«La lectura fácil democratiza la cultura, integra socialmente y crea comunidad»

«Basado en el principio de la democracia lectora, y de la integración social, a través de la lectura, la Lectura Fácil (LF) es una vía que permite enriquecer la calidad de vida de estas personas y crea comunidad», explica la bibliotecaria Arantzazu Ibarrondo.

«No es una apuesta nueva pues fuimos una de las primeras bibliotecas de Euskadi en poner en marcha esta iniciativa. En el curso 2014/15 tuvimos la primera experiencia de este tipo en el centro de Educación para Adultos (EPA) y en 2017 creamos un grupo formado íntegramente por mujeres inmigrantes que se reunía en la biblioteca.

En ambos casos el resultado fue muy gratificante y enriquecedor, y por eso retomamos con ilusión el proyecto. Queremos crear una actividad estable que se repita cada año. al igual que el resto de clubs de lectura, centrándonos en la población inmigrante», explica Ibarrondo.

«Queremos que sea un herramienta de integración social, pero también una puerta al aprendizaje, a nuevas inquietudes culturales, el empoderamiento y la mejora de la autoestima», señala animando a participar en el club apuntándose en la Biblioteca.

La lectura fácil tiene también un gran caldo de cultivo entre las personas mayores que no quieren libros largos o complicados y reniegan de la literatura, y les aporta además muchos beneficios desde el punto de vista de las funciones cognitivas, ya que se trabajan áreas de atención, concentración, lenguaje, memoria...

Habrá una sesión semanal, los jueves de 10.30 a 11.45 dinamizada por Mónica Leiva. Serán 10 sesiones en total desde el comienzo de la actividad, que está supeditada a la formación de un grupo mínimo.

La lectura fácil «es una forma de democratizar la lectura, no un método para aprender a leer, sino un formato, una forma de escribir», aclara la bibliotecaria. Se basa en textos que cumplen unas pautas internacionales en cuanto a la sencillez de su sintaxis, su léxico y sus características tipográficas. Frases cortas, un vocabulario accesible e interlineados y alineaciones cómodas allanan la comprensión lectora de los textos que llevan el logo de «lectura fácil». Se utiliza un lenguaje sencillo, directo y sin conceptos abstractos o metáforas. En cuanto al diseño, los textos se imprimen en un cuerpo de letra grande, se dejan márgenes e interlineados generosos y se limita la longitud de las líneas.

«En una sociedad basada en la información y el conocimiento, las dificultades lectoras marginan a muchas personas para utilizar la lectura como vehículo de comunicación, información, formación y ocio», explica Ibarrondo, por eso en la biblioteca llevan más de una década trayendo materiales de lectura fácil «porque leer es un placer y un derecho».

Tiene claro que «el futuro de las bibliotecas no está en sus colecciones o edificios, sino en las relaciones que construyamos con quienes son destinatarios de nuestros servicios», y la lectura fácil en este sentido crea comunidad, es un punto de encuentro y acercamiento abierto, como los clubes de lectura, los cuenta cuentos o talleres relacionados con la literatura.

En la Biblioteca llevan años reivindicando la función socializadora e integradora del servicio. Trabajando para que sea un punto de encuentro y de debate, de acercamiento a distintas ideas y culturas. «El mejor ejemplo son nuestros clubs de lectura, donde se lee, se comparte, se cuestionan muchos conceptos y se aprende. En este momento tenemos en marcha cuatro para adultos, dos en euskera y dos en castellano, y queremos crear un quinto, retomar el de lectura fácil, animamos a la gente a informarse e inscribirse» concluye.