Salud 'receta' un videojuego antiobesidad infantil con el que la mitad de los menores bajan de peso
Más de 700 familias han iniciado el programa con el que Osakidetza quiere hacer frente a una «epidemia» al alza durante los últimos años
La obesidad infantil es un problema de salud mundial con claras implicaciones en el desenlace de enfermedades crónicas y en la calidad de vida presente ... y futura de los menores. En Euskadi uno de cada cuatro niños tiene kilos de más, una cifra que se dispara en el caso de las familias con menos recursos económicos. Para hacer frente a esta «epidemia», tal y como lo califica la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), los pediatras de Osakidetza han comenzado a 'recetar' un videojuego antiobesidad con el que la mitad de los menores que han recibido el tratamiento no solo han bajado su masa corporal sino que también han logrado cambiar sus hábitos de vida.
El ServicioVasco de Salud comenzó en 2021 a desplegar en su red de Atención Primaria un pionero programa basado en el juego educativo 'El Viaje de Mangols', una herramienta interactiva para abordar el sobrepeso y la obesidad infantil mediante la gamificación que combina el seguimiento profesional en consultas de pediatría con un juego que enseña sobre alimentación, actividad física y fortaleza emocional a través de una aventura alrededor del mundo.
«La obesidad infantil es un problema que está al alza. Hasta ahora, veíamos a los niños en la consulta, les explicábamos lo que era comer saludable, lo que era hacer deporte, les mandábamos a casa y todo acababa ahí. Nos dimos cuenta que eso no funcionaba y pensamos que había que tratarlo de otra manera. Darle importancia no solo a esos puntos sino también tener en cuenta la salud mental, el colegio, las familias, y hacerlo de una forma que fuera atractiva para los niños», explica Amaia Aristizabal, pediatra del centro de salud de Hernani.
El programa, dirigido a niños de entre 7 y 14 años, cuenta con dos fases, una primera de intervención «más intensiva» y que tiene una duración de cinco semanas combinada con consultas presenciales, y otra segunda que se alarga durante un año también de manera analógica cara a cara con el pediatra. El videojuego, al que se puede acceder a través del móvil o la tablet, consta de varias misiones que el menor tiene que ir completando junto a su padre o madre, que hace de tutor. El niño no puede pasar de pantalla sin su supervisión.
90% de los menores que han completado la intervención aseguran que su salud es buena e incluso excelente.
«Cada fase es un país y se tratan distintos temas. Por ejemplo, en alguno la importancia de las cinco comidas, en otro la importancia del desayuno, o de leer las etiquetas y saber lo que estamos comiendo... También se toca un poco el tema del bullying», expone Susana Pajuelo, enfermera del centro hernaniarra.
Desde su puesta en marcha, más de 700 familias han iniciado o completado el programa, de los cuales alrededor de 300 ya han finalizado la intervención completa con resultados clínicos muy alentadores en varios aspectos. Por un lado, más de la mitad de los chavales que han recibido el tratamiento han bajado de peso y, en los mayores de 12 años, ese porcentaje alcanza «hasta el 75%», detalla Aristizabal.Pero no solo eso. Los pediatras han comprobado que ha habido un incremento en la adherencia a la dieta mediterránea y una reducción significativa en el consumo de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados. Todo ello unido a una mayor práctica de actividad física y una disminución del tiempo de ocio sedentario.
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«Aunque parezca contraproducente, porque al final les estamos dando un tratamiento a través de las pantallas, es un programa que está muy limitado.Si pasan más de 10 minutos el juego les dice: 'estoy cansado, apágame'. Tampoco pueden acceder por la noche. Y los resultados nos dicen que antes de la intervención los menores pasaban más de 2 horas frente a las pantallas y tras el tratamiento el 80% ya no lo hace», se congratula la pediatra.
Los resultados clínicos de este pionero programa a nivel estatal no solo no se limitan a la pérdida de kilos, sino que también se ven reflejados en el aspecto emocional. «Uno de los aspectos más importantes es la sensación que ellos tienen sobre su propia salud, cómo se sienten. Al comienzo había un porcentaje bastante alto de niños que su salud era baja o mala, y al final casi el 90% asegura que es buena o incluso excelente», incide Aristizabal, una de las más de 700 profesionales de Osakidetza que se han capacitado hasta la fecha para poder implantar este tratamiento online desde las consultas de Pediatría.
Hábitos saludables
Más allá de perder peso, las dos sanitarias inciden en la importancia de un cambio de estilo de vida. «Está demostrado que la obesidad infantil aumenta el riesgo de padecer obesidad de adultos y las enfermedades que ellas conllevan. En niños es una cosa que es reversible. Pero si esto se mantiene en el tiempo vienen todas las enfermedades cardiovasculares, los infartos, la hipertensión, la diabetes, algunos tipos de cánceres... También tienen más riesgo de enfermedades de salud mental», enumera la pediatra. «Muchas veces es más fácil dar una pastilla para curar algo que cambiar nuestros hábitos, pero en este caso no hay pastilla que cure esto», agrega Pajuelo.
Ambas se refieren, por ejemplo, a «tener fruta y verdura todos los días en el plato y evitar los alimentos que sabemos que no son saludables, los que llamamos ultraprocesados, siempre sin culpabilizar al niño si en algún momento se los come». El de la alimentación, apuntan las dos, es uno de los grandes caballos de batalla a los que siempre se enfrentan las familias porque «vivimos en una sociedad en la que los alimentos que no son alimentos y son perjudiciales para la salud llenan más de la mitad de los supermercados.Es más fácil encontrar cajas llenas de harinas refinadas, azúcar y malas grasas que una fruta que esté en condiciones. Entonces, es muy difícil elegir cuando no tienes elección».
El juego instruye en temas como la alimentación o el bullying, combinado con consultas presenciales
En este sentido, recalcan que el problema no es tanto que comer bien sea caro sino que «comer mal es muy barato. Cuando hay que elegir entre una cosa y otra, si además la mala está muy rica porque están diseñadas para que sean adictivas, es lógico que te decantes por esa. Hay que hacer un poquito de esfuerzo».
Pero mantener unos hábitos saludables va más allá de lo que se come.«También es muy importante tener una vida activa. Moverse muchos, salir, jugar... Saber que hacer deporte tiene que ser divertido, y no un castigo. Intentar disminuir las horas de pantalla, sobre todo asociadas al uso de internet, porque es una forma en la que también el bullying puede llegar hasta casa. Y cuidar la salud emocional, pasar tiempo en familia».
Porque, como aseguran las dos profesionales, la madre, el padre y el entorno en general del menor son «clave» para poder afrontar un cambio de este tipo. «No podemos exigir al niño que sea perfecto cuando el resto estamos haciendo cualquier cosa. Tienen que ir todos a una», sentencia Aristizabal.
'Los viajes de Mangols' continúa su implementación progresiva en todas las organizaciones sanitarias de Osakidetza y Salud espera que para finales de este año ya se pueda integrar en toda la red. También ultima el lanzamiento de una segunda parte del videojuego enfocada a aquellos menores que, concluido el tratamiento, tienen ahora el reto de mantener los hábitos saludables adquiridos y evitar así la pérdida de adhesión durante los años posteriores a la intervención.
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