El Gobierno Vasco diseña un plan de migración para atender a 400 personas en un solo día

El plan de respuesta, por lo tanto, se divide en tres escenarios. El primero, el A, considerado «probable», implica estar preparados para recibir «en momentos puntuales» a una afluencia de más de 100 personas en un mismo día. El B, calificado como «posible», aumenta la atención a la afluencia de más de 200 migrantes en una única jornada, en un momento en el que podría contarse con 238 plazas para dar asilo y que aumentarían si se pasara al escenario C, una atención a cuatro centenas de transeúntes. De esta manera, se considera que este servicio «para ser viable y sostenible, debe ser necesariamente rotatorio y limitado en el tiempo, salvo en situaciones de excepcional necesidad».

El Plan de Contingencia para la atención humanitaria de emergencia se ha «desarrollado y adaptado a las necesidades de cada momento», con el objetivo de «seguir ofreciendo y mejorando una respuesta humana, proporcionada, sostenible y solidaria». Es la respuesta de la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, a la parlamentaria del grupo mixto, Amaia Martínez, en la que la sailburu ponía de manifiesto la labor del Gobierno Vasco para con los migrantes más allá de recabar información sobre los perfiles de las personas que utilizan dispositivos de acogida o la participación en la Mesa Interinstitucional de Coordinación.

Artolazabal puso de manifiesto en sede parlamentaria que el de la migración «no es un fenómeno accidental, sino estructural y global» que se manifiesta «en el mundo, en Europa», así como en Euskadi. Por tanto, ofrecer una respuesta adecuada ante esta realidad «es una obligación en el derecho interno y europeo, y en el derecho internacional». El fenómeno migratorio en la frontera no solo tiene una dimensión «normativa», añadió, sino también una «humanitaria, de ética democrática porque define la capacidad de solidaridad y civilización de una sociedad».

La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales recordó asimismo que aunque tanto fronteras, extranjería como migraciones sean competencia exclusiva del Gobierno central, desde Euskadi y las instituciones vascas «venimos trabajando en los últimos años para articular una respuesta integral a esta realidad». Lo que se traduce en una labor coordinada con Cruz Roja y otras entidades sociales, en el marco de la Mesa interinstitucional y social de atención de urgencia a personas migrantes en tránsito y en un sistema de recursos de acogida de emergencia. «De este trabajo coordinado se ha dado forma a una estructura de recursos creada al efecto», aseguró.

Por otra parte, el Gobierno Vasco y Euskal Herri Elkargoa firmaron una Declaración institucional ante la crisis de las migraciones en tránsito «para trabajar en un nuevo Marco de colaboración institucional que contribuye a paliar el sufrimiento y los riesgos a los que se exponen las personas migrantes en tránsito». Una alianza en la que ambas administraciones «nos hemos comprometido a crear un diálogo permanente en el que compartir y ofrecer una respuesta a las situaciones relacionadas con el fenómeno migratorio en tránsito».

En lo que va de año, ha perdido la vida siete personsa que intentaban cruzar la frontera entre nuestro territorio y Francia. El pasado mes de octubre tres jóvenes argelinos —Fayçal Hamadouche, Mohamed Kemal y un tercero cuya identidad no ha trascendido— fueron arrollados por un tren al otro lado de la muga en Ciboure; otros tres migrantes murieron ahogados en el Bidasoa en su afán por cruzar la frontera a nado, entre los que se encontraban el guineano de 18 años Abdoulaye Koulibaly y el costamarfileño de 28 Yaya Karamoko, y, por último, un joven eritreo de 21 años, Tessfit, que se quitó la vida en Azkenportu, frente a esa frontera que para muchos subsaharianos se ha convertido en una trampa mortal.