Oñati
«Antiguamente cada persona forjaba su propia visión del mundo»Jose Antonio Azpiazu presenta este martes su nuevo libro 'El combate por el clima' a partir de las 19.00 de la tarde en Kultur Etxea
Iker Murillo
Oñati
Lunes, 23 de junio 2025, 21:56
El historiador y escritor Jose Antonio Azpiazu regresa con una nueva obra en la que vuelve a poner el foco sobre el imaginario colectivo ... vasco. Este martes por la tarde, a partir de las 19.00, presentará en Kultur Etxea su último libro, 'El combate por el clima', un título que, más allá de lo que pueda sugerir, nos adentra en el universo simbólico de mitos, creencias y saberes populares que durante siglos han tejido la visión de Euskal Herria.
La cita contará con la presencia del propio autor, que desgranará las claves de una obra que une memoria, tradición y análisis cultural con su ya reconocible estilo siempre riguroso y divulgativo.
«Mi objetivo –cuenta Azpiazu– ha sido el recopilar las respuestas de diferente calibre que los humanos han ido dando a lo largo de los siglos a los fenómenos atmosféricos». Y es que, estos, «fuesen beneficiosos o perjudiciales, se observaban siempre como una amenaza a la que era necesario hacer frente o, como menos, interpretar y darle un sentido según la mentalidad y creencias de la época».
«Mi objetivo ha sido el recopilar las respuestas que los humanos han ido dando a lo largo de los siglos a los fenómenos atmosféricos»«Uno tiene el derecho de preguntarse, y de indagar sobre aquello que le llama la atención sin esperar que los expertos se lo impongan ante sus ojos»
Cultura y creencias
De esta forma, Azpiazu desgrana en su nuevo trabajo cómo el pueblo vasco ha ido construyendo, generación tras generación, un relato propio «para explicar lo inexplicable». A través de símbolos, rituales y creencias, estas narraciones populares han servido para «dar sentido a los fenómenos naturales, revelando una manera de vivir, temer y celebrar profundamente enraizada en la cultura».
Azpiazu, sin embargo, tiene claro que este tema era algo que merecía la pena ser abordado: «Uno tiene el derecho de preguntarse, y de indagar sobre aquello que le llama la atención sin esperar que los expertos se lo impongan ante sus ojos».
Sus reflexiones buscan «tratar de ver el misterioso mundo del clima con los ojos de quienes lo vivieron en otras épocas, en otras circunstancias. Testigos de crueles catástrofes, marineros y campesinos vascos se forjaban sus propias visiones e interpretaciones de los fenómenos meteorológicos que tan amenazadoramente les afectaban».
Azpiazu no solo se limita a describir el folclore o a catalogar las creencias de épocas pasadas; su mirada trata de comprender la lógica interna de aquellas formas de pensamiento, tan alejadas de los parámetros racionales contemporáneos como profundamente humanas.
En palabras del propio autor, «no pretendo defender que nuestros antepasados hubieran podido formarse una idea cabal, racional, de lo que les venía ocurriendo. Su mentalidad estaba mediatizada por las tradiciones, por las creencias religiosas, por los brujos o magos que les asesoraban». Aún así, añade, «ante parecidos fenómenos, la respuesta, las reacciones, podían ser tan diversas que invitan a seguir sus peripecias, a escucharlos, a recopilar sus ideales, sus locuras, su visión del mundo...».
Y es que, según Azpiazu, en el interior de ese imaginario simbólico no solo se reflejan los grandes miedos o esperanzas colectivas, sino también el pensamiento individual de cada cual: «Dentro del ideal recurrente de cada época, cada persona podía cavilar y formarse una idea propia del mundo que le rodeaba».
El autor va más allá de simplemente recopilar hechos o prever sucesos; su enfoque busca entender cómo las comunidades interpretaban de forma constante y repetida los fenómenos naturales a lo largo de diferentes épocas. Según sus palabras, «no es necesario ser adivino ni sabio para observar y recoger lo que va ocurriendo, ni para interpretar lo que la naturaleza, de la que formamos parte, parece querer indicarnos». De esta manera, la historia no solo se construye a partir de documentos y relatos populares, sino también a través de esos ciclos y patrones que la propia naturaleza marca y que las personas han sabido percibir e interpretar a lo largo del tiempo.
Azpiazu explica que su objetivo no es ofrecer una visión científica tradicional, sino mostrar «el clima tal como lo percibía e interpretaba el pueblo llano, en cuyo ámbito entraba asimismo el clero». De este modo, el autor se adentra en una mirada popular que, aunque «menos técnica», es igualmente real y refleja cómo las comunidades vasconas «entendían y daban sentido a los fenómenos naturales en su día a día».
El autor
Jose Antonio Azpiazu es un historiador y antropólogo con una trayectoria consolidada en el estudio de la cultura vasca, especialmente centrado en los modos de vida, las estructuras sociales y las creencias populares que han dado forma a la identidad del pueblo vasco a lo largo de los siglos. Su enfoque combina el rigor académico con una clara voluntad divulgativa, lo que le ha permitido acercar temas complejos al gran público sin renunciar a la profundidad del análisis.
Autor de numerosos artículos en revistas especializadas y colaborador habitual en distintas publicaciones, ha escrito una decena de libros que han sido muy bien acogidos tanto por la crítica como por los lectores. A esta nueva investigación le siguieron títulos que han explorado distintos ámbitos de la historia vasca desde perspectivas novedosas y humanas, como 'Mujeres vascas: sumisión y poder' (1995), 'Esclavos y traficantes' (1998), 'Balleneros vascos en el Cantábrico' (2000), 'Historias de corsarios vascos' (2004), 'Nuevas historias de corsarios vascos' (2005), 'La historia desconocida del lino vasco' (2006) entre otros.
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