Sacan a relucir contradicciones en una técnico de ADN en el juicio a Ibar
Dijo que no hubo contaminación genética en una camiseta hallada en el escenario, pero admite que la prenda no siempre estuvo bajo su custodia
Joe Nascimento, uno de los cuatro abogados que defienden a Pablo Ibar, puso entre la cuerdas a una analista de ADN de los ... laboratorios BSO que trabajan para la Policía. La técnico Marchese sostuvo ante el fiscal que el rastro genético de Pablo Ibar, que la Policía dice haber hallado en una camiseta recuperada en el escenario de los crímenes, no es producto de una contaminación. Sin embargo, a preguntas del abogado, la testigo tuvo que admitir que la prenda no siempre estuvo en su poder.
El debate sobre la camiseta dará aún mucho de sí. La Fiscalía tiene previsto jugar fuerte esta carta, aunque se la haya sacado prácticamente de la manga. Después de dos décadas y tres juicios sin que absolutamente nadie aportara una sola prueba de ADN, en 2016 la acusación dijo haber localizado una partícula con un rastro genético de Pablo en la camiseta que el autor de los disparos abandonó en el escenario de los hechos.
La defensa de Pablo Ibar siempre ha restado valor a la misma al considerar que la muestra no sería admitida por ningún tribunal como una prueba concluyente. La prenda solo ha dado positivo en cinco «locis», un valor genético que en circunstancias normales llevaría a cualquier juez a rechazarlo como prueba determinante.
El juez impide a la defensa sacar a relucir los errores cometidos por el mismo laboratorio de la analista
Un compañero de piso de Pablo reconoce que en la vivienda había una pistola
Pero la discusión sobre ese aspecto se producirá dentro de unos días. El lunes pasado, la técnico Marchese trató de descartar toda posibilidad respecto a una contaminación de la camiseta cuando la misma estuvo en el laboratorio. Sin embargo, ante las preguntas insistentes de Joe Nascimento no tuvo más remedio que admitir que la mayor parte del tiempo la custodia de la prenda hallada en el jardín del lugar del triple asesinato no había estado en su posesión ni sabía exactamente qué había sido de ella durante ese periodo.
La técnico también reconoció que en los análisis de los pelos extraídos de la camiseta y que fueron realizados en 1997 excluían a Pablo Ibar. Asimismo, certificó que los perfiles genéticos de usuarios habituales de la camiseta excluían a Pablo Ibar.
Se da la circunstancia de que los laboratorios BSO se han visto en el pasado involucrados en casos de contaminaciones y de protocolos deficientes de custodia de pruebas. El juez, no obstante, prohibió que la defensa pudiera mencionar ante el jurado este aspecto, al entender que no era pertinente y no guardaba relación con el caso.
En la sesión del lunes también testifico un varón de origen hispano apellidado Rincón que convivía con Pablo Ibar y otras personas en la casa situada en la Calle Lee, que era de propiedad de un tal Hernández y a la que, según dijo, accedían muchas otras personas. Rincón afirmó que en aquella vivienda había una pistola Tec-9 que era propiedad del citado Hernández «pero a la que todos tenían acceso». Sostuvo que en uno u otro momento vio manipular el arma a todos los residentes. Admitió que solía ir al campo de tiro con Hernández para disparar con ese arma.
Afirmó igualmente que unos zapatos que la Policía confiscó en la casa pertenecían bien a Hernández o a Pablo Ibar. Es de recordar que en una sesión anterior, un experto de la Fiscalía señaló que la suela se correspondía con una de las huellas de sangre del lugar del crimen, aun cuando en todos los juicios anteriores otro experto certificó que no coincidía. En el contrainterrogatorio de la defensa, no obstante, el testigo no pudo afirmar «con seguridad» que esos zapatos pertenecieran a Ibar, aunque opinó que eran o bien de Pablo Ibar o de Hernández. Lo único que sostuvo con rotundidad es que los zapatos no eran suyos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión