Asesinato machista en Logroño
«El jueves toda la familia estaba en el cole riéndose por las buenas notas»Unas 300 personas se concentran en Logroño en repulsa por el asesinato de este sábado | El barrio en el que vivía la mujer, sigue en 'shock'
Víctor Soto y Carmen Nebot
Domingo, 9 de julio 2023, 14:21
En torno a 300 personas se han concentrado en Logroño y han guardado a mediodía de este domingo un minuto de silencio en repulsa por ... el asesinato machista de este pasado sábado supuestamente cometido por un hombre de nacionalidad siria y de 44 años que se encuentra en estos momentos en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía de La Rioja. El presunto agresor fue detenido tras matar a su mujer en el domicilio que compartían en el número 1 de la plaza Martínez Flamarique de Logroño e intentar arrojar a sus hijos al Ebro.
En la concentración, a la que han asistido representantes del Gobierno regional, del Ayuntamiento y de todas la fuerzas políticas, incluida Vox, el colectivo de feministas de La Rioja ha entonado lemas como 'No es violencia intrafamiliar' 'A ver con quién pactáis'. También portaban una pancarta en la que se podía leer: 'La Rioja será la tumba del machismo'.
La delegada del Gobierno en La Rioja, Beatriz Arráiz, ha pedido prudencia y paciencia para que la investigación concluya y que los menores, «que ahora son lo más importante porque están en una situación dramática», estén atendidos.
Por otra parte, a las 19 horas se ha celebrado una concentración junto al mural colaborativo contra la violencia de género, derivada del Protocolo de duelo activado por el Ayuntamiento. «Logroño es una ciudad que no admite la violencia. No admite cualquier violencia, pero menos la de género». Es el clamor que ha lanzado el alcalde de la capital riojana, Conrado Escobar.
En su intervención ante los concentrados frente al mural colaborativo contra la violencia de género, en la calle General Urrutia, Escobar ha afirmado que «nos concentramos aquí para expresar nuestra repulsa por un asesinato, por el asesinato de una mujer a manos de su pareja; nos concentramos aquí para expresar también la solidaridad y nuestro apoyo a las personas vulnerables, sus hijos, que merecen ahora mismo todo el apoyo de nuestra ciudad de Logroño».
Ha pedido a todos los presentes que «con toda la humildad, con todo el respeto, con toda la serenidad y con toda la firmeza», guardar «un minuto de silencio que es un grito unánime de esta ciudad que no admite la violencia y que va a seguir combatiendo con todas las armas que estén a nuestro alcance para que esa violencia no se vuelva a repetir». Un minuto de silencio que ha finalizado con un largo y fuerte aplauso de todos los presentes en recuerdo de la mujer asesinada.
A la concentración, que ha reunido a numerosos ciudadanos, se han sumado la delegada del Gobierno en La Rioja, Beatriz Arraiz; la presidenta del Parlamento regional, Marta Fernández Cornago; la actual Corporación municipal, a excepción de las dos ediles de Vox; y varios ex concejales y concejalas presentes en la Legislatura anterior.
Además, buena parte de los asistentes, entre los que también han estado representantes de los colectivos adheridos al Protocolo de Duelo, han vestido una camiseta, blanca o naranja, en la que se leía la palabra 'Tolerancia 0'.
Una ciudad en 'shock'
La ciudad sigue en 'shock' y la conmoción es total en el barrio en el que residía la víctima. Una de las consignas cuando se habla de violencia machista en los medios es evitar las frases como «parecía una familia normal» o «no nos lo esperábamos». Pero esas y otras muy parecidas son las que salen de la boca de todos los que conocían a la mujer asesinada el sábado por su pareja en su domicilio de la plaza Martínez Flamarique.
«Estamos en 'shock', conmocionados», explican desde el centro escolar donde los tres pequeños habían terminado un curso con notas brillantes. «El jueves por la tarde vinieron los tres niños, con el padre y la madre, para gestionar los 'cheques libro' y estuvimos riéndonos por las buenas notas. Yo bromeaba y les decía que habían suspendido todas porque son alumnos con unas competencias muy altas», indican desde el centro.
Y el padre y la madre, siempre pendientes, como desde que comenzaron su periplo escolar en el centro. «Diría que su atención a los niños era de lo más normal, pero no, era más que lo normal. Estaban muy pendientes, les acompañaban al cole, los padres siempre no saludaban y eran súper agradecidos», inciden. «Creo que después de llegar de Siria y con todas sus circunstancias a la espalda de un país en guerra, reconocían lo que se les había dado y mostraban todo su agradecimiento», añaden recordando su procedencia, entre esas familias sirias que recalaron en La Rioja entre 2015 y 2016 huyendo de un país en descompisición y sumido en la violencia intestina.
Unos niños «excelentes»
Integrados, pendientes de sus hijos y con un nivel social medio, con vivienda en una de las mejores zonas del barrio, las reflexiones sobre qué ha podido pasar no dejan de golpear las cabezas de los que conocían a la víctima y a toda la familia. «Son unos niños excelentes, que nunca han tenido ningún problema, bien relacionados en clase, con amigos...», recuerdan.
Las anécdotas hablan de unas capacidades intelectuales altas y de un trabajo continuo detrás. Y de humildad y timidez. «Quisimos presentar a la mayor a un concurso de matemáticas en el 'cole' y ella se negaba, porque decía que lo iba a hacer mal. Al final la animamos y se quedó la tercera de más de treinta, por delante de muchos chavales de un curso superior», recuerdan. Y, a veces, sorpresas, como cuando el ajedrez se planteó como una actividad lúdica más y descubrieron que ellos ya sabían jugar porque su padre les había enseñado en casa.
También los vecinos de la plaza Martínez Flamarique, en la mañana de este domingo, se reunían en pequeños corros para recordar a la familia, su presencia callada pero amable. «Son vecinos del barrio. Los niños estaban siempre en la plaza sin nombre o en el parque de la antigua plaza de toros, junto a su casa. Y también en la biblioteca. Unos niños felices y eso nos deja aún más jodidos», dice Rasheed, vecino de Madre de Dios.
Piezas de un puzle destrozado con violencia. Vidas quebradas por un feminicidio que ha teñido de luto un barrio y para el que nadie encuentra razones. Razones, si es que alguna vez existen razones para matar, que deberán esclarecer los investigadores de un caso que permanece bajo secreto de sumario.
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