4.000 sanitarios vuelven a las bolsas de empleo de Osakidetza tras remitir el virus del Covid
Salud ha prescindido en el último mes de gran parte de los rastreadores y del personal que trabajó en los vacunódromostras el fin de la campaña
terry basterra
Lunes, 25 de octubre 2021, 06:36
La plantilla estructural habitual de Osakidetza antes de la pandemia estaba formada por 27.606 personas, que se elevaba hasta entre 33.000 y 35. ... 000 sumando los eventuales, según los datos aportados por la dirección general a los sindicatos. Pero durante los meses más severos de la pandemia el volumen de trabajadores aumentó de forma notable. Osakidetza llegó a ofrecer la vacuna a un total 39.141 profesionales durante la primera mitad de este año, dentro de la campaña de inmunización de sus sanitarios, según los datos internos a los que ha tenido acceso este periódico.
Estos cerca de 6.000 sanitarios adicionales -un 19% de la plantilla habitual- han reforzado numerosas áreas, además de las propias de atención al paciente en unidades hospitalarias. Muchos de ellos son los sanitarios que han dotado del personal necesario a los vacunódromos y las redes de rastreo, o han aumentado la capacidad de los 'call centres' y del servicio de transporte de enfermos infecciosos en ambulancia. También han estado presentes en los centros de salud como celadores para controlar los accesos de los pacientes, a los que dirigían a unos circuitos u otros en función de los síntomas que presentaban.
Casi todos estos servicios se han desmontado. Los vacunódromos cesaron su actividad a finales de septiembre, la red de rastreo se ha «dimensionado» -como lo denomina Osakidetza- para adaptarse a un escenario de menos contagios, no hay sanitarios a la entrada de los ambulatorios preguntando al usuario que llega si tienen fiebre...
De 700 a poco más de 50
Una parte de los profesionales que fueron incorporados durante la etapa severa de la pandemia y formados en diferentes labores han sido renovados por Osakidetza y reubicados en otras áreas en función de las «necesidades», pero la mayoría se ha quedado sin trabajo y han vuelto a bolsas de empleo del ente. ESK estima en algo más de 4.000 los sanitarios que han pasado a engrosar las listas de contratación y sustituciones. A una parte de ellos, indica el delegado del sindicato en Osakidetza Patxi Nicolau, se les está llamando ya para cubrir vacantes recientes que se han producido en unas u otras áreas. La mayoría deberán esperar a que lleguen los próximos periodos vacaciones para volver. El primero será el de Navidad. La otra opción es buscar trabajo en otro lugar, ya sea en el sector privado o en otra comunidad. Siempre, claro, que la pandemia no repunte con fuerza y Salud vuelva a necesitar de sus servicios. El departamento ha eludido aportar cifras sobre el personal de refuerzo del que ha prescindido tras remitir la pandemia.
La cifra
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39.141 sanitarios que trabajaban para Osakidetza en la primera mitad de este año fueron invitados a vacunarse durante la campaña contra el coronavirus.
Uno de los equipos que más profesionales ha perdido es el de los rastreadores. Echó a andar con enfermeras y durante los meses más complejos de la crisis se reforzó con fisioterapeutas, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales o administrativos, entre otros perfiles. El Departamento de Salud cifró en cerca de 700 los profesionales que trabajaban en estos equipos. El sindicato Satse añade que se acercaron a los 800 en algunos momentos. Ahora esta red ha regresado a una dimensión similar a la que tenía cuando nació en la primavera de 2020. «Se ha deshecho la estructura que se montó», detalla Amaia Mayor, secretaria de este sindicato en Bizkaia. Las 36 enfermeras coordinadoras iniciales cuentan con un reducido equipo de compañeras para realizar el seguimiento de las cadenas de transmisión, tanto a nivel escolar como comunitario. En Satse estiman que en estos momentos trabajan algo más de 50 profesionales.
Con los vacunódromos ha pasado algo parecido. Llegaron a emplear en Euskadi a cerca de 400 sanitarios, entre enfermeras, auxiliares, celadores o administrativos. Una parte de ellos ya formaban parte de la plantilla de Osakidetza y fueron ubicados en estas instalaciones durante aquella campaña, pero más de la mitad fueron contratados expresamente para desarrollar la vacunación masiva de la población vasca. Ahora, los fijos han regresado a sus puestos. De los eventuales solo una parte pequeña ha sido incorporada.
Para Nicolau, esta decisión ha sido un error. «Son profesionales a los que habíamos formado, tenían la dinámica y podían haber sido empleados para reforzar la Atención Primaria, por ejemplo, durante esta campaña de la gripe», indica. Nicolau alerta de que los ambulatorios sufren una sobrecarga de tareas, al sumarles a las que ya tenían la atención de los pacientes Covid en un horario distinto al del resto. «En el último mes se ha disparado la actividad en Primaria sin que se refuercen los equipos. La pauta que se ha trasladado es que hay que priorizar la vacunación. Si tienes a los profesionales ocupados con estas tareas y no se incorpora más personal lo que se va a acabar resintiendo es el control de los pacientes crónicos, que acumulará retrasos».
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