Unai Martín: «La natalidad se recuperará en Euskadi dentro de unos cinco años»
«El problema es que hay tan pocos jóvenes que no van a conseguir relevar a los que se jubilan», dice
Unai Martín resta importancia a la caída de la natalidad del 8,7% registrada en Gipuzkoa el año pasado y cree que hacia 2028 se ... frenará el descenso, como ya ha ocurrido otras veces. Pero para ello «hace falta una voluntad política real y que hagamos cosas que realmente sean eficaces», afirma.
– Gipuzkoa es el territorio vasco donde más bajó la natalidad en 2022. ¿Hay alguna explicación?
– Desde hace unos años la fecundidad en Gipuzkoa tiene un peor comportamiento que en el resto de los territorios, pero tampoco creo que sea un descenso tan grande como para ser algo especialmente importante.
– ¿No es relevante una caída del 8,7%?
– Este descenso se debe en gran parte al número de mujeres en edad fértil. Están entrando en esa edad las generaciones que nacieron en los años 90, cuando la fecundidad, el número de hijos por mujer, era muy baja. El grupo de edad de 25 a 39 años, que es el que más hijos tiene, acumula casi el 80% de los nacimientos, y dentro de unos cinco años ese grupo habrá quedado reducido un 20%. Aunque estas mujeres tengan los mismos hijos que sus hermanas mayores, nacen menos niños porque ellas también son menos.
– ¿Seguirá bajando la natalidad?
– Yo diría que hasta dentro de unos cinco años.
– ¿Y después?
– En 1994 Euskadi tocó un suelo histórico en la fecundidad. Nacieron 0,9 hijos por mujer, que es algo que no se ha dado en ningún lugar del mundo. Aunque en el imaginario colectivo parece que la natalidad lleva bajando siglos, ha aumentado casi un 50% en Euskadi entre 1994 y 2018. Digo esto porque este incremento hará que a partir de 2028 el número de mujeres en edad fértil sea cada vez mayor, con lo que la natalidad volverá a recuperarse, pero es difícil de prever porque depende mucho de cómo cambie la sociedad y si conseguimos unas condiciones dignas de vida para los jóvenes.
«Vamos hacia una sociedad con un éxito enorme porque logramos que la gente llegue a mayor sin morirse»
– ¿Entonces, el descenso de la natalidad tiene freno?
– El descenso de la natalidad se frenará a finales de 2027 o en 2028. En cuanto a la fecundidad, lo más normal es prever que se mantenga igual o que incluso suba, porque cada vez hay más conciencia social de que es necesario hacer algo. Hace falta que haya una voluntad política real y que hagamos cosas que realmente sean eficaces» .
– El Gobierno Vasco ha anunciado una ayuda de 300 euros al mes durante dos años para bajar la edad de emancipación de los jóvenes. ¿Ayudas de ese tipo son positivas?
– Ayudar a la emancipación es positivo, pero la fórmula que ha elegido el Gobierno Vasco es poco efectiva. Todas estas ayudas de 300 euros al mes se acaban diluyendo.
– ¿Por qué?
– La vida cambia mucho y la gente joven quiere tener una situación de seguridad para tener hijos. Para eso necesitas perspectivas de futuro, lograr un trabajo y poder acceder a una vivienda, pero no que te den 300 euros durante dos años. Se necesitan medidas estructurales que cambien el modelo.
– ¿Qué medidas serían efectivas?
– Atacar la precariedad laboral y un mercado de vivienda en alquiler realmente accesible, no que durante unos meses te den una ayuda para alquilar un piso. Hay también un tema importantísimo, que es la igualdad de género en el cuidado. Hay mucha evidencia que demuestra que cuando en el hogar hay un reparto más equitativo del cuidado, la natalidad es mayor.
– ¿Vamos hacia una sociedad más envejecida?
– Sí y no. Yo tengo mis dudas con eso porque la gente es más joven ahora con 65 años que antes. Vamos a una sociedad con un éxito enorme porque conseguimos que la gente llegue a ser mayor sin morirse.
«Tenemos que estar cuidando a los jóvenes como oro aunque solo sea por nuestro propio interés»»
– ¿Será una sociedad a la que le va a faltar el impuso de la juventud?
– No sé. Las edades se redefinen mucho y lo que es ser joven o no cambia con el tiempo. El gran temor demográfico no es la gente mayor sino el relevo generacional. Eso es lo que tenemos que estar planteándonos. El problema de Euskadi es que hay tan pocos jóvenes que no van a conseguir relevar a los que se van. Hace unos años, por cada persona en edad de jubilarse había 1,2 entrando y ahora estamos en torno a 0,6 y vamos a llegar al 0,4.
– ¿No va a haber gente suficiente para ocupar puestos de trabajo?
– Ya hay sectores que no consiguen este relevo. Se habla mucho de los médicos, pero es un problema que afectará a la industria o al sistema educativo. Y cuando hay pocos jóvenes en cantidad también lo hay en calidad. Nos va a hacer falta gente, esta es una preocupación que tendría que estar en la agenda política.
– ¿Y no lo está?
– Yo creo que no. Somos muy cortoplacistas y pensamos que ya lo arreglará otro.
– ¿Qué se puede hacer?
– Por lo menos, tener un plan de qué vamos a necesitar y, sobre todo, no lanzar a los jóvenes mensajes de que no van a tener futuro. Tenemos que estar cuidándolos como oro aunque solo sea por nuestro propio interés. Debemos preocuparnos mucho por dónde y cómo se forman y por lo que van a necesitar en un futuro cercano. Hay que cuidarlos ahora y eso no lo estamos haciendo.
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