Los barriles pasaron de ser harineros a cocineros

Tal y como cuenta el propio José Ignacio Peña «no tenemos constancia de cuándo se empezó a utilizar el traje de cocinero». Pero sí que se sabe, a través de un artículo del periódico La Unidad, que para 1942 Gaztelubide ya había sustituido los gorros de harinero por los de cocinero. Hay que recordar que originalmente las tamborradas representaban la escena que tenía lugar a principios del siglo XIX en torno a las fuentes de Koxkas de San Vicente y Kañoyetan. Y en ese entorno estaban, además de las aguadoras y los militares, los harineros. Estos tenían un «gorro distinto al del cocinero, que era más bajo e inclinado hacia un lado».

Las primeras tamborradas incorporaron a esos harineros y en algún momento de la historia, previo siempre a ese 1942 en el que La Unidad habla de los cocineros de Gaztelubide, se decidió sustituirlos por cocineros.

A lo largo de las páginas, el libro recoge anécdotas como la del regreso de la Tamborrada tras el parón más largo de su historia, el que tuvo lugar con motivo de la Guerra Civil. Solo se permitió salir a las tamborradas de Gaztelubide y Unión Artesana y se prohibió terminantemente cualquier manifestación espontánea «que recorriera las calles con latas u otros artefactos» interpretando las marchas de Sarriegui.

Estos son solo dos ejemplos de la gran cantidad de anécdotas y curiosidades recopiladas en un libro que está a la venta por seis euros en Papelería Tamayo, el Aquarium y en Unión Artesana.