Quemando rueda frente a Caballería
Pingüinos 2022 ·
Datos oficiales cifran en 38.116 los motoristas que rodaron hasta Valladolid para celebrar la cuadragésima edición de la fiesta invernal de las dos ruedasMartes, 18 de enero 2022, 06:50
Aquella máquina no había sido creada para una ruta invernal entre desfiladeros por los descendientes del Conde Giovanni Agusta, fundador en Cascina Costa, de la ... compañía aeronáutica que lucía su escudo heráldico y que luego se dedicaría a la construcción de motocicletas de lujo. Aquella máquina recibía los sobrenombres de 'Brutale', de 'Superveloce' y estaba emparentada con las que en 2019 habían regresado a los circuitos de MotoGP. Pero no, provocativa, exigente, salvaje para con quien la pilota y celosa para con quien va detrás, no había sido soñada para rodar desde el territorio histórico de Gipuzkoa hasta la ciudad de Delibes, el Museo Herreriano y el monumento a los Cazadores de Alcántara, en el Paseo de Zorrilla, frente a la Academia de Caballería. Por donde desfilarían en la noche cientos de motoristas con antorchas encendidas en honor a quienes cayeron en la rodada. No, no mordieron el asfalto. Lo besaron.
No, no era máquina para rodar entre temperaturas que oscilaron entre los -06 y los 1,7 grados hasta que, atravesado Pancorbo, un Pancorbo envuelto en el frío sol de invierno, la temperatura ascendió a unos esplendorosos 3,5 grados. No era cabalgadura para tener a la vista los campos cubiertos de plumas y agujas de hielo, para sentir la cencellada en su altiva cúpula. Pero no se arredró. Galopó señorial. En compañía de otra máquina que tampoco pertenecía a estos caminos, una Guzzi V.1000 G5 de finales de los años 70 pilotada por gentes del club Sons of Euskal Herria, 'chapter' vascongado reconocido por todos los amantes de la moto creada no lejos de Venecia.
Acampada en un pinar
No, no parecían máquinas para rodar hacia concentraciones invernales, acampar en un pinar y luego ver cómo otras criaturas más del siglo XXI quemaban ruedas de quads japoneses frente, precisamente, al Monumento a los Cazadores de Alcántara. Pero allí estaban la Guzzi y la Agusta. Junto a una Vespa hiper clásica que en su escudo frontal proclamaba, orgullosa, pertenecer a un miembro de la casa Slytherin del colegio Hogwarts, la de las brujas y los magos oscuros.
Hubo miles de motos más el fin de semana en Valladolid. Miles. Las Triumph Scrambler 1200 del último Bond, las Tracer 900 de Yamaha, las Royal Enfield recién bajadas del Himalaya. Hizo frío. Salió el sol. Unas chicas motoristas se casaron en el campamento de la Hípica Militar. Corrió el caldo, el rock y el patxaran. Algún depósito se heló. Un altivo cisne se dejó fotografiar en Campo Grande. Pingüinos 2022. Oficialmente, 38.116 inscritos. Más los 'outsiders', los sin ley ni chapa conmemorativa.
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