¿Teoría de juegos y corrupción?
Trata de entender la conducta humana utilizando la racionalidad matemática
La teoría de juegos analiza la dinámica de interacciones de cualquier tipo empleando modelos matemáticos. Se aplica en biología, economía, matemáticas, cibernética, sociología, política, estrategia ... militar, psicología, filosofía e ingeniería. Nacida en el siglo XVIII, se formalizó a partir de los trabajos del genio de John von Neumann, padre de la computación. Posteriormente, John Nash aportó ideas relevantes que le hicieron merecedor del Nobel. Dos mentes brillantes tratando de entender los recovecos de la conducta humana utilizando la racionalidad matemática.
En su obra 'Maniac', Benjamín Labatut cuenta que Von Neumann soñaba con «encapsular los múltiples conflictos y enfrentamientos que surgen de las interacciones humanas dentro de un conjunto de reglas claramente definidas». Defendía que dos personas completamente lógicas y racionales con intereses diametralmente opuestos y solo interesadas en ganar, interaccionan de modo racional. «Pero si hay matices, la cuestión se complica. Los seres humanos comunes y corrientes son distintos. Mienten, engañan y conspiran, pero también cooperan, se sacrifican por otros y toman decisiones caprichosas e irracionales, incluso contradictorias. Cometen errores y descuidos o, simplemente, obedecen a una corazonada. Su verdadera riqueza y complejidad no puede ser capturada con ecuaciones».
Concluía con resignación que «esta ingobernabilidad es un extraño ángel que nos protege de los delitos de la razón». (Un inciso: Von Neumann y Nash sufrieron graves síntomas de paranoia. Hay estudios que sugieren que la genialidad y la creatividad se asocian con mayor frecuencia de la esperada con alteraciones mentales, aunque quizás se trate de mentes cuya brillantez tenga difícil encaje en las convenciones sociales).
La teoría de juegos plantea que debe haber una forma racional de jugar a cualquier juego o de negociar en un conflicto, aunque esté plagado de trampas, engaños y segundas intenciones. Hay juegos de suma cero (ajedrez, póquer) en los que uno gana y otro pierde y juegos de suma distinta a cero en los que ambas partes ganan (un buen ejemplo es el crecimiento de una economía bien planteada que beneficia a todo el mundo, algo que algunos no alcanzan a entender) o pierden en función de sus decisiones. Los conflictos entre seres racionales que recelan uno del otro o la pugna entre competidores que interactúan y se influyen mutuamente, que piensan y que pueden traicionarse, constituyen el campo de estudio de la teoría de juegos. Es decir, analiza situaciones dinámicas y cambiantes por primar intereses contrapuestos de los participantes. El juego del dictador, el del ultimátum o el dilema del prisionero son los más conocidos. En el dilema del prisionero, dos personas que han cometido un delito son interrogadas en habitaciones distintas. Si cooperan, la pena para ambos es menor. Si uno delata al otro, el traidor se libra de la pena y aumenta el castigo al traicionado. Y la traición mutua, agrava mucho la pena para ambos. Visto así, parece obvio que lo mejor es minimizar riesgos y cooperar. Sin embargo, el premio por no hacerlo es muy grande y amenaza la solidez de un hipotético pacto de cooperación que debe asentarse en un grado máximo de confianza que los propios interrogadores tratan de minar.
Hay otros formatos en función de las circunstancias. Por ejemplo, ¿qué estrategias van a seguir los abogados de los implicados en la corrupción que azota al PSOE? ¿Están Ábalos, Cerdán, Koldo y algunos más viviendo este maquiavélico dilema? La fiscalía suele ofrecer una rebaja penal a quien muestre una actitud colaboradora y ofrezca información valiosa para esclarecer la verdad. Si hubieran pactado cooperar entre ellos, es posible que sus revelaciones carecieran de interés, con lo cual el potencial beneficio se desvanecería. Además, uno nunca puede estar seguro de que el otro cambie de estrategia para acogerse al alivio penal y acabe traicionando su confianza. Mientras la trama lo decide y el juez avanza, un país entero espera expectante saber hasta dónde llegó la corrupción.
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