Bahamontes entró primero en el 'velódromo' de Atocha
1960 Una pista ciclista fue instalada en el campo para recibir a los corredores de la Vuelta a España
MIKEL G. GURPEGUI
Martes, 11 de mayo 2010, 04:50
Sí, han leído bien, velódromo de Atocha. Así lo llamaban, sin entrecomillados, en mayo de 1960. Y es que entonces el añorado campo de fútbol de Atocha se transformó en un velódromo para recibir a la Vuelta Ciclista a España, cuya etapa número 13, procedente de Logroño, culminó en San Sebastián, de donde partió la etapa 14, rumbo a Vitoria.
'El velódromo de Atocha', titulaba el periódico una fotonoticia en su portada del 11 de mayo de 1960, en la que se veían unos karts probando la estructura que se había montado en el campo como pista para las bicis. «Esta tarde, con motivo de la llegada de la Vuelta a España, se va a ofrecer a los aficionados ciclistas un espectáculo de excepcional categoría. Antes y después de la llegada de los corredores se celebrarán una serie de carreras ciclistas en las que intervendrán, entre otros, nada menos que dos campeones del mundo: Guillermo Timoner y Van Streenbergen. También harán una exhibición tres coches 'Go Karts', que ayer, en el velódromo recién instalado, realizaron diversas pruebas».
Atocha no sólo se convirtió en un velódromo ciclista (con una pista provisional de 3,50 metros de ancho en las rectas y 3,80 en los peraltes de las curvas), sino en uno de los mejores velódromos. O eso afirmó Guillermo Timoner, según declaraciones recogidas posteriormente por DV: «Las velocidades alcanzadas han sido magníficas, lo que prueba que este velódromo es uno de los mejores del mundo».
Atocha fue una fiesta, con las carreras ciclistas y la exhibición de karts, conducidos por los donostiarras José Ramón Azcárate y Luis Galparsoro, y el hernaniarra Manuel Sarasola. Pero el jolgorio se extendió fuera del campo, con la caravana publicitaria, que «recorrió las calles de la ciudad, se instaló en el viejo Boulevard. Y allí cantaron Los Chimberos con el gusto que les caracteriza; se hizo aplaudir el caricato Zape; la Orquesta Famosa interpretó obras de gran colorido, y hasta hubo cine».
En lo deportivo, la etapa que culminó en San Sebastián resultó especialmente vistosa por la escapada del popular Federico Martín Bahamontes, el 'águila de Toledo', que cubrió doscientos kilómetros en solitario «por triunfar en San Sebastián», en la única etapa que ganaría en aquella edición de la Vuelta.
DV lo resumía así: «La etapa fue como el despertar de Bahamontes, el 'Águila' que ha estado dormida hasta ahora, y ayer, en nuestras carreteras, remontó el vuelo. Escapado a los pocos kilómetros de la salida, Federico Bahamontes hizo solo casi 200 kms., llegando detacado al velódromo de Atocha, donde la multitud le tributó un gran recibimiento».
Como «ovación de plaza de toros» se definía la tributada a Bahamontes en su llegada a meta. Claro que la gloria del toledano fue efímera. Al día siguiente se enfrentó con la organización de la Vuelta a España, a cuenta de que se eliminase a Julián San Emeterio de la carrera por llegar fuera de control. Leemos dos días después: «Este hombre es un fuera de serie, lo mismo para ganar etapas que para abandonar carreras. Ayer llegó voluntariamente el último a la meta de Santander». Hasta atacó con un hinchador a un hombre que le insultó desde el público.