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Miércoles, 22 de julio 2020, 11:05
El Restaurante Rekondo se encuentra en un enclave privilegiado en las faldas del monte Igueldo. Es uno de esos rincones únicos en el mundo lleno de carácter y magia que, desde su terraza, ofrece unas impresionantes vistas de San Sebastián y su bahía.
El tiempo en Rekondo transcurre «en torno a una mesa, un fogón y unas brasas«. Sin embargo, al igual que el resto de establecimientos, su mesa ha quedado vacía durante estos meses de confinamiento.
Pero estar cerrados al público no significa dejar de trabajar para el cliente, por lo que «hemos aprovechado para hacer algunas obras y mejorar muchas cosas en el restaurante», explica Lourdes Rekondo.
El Restaurante Rekondo goza de un gran reconocimiento en el mundo de la gastronomía, así como del sector vitivinícola. Y es que gentes de todo el mundo han acudido año tras año a experimentar su evocadora gastronomía y su magnífica bodega.
De hecho, en Rekondo están muy orgullosos de haber sido galardonados como uno de las mejores bodegas con restaurante del mundo por la prestigiosa revista «Wine Spectator« en 2011. Un reconocimiento más que merecido para una impresionante bodega que alberga más de 100.000 botellas de los mejores y más cotizados vinos del mundo.
Al frente de su cocina se encuentra Iñaki Arrieta, un chef de los de vocación, que aporta su enfoque propio a cada plato conservando la mejor tradición de Rekondo, pero impidiendo que caiga en lo rutinario.
El Restaurante Rekondo se caracteriza por la cocina de temporada y por el amor y el respeto al producto, que es seleccionado personal y cuidadosamente como base de sus platos, consiguiendo sabores originales de la cultura gastronómica vasca.
Algo que todos estos meses no han cambiado, ya que «seguiremos trabajando con las mejores materias primas directamente desde el proveedor, sin intermediarios, para la satisfacción de todos nuestros clientes».
El 19 de junio volvían a abrir sus puertas al público tras estos meses de parón. Aunque Lourdes reconoce que, cuando decretaron el cierre de todos los establecimientos hosteleros, se lo tomaron «con resignación. Entendíamos la situación, aunque al principio pensábamos que serían 15 días».
Dos semanas que se terminaron convirtiendo en tres meses. Aunque no había tiempo para quedarse parados, ya que «había muchas cosas que queríamos hacer, pero que no eran posibles con el restaurante en marcha». Una de ellas era realizar «pequeñas obras, como cambiar el suelo de la cocina y reorganizar algunos espacios del caserío».
Asimismo, también aprovecharon para abordar algo que tenían pendiente desde hace ya algún tiempo: actualizar y digitalizar toda la bodega. «Hemos aprovechado este tiempo también para informatizar toda la bodega. Tenemos unas 4.000 referencias y con el restaurante abierto era difícil sacar el tiempo suficiente para completar la tarea».
Sin duda, estos meses no han sido fáciles, aunque Lourdes se muestra positiva: «el confinamiento ha sido negativo, evidentemente, pero también ha tenido su lado positivo, porque hemos seguido trabajando para mejorar y seguir ofreciendo la mejor de las experiencias para nuestros clientes».
En cuanto a la reapertura, Lourdes confiesa que lo tenía claro: «queríamos abrir de nuevo nuestras puertas al 100%. Decidimos que era mejor esperar un poco más y abrir cuando el restaurante pudiera trabajar como antes y manteniendo a todos los empleados, aunque la terraza ahora la tenemos al 70%».
Para garantizar la seguridad del espacio, en el Restaurante Rekondo han puesto en marcha todos los protocolos recomendados por las autoridades sanitarias. Aunque en cuanto a las medidas de higiene «prácticamente lo único que ha cambiado es el uso de mascarillas por parte del personal y el hecho de que hemos colocado geles a disposición de los clientes tanto en la entrada, como en otros puntos del local».
A este respecto, hay que tener en cuenta que un restaurante de alta cocina ya dispone de protocolos sanitarios muy estrictos en cuanto a la limpieza y el mantenimiento, así como en la manipulación de los alimentos. Sin embargo, en cuanto a la seguridad sí que ha habido ciertos cambios en el funcionamiento del servicio, atendiendo a las directrices ofrecidas desde el Gobierno.
Así, la carta física ha desaparecido «implementando el sistema Qr que los clientes pueden escanear con su teléfono para acceder a toda la información. En caso de solicitar la carta de vinos, les pedimos que se laven las manos antes de entregársela. Mantener la seguridad debe ser una prioridad para todos».
Una vez abierto el restaurante, las reservas han quedado copadas tanto para comidas como para cenas. «Estamos trabajando muy bien, la respuesta del público está siendo muy buena, aunque, efectivamente, no podemos contar con el cliente extranjero de momento».
Habrá que esperar a ver cómo se desarrollan los siguientes meses y esperar a que todo vaya bien. Desde el restaurante Rekondo afirman que siguen con ilusión y con muchas ganas de trabajar, aunque son conscientes de que «hay que ser muy prudentes, hay que ir día a día. Es un año en el que no puedes prever nada, pero de momento estamos contentos, no se puede pedir más».
Dirección: Paseo de Igeldo, 5720008 Donostia - San Sebastián
Teléfono: 943212907
Email: restaurante@rekondo.com
Web: www.rekondo.com/es/
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