«Fue un concierto inolvidable, cantamos el 'Requiem' de Brahms y Montserrat Caballé de solista», rememora Josetxo Zufiaurre
«Era un 11 de julio de 1962, a las corales Loinaz y Maitea, a la Orquesta del Conservatorio de Donostia, y a los solistas, nos dirigió Pedro Pirfano», recuerda
J. U.
BEASAIN.
Martes, 9 de octubre 2018, 00:21
Era el primer concierto que ofrecía en la capital donostiarra, la que más tarde sería la gran diva del bel canto Montserrat Caba- lle, entonces prácticamente desconocida, tras finalizar sus estudios en Alemania. Era el año 1962, se celebraba el II Festival Coral de Gipuzkoa. Quien no se olvida de aquel concierto es el beasaindarra Josexo Zufiaurre, que cantaba en la coral Loinaz, entonces dirigida por Juan Miguel Irizar.
Zufiaurre recuerda a la perfección «los muchos ensayos y el reto de aprender al obra en alemán. Se trataba de la partitura 'Un Requiem Alemán' de J. Brahms».
«Ensayamos y aprendimos la obra, y muy bien, con Pablo Sorozabal, pero unos problemas que se dieron con los músicos de la orquesta llevaron al insigne maestro a desistir y no dirigir el concierto. Fue cuando, para dirigir, llamaron a Pedro Pirfano, que se encontró con practicamente todo el trabajo hecho. Sólo quedaba algún ensayo conjunto de coro y orquesta», recuerda el cantor beasaindarra
«Era un 11 de julio de 1962, en el marco del II Festival Coral de Gipuzkoa, cantamos en la Basílica de Santa María de Donostia. Primero, la Orquesta y el coro Maitea cantaron 'La demoiselle elue' de Claude Debussy, con Montserrat Caballé de solista», señala.
«La segunda parte del concierto fue protagonizada por la coral Loinaz, y el coro Maitea, acompañados por la Orquesta del Conservatorio, interpretamos la obra 'Un Requiem Alemán' de J. Brahms, con Montserrat Caballé y Derrik Olsen, como soprano y barítono solistas, dirigidos todos por Pedro Pírfano. Fue un concierto impresionante e inolvidable, que tuvo gran repercusión», en palabras de Zufiaurre
El crítico musical de El Diario Vasco, sobre aquel concierto entre otros comentarios decía, «hasta los matices más mínimos ofrecidos se captaron con facilidad. La coral Loinaz, espléndida, con sus voces graves, seguras, dominando la obra y el coro Maitea exactamente igual, empastando perfectamente, matizado, diciendo bien».
El cuadro dedicado por la solista catalana al coro beasaindarra cuelga de una de las paredes de la sociedad coral Loinaz. Firmado por ella misma con la siguiente dedicatoria «Con admiración y recuerdo a la Coral Loinaz».