Estos días, las medidas para ahorrar energía son noticia. Hay cientos de ideas. La mayoría de ellas buenas y coherentes, pero observo un gran sesgo ... que hace que las tecnologías relativamente nuevas, como pueden ser el automóvil o el avión privado, se quieren someter a fuertes restricciones, mientras que costumbres más antiguas, pero que consumen gran cantidad de energía, se ignoran completamente.
Un sencillo ejemplo, veamos las mascotas y vamos a usar datos de Estados Unidos, pues son los que he encontrado. La comida más habitual para perros y gatos tradicionalmente es a base de carne. El procesado de la misma es uno de los grandes contribuyentes al gasto energético y a la emisión de gases de efecto invernadero. En 2015 se estimaba que en Estados Unidos había 163 millones de perros y gatos domésticos, que consumieron el 25% de los 42 millones de Kg. de carne producidos en aquel país.
He escuchado que teníamos que disminuir el consumo de carne, pero casi nunca he escuchado que disminuyendo las mascotas conseguiríamos algo muy parecido. Unos consejos rápidos: 1) Cuantas menos mascotas, mejor. Si usted tiene tres perros, intente quedarse con dos. 2) Mejor mascotas pequeñas que grandes: un pequinés es preferible a un pastor alemán. Mejor un gato que un perro. Mejor un canario que un gato. 3) Mejor mascotas herbívoras. Por ejemplo, mejor una tortuga terrestre que se alimenta de verduras que un gato.
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