El primer año de pandemia ahorró a Euskadi 390.000 toneladas de residuos

En total, en el País Vasco se contabilizaron 5,7 millones de residuos, frente a los 6,1 millones de 2019. Se registraron descensos en todas las tipologías. Donde más se notó la crisis sanitaria fue en los peligrosos, como consecuencia de la parálisis industrial, de los que hubo que recoger un 9,1% menos. A continuación, en los escombros de construcción y demolición, que bajaron un 7,4%. Por debajo de la media se recortaron los desechos no peligrosos (-5,9%) y los urbanos (-5,5%). En el último caso se incluyen las basuras de los hogares y de la hostelería. A pesar de que en 2020 los ciudadanos pasaron muchas más horas en casa y lo previsible es que generaran más basura doméstica, el incremento no fue tan grande como para compensar la caída habida en los desechos originados por la hostelería.

Lo que no varió significativamente es la proporción de cada tipo de residuo. Casi seis de cada diez toneladas que se tiran a la basura en Euskadi (3,2 millones, el 57%) son desechos no peligrosos, principalmente industriales; el 21% (1,2 millones) proceden de la construcción; el 17% (963.561) es basura urbana de hogares, hostelería y asimilables; y el 5% (302.168) son residuos peligrosos que exigen un tratamiento específico más controlado.

Los datos vienen recogidos en una respuesta parlamentaria de la consejera vasca de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia (PNV), a una solicitud realizada por el parlamentario de EH Bildu Mikel Otero, quien solicitaba información sobre la evolución de la generación y gestión de los residuos en Euskadi entre 2019 y 2021. En el escrito, Tapia apunta que aún no es posible aportar los datos de 2021, ya que para ello se requieren las memorias de actividad de ese año de los gestores de residuos, que tienen de plazo para presentarlas hasta el 31 de marzo. También apunta que los datos de 2020 «requieren todavía de algún contraste para su oficialización, por lo que son provisionales», si bien son válidos para conocer la foto de los residuos en Euskadi y el efecto que en esta actividad ha tenido la pandemia.

El informe también detalla el destino final de los residuos, donde destaca que el porcentaje que acaba en vertederos u otros sistemas de eliminación se redujo del 35% en 2019 al 28,7% en 2020. Dejaron de verterse ese año a escombreras más de medio millón de toneladas de desperdicios, al pasar de 2,1 millones a 1,6 millones.

Y es que el menor volcado a vertederos no fue solo consecuencia de que hubo menos basura generada. También de que aumentó la tasa de aprovechamiento de esos residuos (reciclaje, compostaje, valorización energética mediante incineración...). En este apartado tuvo un papel fundamental la entrada en funcionamiento en 2020 de la incineradora de Zubieta, que ha marcado un antes y un después en el tratamiento de las basuras urbanas en Gipuzkoa. Esta instalación tiene capacidad para tratar 162.000 toneladas anuales de residuos, de los que entorno a un 8%-10% suele ser material recuperables y 135.000 fracción resto para quemar y generar 160.000 MWh de energía renovable.

La actividad de la planta de Zubieta coadyuvó a que el porcentaje de basura urbana destinada a generar energía con su quemado subiese en Euskadi del 21,6% al 27,7%, al incinerarse en el conjunto de la comunidad autónoma 266.922 toneladas, casi 50.000 más que el año anterior a pesar de que los residuos municipales se redujeron en 56.000 toneladas.