskotren, que ahora transcurre en solitario fuera de la playa de vías de Adif. Las opciones eran soterrarla o desplazarla para incorporarla al resto del espacio ferroviario. Y, sin lugar a dudas, el Ejecutivo considera «mejor» la segunda opción, tanto por precio, por plazo de ejecución, por afección durante la obra y por la mejora que supondrá en la permeabilidad urbana.

El Departamento de Infraestructuras que dirige Arantxa Tapia presentará mañana en la reunión que mantendrá la comisión de seguimiento del proyecto los detalles técnicos de las dos opciones analizadas, los pros y contras, y las «claras bondades» de la solución prioritaria, por la que también apostaron el Ayuntamiento de Irun y la propia ciudadanía. En último término, serán las cuatro instituciones implicadas las que deban validarla. Aunque hay pocas dudas de que así será.

La alternativa elegida supondrá por tanto desplazar la actual vía del Topo, desdoblarla e integrarla en el espacio ferroviario central que acoge los tráficos de pasajeros y mercancías de Adif. Con ese cambio, la línea de Euskotren entre Lasarte-Oria y Hendaia, y solo en ese último tramo desde Irun al otro lado de la muga mueve a 1,3 millones de pasajeros al año, ganará espacio urbano, mejorará los accesos para los viajeros y favorecerá la intermodalidad con los otros servicios ferroviarios y de autobús que acogerá la gran estación internacional que Adif proyecta a modo de puente sobre las vías.

La propuesta de Euskal Trenbide Sarea, la gestora ferroviaria vasca, prevé «olvidarse» del actual trazado del Topo –a lo que eran reacios en un inicio– pero sin renunciar a todas sus paradas. Irun seguirá contando con las estaciones de Bentak, Belaskoenea y Colon, y sumará una más, la Intermodo, que se integrará en esa nueva instalación que repartirá a los viajeros entre el TAV, Renfe y Euskotren y permitirá salvar la trinchera ferroviaria que ahora divide la ciudad mediante el paso elevado sobre las vías. El objetivo prioritario, al fin y al cabo, de este macroproyecto que avanza poco a poco en el plano administrativo y técnico.

El Topo por tanto llegará a la estación de Ventas de Irun como hasta ahora. Desde allí, la vía se desdoblará, y a los pocos metros, los raíles abandonarán el trazado actual para dirigirse hacia las vías de Adif. Ya integrados en ese espacio, y con frecuencias de hasta 10 minutos llegarán hasta Belaskoenea, barrio que seguirá contando con una estación, pero renovada y en un punto más accesible para sus vecinos. Así lo cree al menos el Gobierno Vasco. La parada actual cambia de ubicación y se traslada 350 metros hacia Ventas. Tendrá dos andenes en los laterales de las vías, y contará con un acceso desde la calle Burniola.

El Topo continuará así, en paralelo al TAV y el resto de trenes de Renfe, pero dentro del mismo espacio ferroviario hasta la siguiente estación, bautizada como Intermodo por el Ejecutivo vasco, al menos en esta fase de proyecto inicial. Esta infraestructura será un apeadero más dentro de la gran estación internacional e intermodal que Adif planea para acoger todos sus tráficos y que quedarán unificados bajo un mismo edificio que cruzará por encima toda la playa de vías. La estación del Topo estará integrada en ella, en la parte más próxima al nuevo desarrollo urbanístico que el Ayuntamiento planea para aprovechar el suelo liberado, en el lado más cercano a la actual aduana. Será un punto de conexión entre este cercanías de Euskotren con los de larga distancia de Renfe, y viceversa. La configuración se plantea con dos andenes laterales al borde de las vías, a los que se accederá desde un vestíbulo conectado a la gran estación central mediante escaleras o ascensores.

Siguiendo el trayecto, el Topo llegará a la estación de Colón, a la que Euskotren no renuncia, pero en una nueva ubicación y con diferentes accesos. La futura parada se situará también en el espacio ferroviario de Adif, nada más superar el Paseo Colón. Tendrá, como las otras dos, andenes laterales a los que los viajeros accederán mediante un vestíbulo que baja desde la arteria principal de Irun. En el puente, pero hacia el otro la de la plaza Txanaleta, ETS propone cubrir parte de las vías para generar otra plaza desde la que bajar a la citada estación de Colón. Y además para salvar la frontera ferroviaria con el barrio de San Miguel-Anzaran. «Está previsto construir un paso subterráneo bajo las vías hasta Lope de Irigoyen», explican las fuentes consultadas, que defienden así la mejora en la conexión entre las diferentes zonas de la ciudad hasta ahora separadas por el tren.

Esta propuesta tendría un coste de 38 millones de euros y un plazo de ejecución de 30 meses, casi la mitad en ambos parámetros que la otra alternativa analizada. El soterramiento de la vía actual se antoja como la peor opción en varios aspectos. Uno, muy relevante, porque costaría 73 millones de euros. Dos, porque la obra tardaría cuatro años en ejecutarse, y no 2,5. Tres, porque la propia obra es más compleja y provocaría mayor afección a toda la ciudadanía. Y cuatro, porque se mantiene «la servidumbre ferroviaria», es decir, no se libera ese terreno y por tanto, no mejora de la misma forma la accesibilidad para los usuarios ni la intermodalidad entre los diferentes modos de transporte que confluyen en este punto. ETS defenderá ante el resto de responsables institucionales, que esta propuesta permite destinar a la ciudad, además de los 33.000 metros cuadrados de Adif, el suelo ferroviario de ETS, un espacio extra que sumado al municipal situado en el entorno del edificio de la Aduana permitirá generar un nuevo 'centro' de Irun con cerca de 66.000 metros cuadrados destinados a vivienda, usos empresariales, formativos, comerciales o de esparcimiento.

A raíz de este estudio, no parece que queden argumentos técnicos, económicos o relativos al servicio que aconsejen soterrar el Topo. Por lo que Irun contará en el futuro –de momento no hay fechas previstas para que todo esto se haga realidad–, con un único espacio ferroviario que conectará servicios, salvará la trinchera ferroviaria y favorecerá la movilidad de la ciudad.