Euskadi echa el cierre a la 1.00 y reduce de nuevo los aforos
El Gobierno Vasco impone desde hoy y hasta el 28 de enero medidas que afectan a la hostelería, el comercio y las actividades culturales y deportivas
Euskadi vuelve a dar un gran paso atrás hacia la normalización de la vida social y recupera viejas restricciones ya conocidas en pandemia. Lo ... hace a última hora y obligado por la expansión de esta sexta ola que la variante ómicron ha hecho explotar, con la atención primaria y el rastreo sobrepasados. Desde hoy, cualquier tipo de actividad comercial, social y cultural deberá cerrar a las 1.00 horas como máximo, por lo que por segundo año no se podrán celebrar cotillones de Nochevieja.
Las nuevas restricciones también afectan a la actividad cultural y deportiva, según lo aprobado ayer por el LABI. Así, se reducen aforos al 60% en todo tipo de establecimientos y recintos interiores; se prohibe el consumo en barra y se establece una distancia de 1,5 metros entre mesas en interiores y terrazas (también afecta a locales y sociedades gastronómicas); la hostelería o los comercios no podrán abrir antes de las 8.00 horas en Nochevieja y la víspera de Reyes; el deporte en interiores no podrá superar grupos de un máximo de 10 personas y se recomienda un máximo de 10 y hasta dos unidades familiares para los encuentros sociales, comidas y cenas navideñas. Este nuevo paquete de restricciones entran hoy en vigor, una vez se publiquen en el Boletín Oficial del País Vasco y estarán vigentes hasta el 28 de enero, lo que compromete más si cabe la celebración de la Tamborrada en Donostia y Azpeitia, que todavía no han tomado una decisión sobre qué harán.
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La propuesta de restricciones tuvo un cambio de guion a última hora. Finalmente no se aplica un cierre más restrictivo para Nochevieja –Urkullu quería cerrar la actividad a las 21.00 horas– y se ha acordado la hora tope a la 1.00 de la madrugada. «Hemos adoptado las medidas sobre las que tenemos competencia y hemos priorizado el trabajo conjunto entre las comunidades autónomas, poniendo medidas similares en común», afirmó ayer el lehendakari en referencia al acuerdo adoptado entre Euskadi y las comunidades limítrofes, después de que su propuesta se echara para atrás el pasado 22 en la conferencia de presidentes.
La limitación decretada en aforos obliga a los sectores afectados a devolver entradas de un día para otro, con el perjuicio que implica. El primer gran evento cultural, el concierto de La Polla Records en el Velódromo previsto para hoy, fue cancelado anoche. Los recintos de hasta 1.600 espectadores deben limitar la asistencia a 600 personas en interiores y 800 en exteriores. Para recintos de entre 1.600 y 5.000 personas, un máximo de 800 en interiores y 1.200 en exteriores; y en recintos de más de 5.000 personas, un aforo máximo del 50%.
El fútbol está directamente afectado. El lehendakari admitió ayer la posibilidad de que vuelva a abrirse el melón de los recursos judiciales. Urkullu mencionó el precedente «que nos condiciona», el auto del TSJPV que dio la razón al la Liga de Fútbol Profesional para elevar los aforos en los estadios del 30 al 60%. Hoy el consejo interterritorial debatirá sobre el asunto para tratar de alcanzar una postura en común, aunque luego cada comunidad tiene autonomía para endurecer el límite fijado.
Se da la circunstancia de que las nuevas restricciones en Euskadi se aplicarán sin solicitar la autorización del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV). El Gabinete Urkullu entiende que es suficiente garantía el paraguas de la declaración de la emergencia sanitaria aprobada el pasado 3 de diciembre y la ley antipandemia. Por de pronto, los hosteleros vizcaínos anuncian recursos. El sector en Gipuzkoa esperará hoy a la reunión que mantendrán con el Departamento de Economía y de Turismo y Comercio para adoptar una decisión.
La eclosión de contagios ha llevado al gabinete de Urkullu a ir más allá del pasaporte covid y el uso obligatorio de la mascarilla en exteriores y aplicar restricciones más severas que afectan esta vez «a todos los sectores, no solo a la hostelería, algo de lo que somos conscientes. Todos son motivo de ocupación y preocupación. Nos preocupa la salud de las personas más vulnerables y también que las medidas sean equilibradas y eficaces», destacó el lehendakari, al tiempo que adelantó la reunión que mantendrá con el sector hostelero para abordar diversas cuestiones como consecuencia de las medidas adoptadas, entre ellas, las ayudas directas para un sector que vuelve a ver cómo se desploma una de las épocas con más trabajo del año.
Las nuevas medidas aprobadas ayer por el LABI suponen un gran paso atrás hacia la normalidad en un momento en que los contagios parecen no tocar techo. La «elevada tasa de incidencia» no se traslada a la ocupación hospitalaria y camas UCI, destacó Urkullu pero «se encuentra tensionada, también la atención primaria» en un contexto de mayor contagiosidad de la variante ómicron y la alta movilidade interacción social en estas fechas.
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