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Es vital tomar las medidas de seguridad pertinentes para viajar en coche con perros F. P.

Mascotas en carretera, las grandes olvidadas

Uno de cada cinco conductores lleva a sus animales sin ningún sistema de protección, una irregularidad para que la que se contemplan multas que oscilan entre los 80 y los 500 euros

Naroa Ascunce

Viernes, 8 de agosto 2025, 06:58

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Cada vez más personas deciden llevar a sus animales de compañía de vacaciones. Ya sea a la playa, al monte o a pasar unos días en el pueblo, las mascotas se han ganado un hueco en el coche. Pero viajar con ellas implica algo más que ponerles una mantita en el asiento trasero. A pesar de lo común que resulta verlas asomar la cabeza por la ventanilla, su seguridad sigue sin ser una prioridad para muchos conductores. Del mismo modo que hay normas para garantizar la protección de los pasajeros -cinturones, sillitas infantiles…-, también existen reglas para transportar animales. Sin embargo, según los últimos datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), la mitad de los dueños que viajan con sus mascotas desconoce el reglamento. Pero no conocer la norma no exime de recibir una sanción en caso de infracción.

Llevar al perro suelto en el coche, aunque el trayecto sea de apenas unos minutos, puede salir caro: las multas van desde los 80 hasta los 500 euros. Pero más allá del golpe al bolsillo, lo realmente grave es el peligro que supone para el resto de conductores. «Un perro de diez kilos puede convertirse en un proyectil de 350 kilos en caso de colisión a 50 km/h», advierten desde el Real Automóvil Club Vasco Navarro (RACVN). Por eso, insisten en la importancia de utilizar sistemas de sujeción homologados adecuados para ellos, del mismo modo que se hace con los niños, como «transportines bien anclados o arneses diseñados para soportar impactos».

Según datos del Real Automóvil Club, uno de cada cinco conductores lleva a sus mascotas sin ningún sistema de protección. De los que lo hacen, un 87% lleva sistemas de retención, un 11% lleva al perro en el maletero –pero suelto y sin red de separación con el habitáculo– y un 1% lleva al animal sujeto en brazos de un pasajero. Esta última y no tener ningún sistema son prácticamente lo mismo.

Según las recomendaciones de la DGT, en caso de que los animales viajen en el interior, lo más seguro es que lo hagan con su correspondiente sujeción en los asientos traseros o en el maletero, en posición transversal y, si es posible, separados del conductor mediante una red. En caso de perros grandes -en torno a 25-30 kilos y 40-50 centímetros de altura- o que viaje más de un animal los expertos aconsejan que se use un remolque o transportín exterior tanto para que vayan más cómodos como para que no ocupen espacio dentro del habitáculo.

Independientemente del número de ocupantes del vehículo -sean personas, animales o cosas- y tal y como se recoge en el artículo 18 del Reglamento General de Circulación, lo fundamental es que «el conductor debe conservar su libertad de movimientos y su campo de visión». No hacerlo puede acarrear una sanción económica cuya cuantía variará en función de la gravedad de la infracción. En el caso que nos ocupa, el transporte de nuestras mascotas, llevar al animal suelto dentro del coche está tipificado como una infracción leve, con multa de 80 euros, que se reduce a 40 en caso de pronto pago.

Pero hay situaciones más graves, como por ejemplo viajar con la mascota en brazos o en el asiento del copiloto. La Ertzaintza señala que «esta conducta puede considerarse conducción negligente o incluso temeraria, en función de la gravedad». Las multas en estos casos oscilan entre los 200 euros y los 500 euros; unas cantidades que bajan a 100 y 250 euros por pronto pago. Además de la sanción económica, los conductores también se exponen a la retirada de hasta seis puntos del carné.

No se trata solo de proteger al animal o a quienes viajan dentro del coche. Desde el RACVN recuerdan que el riesgo de no llevar a las mascotas con la sujeción reglamentaria pone en peligro también al resto de usuarios de la carretera. «Un simple ladrido por la ventanilla puede asustar a ciclistas o motoristas y provocar una caída», indican. Además, «en caso de una colisión, la mascota puede impactar contra cualquier pasajero o golpearse con el interior del habitáculo», advierten desde la Ertzaintza. Pero el peligro no termina ahí. Un objeto sin sujeción aumenta su masa con la velocidad, por lo que si sale despedido del vehículo, «aunque se trate de un perro pequeño, de unos 10 kilos, puede alcanzar hasta los 350 kilos en una colisión a una velocidad de 50 km/h», alerta el RACVN.

La prevención empieza en casa

Otro de los aspectos más delicados a la hora de viajar con mascotas es qué ocurre con el animal en caso de resultar herido en un accidente. Una medida práctica y poco conocida que recomiendan los expertos es «llevar alguna identificación visible como una pegatina o tarjeta que indique que se viaja con un animal», ya que esta pequeña acción, en caso de accidente, «puede salvarle la vida, puesto que ayudará a los equipos de rescate a buscarlo si ha salido despedida del coche».

Pero, ¿quién y cómo se le atiende? La respuesta es tan sencilla como preocupante: «No existen unidades veterinarias móviles ni instrucciones específicas para los equipos de emergencia», explica el veterinario donostiarra Pedro Sorando. «Si el animal lleva chip, los servicios de emergencia intentan contactar con algún familiar. Si no, avisan a la protectora municipal, la cual tiene veterinario asociado que se encarga del animal herido», añade.

La situación se complica todavía más cuando no hay un dueño identificado. En clínicas privadas, como en la que él trabaja, «si llega un gato atropellado, muchas veces los atiendes por ética, porque como profesional no puedes permitir que sufra. Y sabes que si no lo haces, se muere». Pero cuando el dueño también ha resultado herido en el accidente, los centros veterinarios no pueden realizar procedimientos como anestesias, cirugías o ingresos hospitalarios sin el consentimiento del propietario. «Nunca me ha llegado un caso así», reconoce Sorando. «Pero si pasara, estaríamos ante una situación límite sin cobertura legal».

Para evitar llegar a estas situaciones, el profesional recomienda incluir una autorización firmada en la documentación del coche que permita a cualquier veterinario atender al animal en caso de emergencia. Y, junto a ella, dejar también visible el número de una persona de contacto.

«En general, es innecesario medicarlos para viajar»

¿Hay que medicar a nuestras mascotas antes de viajar? Desde el RACVN aconsejan consultar siempre con el veterinario antes de administrar cualquier fármaco ya que es él quien conoce el historial del animal y puede valorar los medicamentos adecuados.

Según el veterinario Sorando, «en general, es innecesario medicarlos» antes o durante el viaje. Solo en casos extremos, cuando el animal sufre vómitos, defeca o muestra una alteración importante, podría plantearse el uso de fármacos para viajar tranquilos. «Pero no es recomendable someterlos a ese tipo de medicación si no es estrictamente obligatorio», advierte. Para los animales que se marean con facilidad, recomienda evitar comida o bebida en las horas previas y ofrecerles un poco de agua durante las paradas para que se mantengan hidratados.

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