Badr, el joven que tras 22 años en Gipuzkoa se lanza a la aventura de llevar la tarta de queso a Marruecos
Tras más de dos décadas en Errenteria, este cocinero ultima la puesta en marcha de un negocio de tartas de queso en Tánger
Badr Ben Omar tiene 27 años y acaba de regresar a Tánger, su ciudad de origen. Tras vivir durante más de dos décadas en la localidad guipuzcoana de Errenteria, su pasión por la gastronomía le ha animado a tomar una decisión vital, de la mano de uno de los platos estrellas de la cocina guipuzcoana como es la tarta de queso.
«He vivido durante 22 años en Errenteria, donde me formé en cocina y gastronomía en Cebanc. Mi primer trabajo fue en el Kaskazuri donde hice mis practicas, tambien pasé por el Hotel Londres unos meses y por el Hotel Villa Magalean, en el restaurante Mahasti que ahora está cerrado, antes de dejar la hostelería», relata el joven emprendedor que, tras años de aprendizaje y experiencia, ha vuelto a la ciudad del norte de Marruecos con el propósito de llevar la auténtica tarta de queso vasca fuera de nuestras fronteras de la mano de Vascque.
Una pasión que comparte con otras muchas personas unidas a Euskadi y Gipuzkoa que han encontrado en este mítico postre, popularizado hace décadas por el restaurante La Viña en San Sebastián y ganador de certámenes y reconocimientos, una manera de abrirse un hueco empresarial en el extranjero como ya han demostrado Lucía Larragoiti con sus tartas de queso de La Maritxu que triunfan en Londres o la ucraniana Yarina Romániv, con su cafetería San Sebastián Cafe en Lviv y al que ahora quiere sumarse Badr con esta nueva aventura.
«Mi proyecto nace del amor por esta receta tan emblemática y del deseo de darla a conocer en Marruecos, donde está despertando una gran curiosidad», explica el antiguo vecino de Errenteria. Según cuenta en conversaciones con este periódico, hace algún tiempo que en Tánger se conoce la tarta de queso vasca donde se ha introducido bajo el nombre de San Sebastian Cheesecake, si bien no se asemeja demasiado a la receta original.
«Es una tarta de queso muy parecida pero la mezcla no es igual y ellos le añaden esencia de vainilla, a veces zumo de limón... Y se sirve bañada en chocolate. Siempre les digo que en Donostia jamás la hemos conocido así. En fin, he visto de todo», bromea.
No obstante, el interés que ha levantado la tarta de queso entre el consumidor local le ha servido a Badr como impulso de su nuevo proyecto para el que no solo ha tenido que estudiar en profundidad este plato y su receta, que ahora aplica con máximo respeto y fidelidad, sino también importar sus ingredientes.
«Estoy trabajando para mantener su esencia y textura original, con un enfoque artesano y respetuoso con el producto. Al principio cuando me mudé aquí hice varias pruebas con materia prima local y no conseguía los resultados que quería. Por eso traigo todos los productos, como el queso, la mantequilla o la nata del norte de España», confiesa.
Ahora, desde una pequeña cocina donde elabora diferentes productos, que van desde la tarta de queso vasca tradicional a otras tartas con base de galleta y diferentes sabores de queso, el cocinero ultima los preparativos antes de comenzar a recoger pedidos y operar en delivery. «Me falta hacer la carta y cerrar todos los sabores con varias pruebas», señala.
Un reto que ya ha comenzado y del que Badr da a conocer todos sus pasos a través de las redes sociales, donde un vídeo grabado entre Errenteria, la playa la Concha y final en Tánger sirve de aperitivo de los primeros pasos de Vascque al otro lado del estrecho de Gibraltar.
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