El lío con los polvorones de una comunidad de vecinos vasca

La convivencia en cualquier comunidad de vecinos no siempre resulta sencilla. Y es que a la compleja (e inexplicable) personalidad de algunos y los modos mejorables de otros, siempre hay que sumar a quienes presumen de continuos gestos carentes de educación y respeto hacia los demás… que abundan más de lo deseado. ¿Ejemplos? Muchos. Algunos vecinos no se cortan lo más mínimo y llegan a depositar su basura en el portal -eso sí, bien recogida-, otros se dedican a lanzar colillas por los patios interiores y los hay incluso que hasta aprovechan cualquier espacio del ascensor -sobre todo los bien visibles- para desarrollar su talento e inmortalizar todo tipo de garabatos y deseos inconfesables. Aunque siempre hay soluciones y vecinos más cívicos que tratan de buscar lo mejor para la comunidad de propietarios.

De esta falta de educación y civismo tampoco se han librado en una comunidad de vecinos vasca, cuyos propietarios han sido testigos de cómo un anónimo propietario le daba, y con gusto, a los polvorones. El problema no era que le gustaran demasiado los dulces o que no tuviera tiempo de comérselos en casa y no le quedara otra que saciar su apetito recién salido de casa. Qué va. El origen del mal rollo en la comunidad ha sido que se encontraban, día sí y día también, los envoltorios de los polvorones depositados en sus respectivos buzones. Y para colmo, vacíos. Eso sí, al menos eran de nivel ya que dejó bien visible su rastro y se trataba de polvorones de la casa Solokoetxe, una de las más tradicionales de Bilbao.

Esta forma de dar la bienvenida a la Navidad no gustó, para nada, a los sorprendidos vecinos del bloque de viviendas y los ánimos comenzaron a caldearse conforme pasaban los días. Por ello, no se les ocurrió otra idea que la de dejarle un original mensaje en forma de sugerencia para que acabara de una vez por todas con sus malos e incívicos hábitos.

Tal y como evidenciaba el usuario @Jokowashere en Lío de Vecinos, una cuenta de X (antigua Twitter) que recopila todos los problemas que se generan habitualmente entre propietarios, el aviso a navegantes no dejaba lugar a la duda. «A la atención del vecino que se come los polvorones y luego hecha el envoltorio en los buzones», comenzaba el escrito, pegado en una de las paredes de lo que se supone es el portal. Y si bien el inicio contenía dos erratas graves, también lo era el tono con el que se dirigían al vecino caprichoso.

«El papelito se hecha en la papelera o en la basura de tu casa. Dejar el envoltorio dentro de los buzones ajenos es una guarrería», añadía el mensaje, antes de dar las gracias al vecino incívico por su ayuda. Ante todo, educación. Pese a todo, y para que el infractor se diera por aludido, los esperanzados vecinos no dudaron en adjuntar una de las muestras del delito, un envoltorio que dejaron bien abierto y adherido a la nota de advertencia. Todo sea para que no hubiera lugar a la duda.

Por el momento no se sabe si la campaña de esa comunidad de vecinos ha tenido éxito o no, pero lo cierto es que el mensaje publicado en redes sociales ha generado una gran repercusión, con todo tipo de comentarios y usuarios que se han despachado a gusto con el infractor, desde los que le querían dar un «rapapolvorón» hasta los que -pese a todo- le deseaban una «Feliz Navidad».