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«Hago prendas especiales para carnaval, Alarde, teatro, ópera...»La hondarribiarra Maddi Agirregomezkorta abrió hace algunos meses en Irun su propio taller, Mimoxa jantziak. Aparte de sacarse su carrera universitaria de Traducción en intepretación, ... realizó un Grado Superior de vestuario a medida, sastrería clásica y de espectáculos. Tras la pandemia asumió el reto de sustituir a Consuelo, la anterior modista del Alarde. Rodeada por agujas, máquinas de coser, alfileres y carretes de hilo. se dedica a su pasión: la creación en el mundo de la costura.
– ¿Te dedicas desde hace mucho a la costura?
– Es verdad que desde siempre he tenido ese interés y que desde txiki hacía cosas más pequeñitas y me animaba con mercados artesanales de Hondarribi, de Bera... Hacía complementos más pequeñor. Pero a mí me gustaba mucho el mundo de las telas, los colores, las texturas, todo eso que es bastante creativo. Así que al final me decidí a estudiar en Donostia un Grado Superior, que es vestuario a medida de espectáculos, que se dedica un poquito a enseñarte a patronar, sastrería clásica... Bueno, aunque tengo mis estudios a parte en la Universidad.
– ¿Qué estudiaste?
– Traducción e interpretación, en Gasteiz. Me gusta y he trabajado en ello, pero no te da tantas opciones de trabajar la creatividad, que es algo que a mí me gusta mucho. Después, empecé en Sastrería clásica y de espectáculos. Viendo que lo poco que había hecho había gustado y que tenía tirón, me puse a estudiar para profesionalizarme. Después hice prácticas en un taller bastante bueno de Donostia que trabaja con una figurinista de teatro, de ópera, Ikerne Giménez, en Egia. Luego estuve en un taller de vestidos de novia. Tuve la suerte de que me contrataron para trabajar en la producción de Go!azen para dos temporadas, en el equipo de vestuario. No creas la ropa, pero aprendes cómo funciona el mundo del espectáculo y a moverte un poco. Como los actores y las actrices en ese momento coincidían en edad conmigo y nos llevábamos bien, eso me ha ayudado luego a que cuando ellos han tenido sus espectáculos a parte de la tele, me han llamado. Por ejemplo, Asier Burguete que es también de Irun suele hacer animaciones en vivo... y le he hecho trajes para eso. Joanes Etxeveste tiene un espectáculo de payasos y también le hice el traje para una de sus giras. Otro golpe de suerte es que empecé de modista para los arreglos de los trajes del Alarde.
– Y te lanzaste...
– Eso es, en el momento en que el trabajo de traducción comenzó a fallarme hace año y pico, me decidí. Compré este local pequeñito y lo he abierto hace poco. Aquí me dedico a hacer encargos personalizados, siempre a medida y luego doy también clases, talleres de costura.
– Estamos volviendo a coger otra vez las máquinas de coser?
– Sí, hay una tendencia al alza. Yo no lo pensaba. Al abrir el taller, como ya tenía bastantes encargos de producción propia, no pensaba dar clases, pero ha venido tanta gente preguntando por las clases, que me lo planteé y está funcionando bien. Por las mañanas hago mis encargos y por las tardes doy las clases y la verdad es que cada vez se llenan más. La gente acostumbrada antes a que los arreglos los hiciera, por ejemplo, la amona... Esas amonas van faltando y las siguientes generaciones no saben coser. Y hay una necesidad de saber cogerte un bajo del pantalón, por ejemplo, y hay casas en la que hay máquinas heredadas y no la saben poner en marcha.
– ¿Aceptas cualquier tipo de encargo?
– Sí, bueno, hago arreglos, lo que no hago es vestidos de novia y de invitada, moda al uso, no. Porque hay mucha competencia y yo no puedo competir en precios. Yo hago prendas más especiales, para eventos, como carnaval, el Alarde, teatro, ópera, esas cosas más puntuales. Luego arreglos de todo tipo y las clases.
– ¿Cómo es emprender? Son momentos complicados...
– Es difícil sobre todo al empezar. Hay un montón de cosas en la parte del papeleo que cuesta mucho entender. Tenemos la suerte de poder contar con Bidasoa Activa, donde te ayudan un montón. Creo que merece la pena.
– ¿Hay alguna prenda de la que todavía de acuerdes?
– Pues sí (ríe); la primera prenda que hice. Tendría 12 ó 13 años, no tenía ni idea de confección, pero hacía mis cositas. Una de mis amigas de la infancia tenía un peto vaquero estilo falda que me encantaba y se lo robé un par de días para calcar la forma encima de periódicos y hacer a ojo una copia que me quedó súper corta (ríe). No supe calcular los bajos... Me daba igual, estaba orgullosa y me lo ponía igual.
– ¿En casa había máquina de coser?
– Mis dos amonas sabían coser perfectamente y una de ellas bordaba a máquina, la otra había estudidado Corte París, así se llamaba en aquella época. Las dos cosían, pero para casa. Pero la siguiente generación ya no cosía, así que me tocó pedir la máquina por Navidad o cumpleaños de regalo.
– ¿Haces trajes de baserritarra?
– Sí, y de hecho es una cosa que me encanta hacer. Eso sí, los hago a medida y bajo encargo. No sé si me dará tiempo a sacar colección para el año que viene o no. Eso sí, siempre que se pueda trabajar con margen de tiempo, mejor. Al final, trabajas por temporadas: trajes de baserritarra, carnaval, fiestas de Irun, de Hondarribia y vuelta a empezar. Más las clases y los encargos puntuales, claro.
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