Euskadi rechaza el uso del cannabis medicinal y alerta de la «banalización» de su consumo

Martínez reconoció que el País Vasco tiene un«problema» por el abuso que se hace de esta droga, especialmente entre los adolescentes. Los estudiantes vascos de entre 14 y 18 años son los que más porros fuman a diario en España, según los datos del último informe del Ministerio de Sanidad dentro de la encuesta Estudes. Por esta razón quiso mandar un mensaje a la sociedad recordando que «hay hábitos de vida que generan problemas de salud importantes a medio plazo», recalcó en una entrevista en Radio Euskadi.

El consejero de Salud tildó de «muy vago» el Real Decreto aprobado la víspera por el Consejo de Ministros y que regula el uso de fórmulas magistrales tipificadas elaboradas a partir de preparados estandarizados de cannabis para su uso medicinal en casos en los que los tratamientos convencionales no son eficaces porque «no determina ni en qué patologías» está indicado su consumo. «No me ha gustado», incidió sobre la norma, reconociendo que «es verdad que puede tener usos medicinales».

Las críticas llegaron ayer también desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Gipuzkoa, donde expresaron su sorpresa e incomprensión al quedar fuera de la red de farmacias comunitarias la dispensación de estos tratamientos, que se realizarán desde los hospitales. La medida «cubre una necesidad y creo que llega en un momento oportuno, pero no entendemos por qué no se utiliza la red de farmacias comunitarias», censuró su presidente, Miguel Ángel Gastelurrutia.

A su entender, no existe «ninguna justificación ni técnica, ni económica, ni jurídica» para excluir a las farmacias del circuito de dispensación. «No entendemos por qué no se aprovecha una red tan potente, que precisamente garantiza el acceso, la equidad y la cercanía a los ciudadanos que lo necesiten. No tiene sentido que una persona tenga que desplazarse hasta un hospital cuando podría obtener el medicamento en su farmacia habitual», criticó, poniendo como ejemplo los programas de metadona, que las farmacias vienen gestionando «desde 1995 sin ningún problema», demostrando la capacidad y fiabilidad del sistema.

Una de las grandes polémicas sobre la legalización del uso medicinal del cannabis está en los posibles efectos secundarios que pudiera causar. En un debate tan polarizado como este, Pakita Mateos, responsable del servicio de prevención de la Asociación Guipuzcoana de Investigación y Prevención del Abuso de las Drogas (Agipad), prefiere hacer un llamamiento a la calma. «Está bien que se regule, eso evita que haya venta fraudulenta y especulación. Pero tenemos que seguir trabajando para que su uso no baje la percepción de riesgo que puede conllevar, especialmente entre los adolescentes».

Cautela también demandan al respecto desde el Colegio Oficial de Médicos de Gipuzkoa, desde donde aseguran que «aún quedan muchos estudios por realizar en este sentido y, por tanto, aunque su aprobación abra puertas a nuevos tratamientos, hay que ser prudentes».

Para los consumidores de cannabis esta medida llega tarde.«Ha tardado mucho el Gobierno central en tomar una decisión», reconoce c, asesor jurídico de la Federación Vasca de Asociaciones de Cannabis (Eusfac), donde la aprobación de este RealDecreto ha dejado una «sensación agridulce. Porque entendemos que todavía hay esperanza de que las cosas se regulen, de que haya un marco normativo, pero estamos un poco a la expectativa de ver cómo se va a hacer».

En este sentido, a pesar de ser «un paso adelante», desde Eusfac lamentan que a los clubes de cannabis «no se les ha dado ninguna solución y hay que reconocer que socialmente albergan a buena parte de esos usuarios terapéuticos», que en el caso de Gipuzkoa calculan que alcanzarían el medio millar de personas que actualmente se tratan «en la clandestinidad o en el mercado negro. Porque si los clubes no están regulados, se les podría considerar usuarios clandestinos de la sustancia».

Por estos motivos, Brión llama a «profundizar en adaptar la normativa vigente a las demandas de la sociedad», que en el caso de Euskadi, añade, hace referencia a «la aprobación por parte del Gobierno Vasco del Reglamento de los Clubes Sociales de Cannabis como desarrollo del artículo 83 de la Ley de Adicciones, cuya aprobación está aún pendiente». Según los datos de Eusfac, en el País Vasco hay registrados medio centenar de clubes de este tipo, de los cuales casi la mitad están en Gipuzkoa, con más de una veintena en estado «activo».