Eibar
Las fiestas de Andra Mari resisten al éxodoNi la previsión de chubascos ni las vacaciones evitaron que vecinos y visitantes disfrutaran de la tradicional programación
A pesar de la meteorología adversa anunciada y el éxodo vacacional de los eibarreses, el barrio de Azitain mantuvo su fiesta por su patrona, ... Andra Mari, que si no goza del gran tirón de antaño, mantiene la tradición intacta. Sus vecinos y los de los alrededores del valle no tuvieron que hacer uso del paraguas y pudieron disfrutar de esta buena excusa para reunirse y pasarlo bien con una programación llena de tradición y cultura.
Hacia las 10.30 horas dio comienzo en el interior de la iglesia de Azitain la misa, que con su final todo estaba listo para dar un buen almuerzo, amenizado por la pareja de acordeón y pandero de Narbaiza y Baltzola, dándole mayor encanto a la festividad. La comisión de Fiestas del barrio ofreció pintxos de tortilla y chorizo, y bebidas nada más salir de la puerta de la parroquia, que saciaron el apetito de los presentes. Los niños tuvieron su momento con los juegos dedicados para ellos, de carácter tradicional. No faltaron las carreras de sacos, las txingas y el juego de romper la hucha, antecesora de la popularizada piñata.
La pequeña plaza estuvo compartida por el desafío de herri kirolak. Dos equipos rivalizaron en una serie de pruebas en corte con sierra, alzamiento de yunque, carrera de sacos y levantamiento de fardo. Por un lado, Jon Lapazaran y Garbiñe Lopez de Ugalde; por el otro, Eder Saez de Ocáriz y Sara Asenjo, los cuatro de Abetxuko. La pareja ganadora se llevó una cena.
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