Meses de trabajo en la sombra

La Tamborrada no es una acción muerta que permanece, sino un reflejo de la ciudad y sus ciudadanos». Esa idea de Mariaje Torres, directora de Donostiako Festak, sirve para entender que en un contexto sanitario tan complicado se haya tenido que renunciar a celebrar el Día de San Sebastián. Porque, a pesar de «haber mantenido una dinámica de intentar salir adelante», el departamento se ha visto «impedido» para llevar a cabo actividades propias del calendario de la ciudad.

Ya por septiembre, «estaba claro que los desfiles y aglomeraciones no iban a ser posibles», así que pusieron en marcha un comité con representantes del colectivo de tamborradas para «tratar de buscar alternativas simbólicas que evitaran que el 20 de enero pasase desapercibido».

Así, el 20 de enero de 2021 será «histórico» para muchos de los donostiarras, pues sin Tamborrada la celebración queda reducida al ámbito doméstico. Donostiako Festak, a través de una programación en streaming, quiere «que todos podamos tener presencia de la Tamborrada en casa. Solo pedimos eso: vívela desde la responsabilidad, en tu casa, con tus convivientes». Considera que «es asumido por todos que es la única forma, diferente, de pasar el gran día en este año tan especial».

Torres va más allá y quiere «dejar claro que este año no hay fiesta, porque no estaremos en la calle, no interactuaremos, ni habrá relación social». De cara al futuro, al próximo año, «la incertidumbre es general y no podemos tomar decisiones a largo plazo», pero asegura que «queremos que vuelva la Tamborrada tal y como la conocemos, estamos más cómodos en la calle». Ello le sirve también para explicar que estas acciones online puestas en marcha «no son una forma de reinventarse, sino de reubicarse, porque lo digital poco o nada tiene que ver con la fiesta». Asimismo, en estos días de nostalgia, invita a «recordar que vendrán tiempos mejores. Volveremos a estar en la calle, tocando las piezas de Sarriegi las 24 horas del día, compartiendo el día con la familia, los amigos, los vecinos, etc. Y ¡nos podremos abrazar!».

Consciente de que el Día de San Sebastián «mueve montañas» y que su fiesta «es la fiesta por antonomasia de la ciudad», Mariaje apela a revivir «la emocionalidad» que se palpa cada 20 de enero en la ciudad: «Los donostiarras sentimos pasión por nuestra ciudad y mucha más por el Día de San Sebastián. Esa emocionalidad tiene que estar ahí mañana porque, pese a las adversidades, tenemos derecho a sentirnos donostiarras. Mañana es el día de sentirnos orgullosos de pertenecer a Donostia, de decir: 'Esta ciudad es mía y la quiero'».

Por todo ello, Mariaje anima «a sentir, más que a disfrutar, que también» y apunta que este año «ya os estamos echando de menos, a las tamborradas, pero también el sonido de la ciudad, ver a gente llevando el traje a la tintorería y oír los tambores y barriles por la calle, los ensayos de los sábados en los colegios, mirar la previsión del tiempo...».

Para Donostiako Festak será un día «diferente», también para Torres quien, en sus 27 años ligada al servicio de fiestas, nunca había experimentado una suspensión total: «Viviré un 20 de enero totalmente diferente y sin presión».