Arrasate
«Los valores que me transmitió la gimnasia aeróbica siguen presentes aún en mi día a día»María Martiarena encontró en la gimnasia una vía para crecer, competir y alcanzar el éxito que siempre soñó siendo medalla de bronce en los europeos
Libe Alonso
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Miércoles, 30 de julio 2025, 20:57
Los valores del deporte son valores para la vida y la exgimnasta María Martiarena da fe de ello. Disfrutó del momento, de poder hacer ... realidad su sueño infantil logrando una medalla de bronce en unos europeos, y cuando echa la vista atrás valora no solo los éxitos, también los aprendizajes y la lecciones de vida que te enseña el deporte.
Desde muy pequeña, María sintió una profunda atracción por las acrobacias. «Siempre me había llamado la atención ver movimientos acrobáticos y gimnásticos» relata, recordando cómo comenzó a practicar de manera autodidacta, observando vídeos en internet y tratando de imitar las rutinas que tanto la fascinaban.
Su sueño era practicar gimnasia artística, pero aquí, no existía ninguna escuela o club especializado en esta disciplina y la otra opción era tener que desplazarse a Vitoria, lo que no la convencía del todo, así que optó por la gimnasia rítmica inscribiéndose a los 10 años en Dragoi Gimnasia Taldea.
Para este tipo de deporte, iniciar la práctica a esa edad se considera bastante tarde, ya que la mayoría de los gimnastas comienzan desde muy pequeños. Sin embargo, la pasión y dedicación de María no se vieron frenadas por esta circunstancia, y pronto comenzó a destacar por su constancia y compromiso.
Con el tiempo, María se interesó también en la gimnasia aeróbica, modalidad que combina fuerza, resistencia, flexibilidad y coordinación rítmica, y que pronto se convirtió en su principal disciplina dentro del club.
La gimnasia aeróbica requiere un alto nivel físico y técnico, y María se entregó por completo a los entrenamientos, afrontando largas jornadas y una exigente preparación física y mental.
2023 fue su gran año
El año 2023 marcó un punto culminante en su carrera deportiva. Ya que recibió la oportunidad de formar parte del equipo estatal que representaría a España en un campeonato europeo de gimnasia aeróbica. Sin pensarlo dos veces, aceptó el reto.
«Fue un año duro, lleno de presión, muchos entrenamientos y mucho esfuerzo», señala. El camino no fue sencillo horas de práctica, ajustes técnicos, trabajo en equipo y superar la ansiedad propia de una competición internacional de alto nivel.
Finalmente, los sacrificios dieron sus frutos el equipo español consiguió un impresionante tercer puesto en la competición, un logro que María recuerda con gran emoción.
«Tengo dos recuerdos grabados en mi mente, el primero es cuando empezó la música y sentí unos nervios como nunca antes había experimentado; el segundo, ese instante de alegría y orgullo al darnos cuenta de que habíamos conseguido la medalla de bronce. Son momentos que nunca olvidaré».
Más allá de los resultados deportivos, María destaca los valores que le ha transmitido la gimnasia aeróbica a lo largo de todos estos años: disciplina, compromiso, responsabilidad, trabajo en equipo y esfuerzo constante. «Son valores que aplico en mi día a día, no solo en el deporte, sino también en mis estudios y en mi vida personal», afirma con convicción.
María Martiarena es un ejemplo de cómo la pasión, la constancia y la capacidad de adaptarse pueden convertir obstáculos en oportunidades. Su historia demuestra que, incluso comenzando un deporte «un poco tarde» o sin las condiciones ideales, el trabajo duro y la determinación pueden abrir las puertas a grandes logros, dejando una huella imborrable tanto en el ámbito deportivo como en la vida cotidiana.
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