Dos fallecidos en una bodega del municipio alavés de Lanciego por el 'tufo del vino'
El primero cayó en un tanque por accidente y el segundo, que era su cuñado, trató de salvarle. Ambos murieron asfixiados
Ander Carazo
Domingo, 1 de octubre 2023, 15:59
La vendimia se ha vuelto a teñir de luto este domingo a las 13.00 horas. Dos hombres de 60 y 61 años han fallecido ... en la bodega familiar Crespo Zabala del municipio riojanoalavés de Lanciego como consecuencia del temido 'tufo del vino', es decir, por la inhalación del dióxido de carbono que se desprende durante el proceso de fermentación alcohólica, apuntan fuentes forales. Se trata de Gerardo Jubera y Félix Crespo, que eran cuñados y miembros de familias muy queridas y respetadas en el pueblo.
Según relata la alcaldesa, Itziar de Álava, Gerardo se acercó al depósito para comprobar cómo evolucionaba el vino con tal mala suerte de que se resbaló y cayó al interior. Un peón de la bodega alertó a Félix, que en ese momento se encontraba en la báscula pesando la uva que se había recogido, y subió acompañado de otros dos vecinos hasta estas instalaciones donde se elabora vino, pero no se embotella. Entre todos intentaron sacar de forma manual al hombre accidentado, pero al ver que era imposible Félix cogió una escalera y se introdujo en el tanque con la esperanza de salvar a su cuñado. «Es algo que haríamos todos para salvar a un familiar», destacaba apenada la regidora.
Los vecinos que habían acudido junto a Félix trataron de ventilar las instalaciones «con chaquetas y mantas», entre otros improvisados utensilios, para sacar el tóxico gas, pero cuando por fin lo lograron ya era demasiado tarde para los dos cuñados. Los primeros médicos que llegaron hasta este municipio -que se encuentra a 15 kilómetros de Logroño y 55 de Vitoria- sólo pudieron confirmar la muerte de los dos sexagenarios y ordenaron el inmediato traslado en ambulancia de un peón de 31 años y origen pakistaní al hospital San Pedro de la capital riojana. Este se encuentra consciente y estable tras ser atendido en el servicio de urgencias, aunque roto de dolor por la tragedia que le tocó vivir.
Al ser considerado desde un principio como un accidente laboral, también se desplazaron al lugar técnicos del Instituto Vasco de Seguridad Laboral (Osalan) para abrir una investigación que trate de esclarecer las circunstancias exactas del trágico suceso que sacudió la zona. La fase de instrucción se encuentra en proceso, pero la Diputación de Álava inmediatamente señaló al 'tufo del vino' como culpable directo de la muerte de los dos productores. Un sospechoso lógico y evidente en base a la experiencia previa.
El Departamento de Seguridad del Gobierno vasco recibió el primer aviso a las 13.20 horas y hasta Lanciego se desplazaron inmediatamente dotaciones de la Ertzaintza, ambulancias y un helicóptero medicalizado, que finalmente no tuvo que actuar.
«Estamos desolados»
La tristeza ha inundado este rincón de Rioja Alavesa al ser vecinos «muy conocidos» con sus raíces en Lanciego y el vecino concejo de Viñaspre -que pertenece al mismo municipio-. Tal fue el 'shock' en la zona que a medida que la noticia se extendía a través de los móviles, muchos no dudaron en poner rumbo hasta la bodega para intentar ayudar o, al menos, mostrar su apoyo y cariño a los familiares y amigos de las víctimas. Las lágrimas y abrazos fueron visibles a las puertas del trágico escenario de este domingo.
«Estamos desolados», confesaba Itziar de Álava con voz temblorosa. «En la época de vendimia se corre un riesgo altísimo y estamos concienciados de los peligros que se corren. Todos conocemos el riesgo que supone el 'tufo', pero esta vez nos ha tocado a nosotros», lamentaba la regidora.
Invisible e inodoro
Y es que el tufo es una especie de enemigo invisible e inodoro para los productores de vino. Al ser imposible de detectar, los productores acaban inhalando y provoca mareos, desvanecimientos o incluso la muerte por la mayor de cantidad de dióxido de carbono en el ambiente.
Rioja Alavesa ha tenido numerosas experiencias trágicas. La última fue el 7 de octubre de 2020. Entonces, otros dos hombres -uno de ellos era el exalcalde Lapuebla de Labarca Dani Espada- murieron por culpa del CO2 en la bodega familiar Espada Ojeda. El antiguo regidor cayó dentro de un depósito de unos 5.000 litros de capacidad tras desvanecerse y su primo, Marcos Galluralde, se lanzó para tratar de salvarle. Ambos perecieron en su interior sin que los servicios sanitarios pudieran hacer nada por salvar sus vidas.
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