Euskadi se evade de la pugna entre autonomías por captar turistas a cambio de vacunarlos

La caja de los truenos la destaparon los presidentes de Cantabria, Andalucía y Galicia, Miguel Ángel Revilla (Partido Regionalista) y los populares Juanma Moreno y Alberto Núñez Feijóo, respectivamente. «El que tenga una vacuna fuera y esté aquí, pues se le pone aquí; en el centro de salud en cualquier sitio donde esté, se le llamará». Así de elocuente se mostró el dirigente cántabro a preguntas de los periodistas. Algo parecido esgrimió su colega andaluz ante la hipótesis de recibir veraneantes pendientes de completar la pauta vacunacional. «Si se encuentran fuera de su Comunidad se la ponemos (la vacuna) nosotros», que para eso Andalucía es «tierra solidaria», según señaló el mandatario popular. También el socialista Ximo Puig se suma a esta estrategia en la Comunitat Valenciana, que de hecho ya ha empezado a vacunar a foráneos.

En los estudios sobre solidaridad, Euskadi no suele salir malparada, pero, en plena estrategia por tratar de contener la pandemia, el Gobierno Vasco entiende que ser solidario es anteponer la vacunación a la vacación, con el fin de alcanzar la ansiada inmunidad de rebaño en los plazos previstos pese a los contratiempos que han ido surgiendo en el camino. Es decir, la campaña de inmunización es «un hecho a priorizar», resaltó Sagardui para asegurar que el País Vasco no se plantea vacunar a turistas y defiende que cada ciudadano reciba la pauta completa en su comunidad autónoma correspondiente. Y a aquellos que antepongan su viaje a la vacuna, la consejera les pidió que lo avisen, que anulen la cita y esperen a que se les asigne una nueva fecha. En la misma sintonía se ha manifestado Baleares.

En este sentido, Sagardui recordó que, según los calendarios de vacunación que va actualizando Osakidetza, «tenemos un cálculo real de cuál es la fecha en la que se nos administrará la segunda dosis», que en el caso de Pfizer es a los 21 días del primer pinchazo, y en el de Moderna a los 28 días. Por su parte, AstraZeneca deja un margen más amplio de 12 semanas, que en el caso de personas sexagenarias les coincidirá en el mes de julio. Con Janssen no existe este problema al ser monodosis. Sagardui sugirió tener en cuenta estos plazos a la hora de reservar las vacaciones. Y en caso de que no sea posible evitar que se solapen las fechas, rogó «anular la cita para que en el Servicio Vasco de Salud sepamos que no van a venir» y se les pueda dar hora «en otro momento».

Lo cierto es que últimamente el personal de Osakidetza responsable de organizar la agenda de vacunación viene observando más casos de personas que muestras cierta reticencia a vacunarse ante la incertidumbre de saber si sus días vacacionales le coincidirán con la fecha para recibir la segunda dosis. Ante esto, Sagardui recalcó que «sé que todos estamos pensando en vacaciones, pero no olvidemos que estamos en una situación de pandemia y que la mejor herramienta que tenemos para defendernos y para defender a nuestro entorno es vacunarnos». En esta situación se pueden encontrar en las próximas semanas la población cuarentañera, a la que ya se está vacunando actualmente, o la treintañera, que podría empezar a recibir la primera jeringuilla a finales de mes, con lo que la segunda le coincidirá en julio o agosto.

Mientras tanto, la campaña de vacunación «va avanzando. Ya hay más de un millón de vascos con al menos una dosis», se felicitó Sagardui. El lunes se comenzó a inocular a ciudadanos de 49 años y ayer ya se procedió a enviar los primeros SMS para coger cita a nacidos en 1973. «En la medida en que llegan las vacunas, las administramos», repitió un día más. Un 34% de los vascos ya han recibido la pauta completa.

La «solidaridad» que defienden las comunidades dispuestas a vacunar a personas desplazadas de otras regiones no incluye ofrecer las dosis destinadas a la población local. Es por ello que Cantabria planteará en el Consejo Interterritorial de Salud que las dosis con las que 'obsequien' a sus visitantes les sean reintegradas posteriormente, dado que la distribución de dosis que realiza el Ministerio de Sanidad se rige en función de la población censada.

La opción de vacunar a ciudadanos fuera de su lugar de residencia será debatida hoy en el Consejo Interterritorial de Salud, pero ya fue abordada ayer en la Comisión de Salud Pública, aunque no figurara en el orden del día. Los principales inconvenientes que se prevén en el caso de salir adelante esta propuesta, serían de logística, ya que las comunidades desconocen cuántos viales podrían requerir para inmunizar a turistas. Al mismo tiempo, complicaría extremadamente las cuentas que realiza el Ministerio de Sanidad para calcular la distribución de dosis dependiendo del número de personas que conforman la población diana a inocular cada semana, bastante más complicado que un crucigrama veraniego.