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Isabel Ortiz en su concept store de Irun, donde también realiza los proyectos de reformas. A.D.C.
«Hago un acompañamiento desde la compra de la vivienda»

Isabel Ortiz Gascón | Sannicola Concept Store

«Hago un acompañamiento desde la compra de la vivienda»

Unos patos de madera miran desde el escaparate y dentro conviven un antiguo pupitre con una cocina

Alicia del Castillo

Baztan/Bidasoa

Viernes, 31 de enero 2025

Sannicola, en Irun, es una concept store; un espacio que ofrece distintos tipos de productos de decoración con propuestas de arte. Isabel Ortiz lo mismo rediseña una cocina que vende un antiguo mueble de brocante o directamente, acompaña en la compra de un antiguo piso y lo reforma desde los planos hasta la colocación de lámparas y alfombras. Especialista en reformas integrales, en 2009 abrió sus puertas en el barrio de Dunboa y justo antes de la pandemia se trasladó al nuevo local, en San Marcial, 6.

– Sannicola. ¿De dónde viene el nombre?

– Viene de San Nicolás, del santo. Es una cosa mía, de hace mucho tiempo. Estudié Arquitectura Técnica en Burgos y solía meditar y pensar en el futuro en la Iglesia de San Nicolás de Bari, al lado de la catedral, que es preciosa. Era algo que me daba paz y por eso luego lo enlacé con el nombre.

– Lo de concept store, es un poco como aquellas tiendas de antes que había de todo, pero traído al siglo XXI.

– Es un poco contraponer a lo que son las tiendas globalizadas. Aquí puedes encontrar un poco de todo, pero refleja, en mi caso, una manera de vivir. Mi tienda refleja mucho de mí, tú la ves y es lo que soy yo. Cada cosa que encuentro, cada detalle que pongo, hay valor emocional en todo y mucho amor por las cosas con valor. Muchas veces es también un punto de encuentro, una reunión de amigos o a donde alguien trae su producto. Hay algunas piezas de artistas que las dejan aquí en depósito. Aquí puede pasar de todo.

– Pero sobre todo te dedicas a reformas.

– El mayor volumen de mi trabajo es ese. Reforma, pero no sólo la obra. Empezamos desde el proyecto, el diseño y puede acabar incluso en la decoración, iluminación... Puede ser el camino completo o no. Y ahora lo que más hago y al pasar los años es en lo que veo que más necesidad hay, es un acompañamiento desde la compra de la vivienda. Personas que quieren comprar una vivienda para reformar y andan un poco perdidas. La mayoría, lo entiendo, es normal, anda un poco perdido. Es más fácil comprar una vivienda nueva, que ves lo que hay, que una vivienda a reformar. Y muchas veces se encuentran con viviendas en un estado lamentable.

– Claro, y ahí se necesita un profesional que nos diga: «Entre estas dos, esta por esto y por esto».

– Eso es. Intentar hacerles ver las posibilidades que hay y por qué una es mejor que otra. Y darles una idea de en qué horquilla de precios se pueden mover. El decirles: «Pues yo creo que puedes llegar a una vivienda que la vas a acomodar a tu forma de ser y a tus necesidades, moviéndote en estos precios...». Es un acompañamiento necesario. Igual te encuentras pisos increíbles, que merecen mucho la pena. Y el cambio es brutal.

– Pues sí, porque ya lo visualizas arreglado.

– Te encuentras a veces viviendas de los años 70 con mucha compartimentación, llenas de tabiques, oscuras, que encima cuanto más tiempo tienen, han pasado más personas y te puedes encontrar siete capas de papel una sobre la otra, o el mítico gotelé... Y otras veces te encuentras tapado un bonito suelo original.

– ¿Qué es lo peor y lo mejor que te has encontrado?

– Lo peor, yo creo que uno de los primeros que hice, en Donostia, que aquello estaba tomado por las palomas. Era el último piso, las palomas se habían metido allí, no había ni un plato de ducha. Ahí el cambio fue muy loco.

– ¿Con el problema de vivienda que hay, cada vez se miran más pisos antiguos o de segunda mano?

– Yo creo que sí, cada vez se anima más gente. También por ubicación, que igual quieren algo más céntrico. Hay mucho movimiento. Y depende de cómo sea cada uno. Hay personas que valoran mucho llegar a conseguir una vivienda a su gusto, no algo estandarizado. Antes de dedicarme a esto estuve trabajando en una promotora y está todo muy acotado, es difícil encontrar algo diferente. Si vas a una vivienda un poco antigua te puedes encontrar unos techos altos, que ahora es impensable en obra nueva. Todo depende de cada uno, lo que valore, lo que le guste y lo que le parezca prioritario.

– Volviendo a la tienda, hay mueble particular.

– Sí, tengo diversos proveedores de mueble nuevo de distintos estilos y luego siempre hay alguna pieza que ha podido aparecer. Hay un salpicado de cosas que igual han venido de las reformas, que al llegar te han dicho: «Esto no lo quiero». Y lo has rescatado, o de mercadillos, también. Antes teníamos más cosas de brocantes, pero he decidido que no voy a tener tantas, sólo alguna pieza. Hay una mezcla... Me gusta que la gente entre y se sorprenda, y siempre tengo alguna cosa curiosa. Tengo un pupitre antiguo y ves que muchos se mueven por emociones. Ya no es solo el diseño, sino que aporte emoción. Siempre hay cosas que aparecen igual de un viaje o de un caserío. Y claro, muchas piezas son únicas, así que si ves algo y te gusta, a por ello, porque la siguiente vez que pases igual ya no está. Algunas cosas repito porque me gustan, como los patos de madera de colores, decorativos, que me reclaman mucho. Prácticamente todo está a la venta.

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