Los trucos de los niños para evitar ser espiados por sus aitas en internet
Argucias de los más pequeños de la casa para evitar ser sorprendidos en el uso del móvil, el ordenador o la televisión
El aita lo tiene claro: tras dos horas enganchado a los encantos de Twitch, Instagram y WhatsApp. ya es hora ya de que el pequeño rey de la casa deje a un lado el móvil. La ama, en cambio, no es tan permisiva y a duras penas consigue morderse la lengua (aunque le cueste): es de las que no ve con buenos ojos el uso de pantallas entre semana, excepto para temas puntuales del colegio. Y el niño, mientras tanto, a lo suyo, tirando del hilo (cada vez más fino) de la paciencia de sus padres. Hasta que se rompa… Menos mal que cada paso que da en internet está bien controlado, filtrado y limitado por sus responsables padres, ¿verdad? O no tanto, porque a los niños hoy en día ya les da igual: presumen de un gran poder de persuasión, mucho ingenio, todo tipo de recursos a mano (amigos, tutoriales en TikTok, etc.) y, sobre todo, tiempo libre, mucho tiempo libre para saltarse los férreos controles parentales… Estos son solo algunos de los (muchos) trucos a los que recurren para evitar sin miramientos todo tipo de filtros.
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Borrar el historial de navegación
No nos engañemos, es todo un clásico pero sigue presumiendo de una efectividad muy alta. Y es que pese a que los 'txikis' adolecen de una evidente inmadurez, en el día a día son perfectamente capaces (y extremadamente hábiles) para ocultar cualquier rastro de su navegación por internet. ¿Cómo? Accediendo al historial del explorador de turno, algo muy sencillo de realizar en cualquier dispositivo. Para ello, en el ordenador únicamente han de pulsar en Ajustes / Más herramientas / Borrar datos de navegación, mientras que en el móvil pueden hacer lo propio desde Configuración / Privacidad y seguridad / Borrar datos de navegación (en función del navegador elegido).
Similar operativo reservan para sus redes sociales (TikTok, Instagram, etc.). Y en YouTube, más de lo mismo: con acceder a la opción 'Borrar todo el historial de reproducciones' les es más que suficiente. Y menos mal que en muchos SmartTV las apps vienen muy limitadas y es misión imposible borrar el rastro, porque los niños tienen un olfato… Lo peor de todo (según quién lo mire) es que siempre les queda una alternativa tan socorrida como la navegación de incógnito, que en local no deja huella alguna.
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Dime con quién andas..
Sí, es posible que tu hijo aún tenga vetado el acceso a determinadas apps de mensajería y/o utilice el ordenador únicamente para tareas ofimáticas y jugar de forma ocasional. ¿Está a salvo de cualquier riesgo? Ni mucho menos. De hecho, no son pocos los juegos que cuentan con chats de voz propios que les permite a los audaces niños saltarse las restricciones y, cómo no, ponerse en contacto no solo con sus amigos sino con auténticos desconocidos (además de compartir todo tipo de archivos). Títulos tan populares como 'Roblox', 'Clash of Clans', 'Fortnite' o 'Call of Duty' tienen estrictas políticas de uso, pero… fácilmente evitables.
Por si fuera poco, con apps como WhatsApp o Telegram también se libran del control paterno, ya que tan pronto ocultan determinadas conversaciones (para lo que es necesario archivarlas) como personalizan al extremo qué contactos pueden fisgar en su última conexión (configurable en Ajustes / Privacidad). De esta forma, ni el progenitor más avezado de la casa será capaz de saber que el pequeño sigue conectado a altas horas de la madrugada…
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Saltándose el control parental
En vista de ello, a priori puede parecer que la solución pasa por instalar en su propio móvil apps de control parental como Family Link o Qustodio, todo un incordio para los adolescentes, sobre todo si son los únicos 'afortunados' de su grupo de amigos. Aunque cada vez lo es menos. De hecho, no son pocos los que se las ingenian aprovechando los 'errores' de los desarrolladores de software. Sin ir más lejos, determinadas versiones de iOS (las más antiguas) hasta hace no demasiado aún mantenían activo un 'bug' en iMessage que permitía previsualizar vídeos y abrir apps como YouTube… pese a los filtros. Sin olvidar que para saltarse el control horario nocturno más de un niño tiraba de audacia cambiando la hora del móvil. Y qué decir de todo un 'clásico' como el de eliminar una app ya bloqueada: al instalarla otra vez, la supervisión desaparecía por arte de magia y el niño tenía vía libre para disfrutar de ella sin riesgo de bloqueo…
Muchas de ellas ya están corregidas, sí, pero el ingenio de los niños no tiene límites. Es el caso del popular Family Link, en el que los más pequeños aún tienen margen para saltarse el control parental durante horas. ¿Cómo? Desconectando su móvil de internet. De esta forma, no están supervisados y pueden exprimir sus juegos de forma offline cuando y como quieran. Eso sí, con una contrapartida: cuando vuelvan a conectarse a la red, la app de control parental volverá a actualizarse… y será ya entonces cuando toque aguantar la razonable reprimenda de los padres. Si se dan cuenta de ello, claro..
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Una app de calculadora… con mucho fondo
Y hay más aún. Están de moda, los niños lo saben… y vaya si se aprovechan de ello para hacer de las suyas ante el total y absoluto desconocimiento paterno. Son las aplicaciones bóveda, apps aparentemente simples pero que esconden verdaderas 'suites' de funciones que permiten navegar por internet sin filtros, guardar archivos personales o esconder fotografías comprometidas. Algunos fabricantes ya las implementan -solo para archivos- en sus terminales como parte de sus capas de personalización (Samsung, Xiaomi, etc.), pero en la App Store (iOS) y la Play Store (Android) las hay para todos los gustos, todas ellas legales y completamente accesibles. ¿El mejor ejemplo? Las aplicaciones de calculadora. Y es que la que a priori no pasa de ser una simple (y buena) herramienta para ayudar al niño con las matemáticas, puede convertirse en una práctica navaja suiza que se escapa de los controles parentales con todo tipo de funciones ocultas: navegador personalizado, calendario, notas, etc. Y todo con solo introducir una clave numérica o código determinado… que sólo el niño conoce. Preocupante, ¿verdad?