El tesoro natural con aguas cristalinas a dos horas de San Sebastián que puede convertirse en la excursión ideal para un día de verano

Con la llegada del verano muchas veces se consigue tener algo más de tiempo libre, lo que ocasiona querer hacer más planes con nuestros amigos y familiares. Si bien en Gipuzkoa podemos optar por ir a las playas para intentar escapar de las altas temperaturas de esta época estival, a unas dos horas de San Sebastián se encuentra una auténtica piscina natural acompañada de una impresionante cascada con más de 20 metros de caída que es también toda una tentación veraniega.

Se trata de la cascada del Peñón, también denominada como la de Pedrosa de Tobalina, haciéndole honor a la localidad burgalesa en la que se encuentra. Al norte de la provincia de Burgos, concretamente en la comarca de las Merindades, los visitantes se sorprenden con la maravilla acuática creada en este punto por el río Jerea, afluyente del Ebro.

La forma de llegar y poder disfrutar de esta joya de la naturaleza no es otra que acudiendo en primer lugar a la parte baja del pueblo, a pocos metros de las carreteras de Trespaderne (BU-550) y Barcina (BU-532). Si conducimos por la primera de ellas cabe la posibilidad de aparcar en el arcén de la carretera junto al bar Vélez. No obstante, si vamos por la carretera Barcina podemos encontrar algún hueco en el mismo pueblo de Pedrosa de la Tobalina. Sea como fuere, el camino hacia la cascada y mirador se encuentra fácilmente señalizado a pocos metros de la villa.

Si después de un buen chapuzón llega de imprevisto la hora de la comida, a unos escasos metros de la piscina natural se encuentra el bar restaurante El Peñón de Tobalina, algo que ayuda a convertir este lugar en la excursión de día ideal para este verano.

Cuando llega el momento de abandonar este tesoro natural pero todavía queda un poco de tiempo, visitar los alrededores de Pedrosa de Tobalina no tiene ningún tipo de desperdicio. Un casco urbano pintoresco conformado por casas con estructura de madera y piedra arenisca genera a cada visitante sentirse como en la época medieval.

Además, el propio nombre de la localidad, 'Pedrosa', refleja que estamos ante el 'lugar de las piedras', viéndose así su entorno geológico formado por desfiladeros, zonas montañosas y cascadas, como por ejemplo la del Peñón. Otras aldeas que te harán viajar al pasado muy cercanas a esta localidad son Herrán, situada el valle de la Tobalina, junto al desfiladero creado por el río Purón, o Frías, el pueblo medieval por excelencia de la provincia de Burgos.

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