Euskadi ahorra en la RGI 30 millones al año por la caída de la demanda y el ingreso mínimo vital
Pasaia y Soraluze son los municipios guipuzcoanos con la mayor tasa de perceptores de esta prestación, que recibe el 3,1% de sus vecinos
Euskadi ha cerrado el año 2021 con un ahorro de hasta 30 millones de euros en lo presupuestado para la Renta de Garantía de Ingresos ( ... RGI), debido, sobre todo, a la caída de demandantes y al Ingreso Mínimo Vital (IMV), que empezó a abonarse a mediados de año. Si el Gobierno Vasco había destinado a esta ayuda cerca de 380 millones, han bastado 350 para sacar adelante la prestación, con todo lo que esto conlleva. No obstante, ¿cómo se explica este menor gasto en plena pandemia sanitaria, con consecuencias más que visibles en la vida social y económica de la ciudadanía?
Ya en 2020, en medio de sucesivas olas de la pandemia y a pesar de que había datos «esperanzadores» en el empleo, la «incertidumbre» llevó al Departamento vasco de Trabajo y Empleo a incrementar en 10 millones el presupuesto sobre el ejercicio anterior –de 370 a 380–, cantidad que no ha hecho falta siquiera utilizar en todos estos meses.
En cualquier caso, la «constante» caída del desempleo y los ERTE, que según fuentes del propio departamento «han funcionado como escudo para evitar la destrucción de empleo y que hubiera más personas potencialmente demandantes» son los principales motivos de este ahorro, que sorprende en un momento tan delicado. En diciembre de 2020 la cifra de perceptores de la RGI en Gipuzkoa era de 13.257, y a finales de 2021, de 12.401. En apenas un año el número de guipuzcoanos que reciben esta ayuda ha bajado un 6,46%, acercándose a la situación prepandemia, teniendo en cuenta que 2019 cerró con 12.361 beneficiarios, solo 40 menos que al cierre del año anterior.
Pero este descenso no es la única razón para que el Gobierno Vasco no haya necesitado gastar el 7,8% de la cantidad presupuestada para la RGI en 2021. A mediados de año se empezaron a tramitar los expedientes del IMV en Euskadi, un ingreso computable para el cálculo de la cuantía correspondiente de RGI y que cuando culmine su traspaso a Lanbide agilizará los trámites administrativos para estas prestaciones sociales. Pese a que aún «no se ha hecho un análisis exhaustivo», la puesta en marcha de esta ayuda, que está suponiendo de media unos 8 millones mensuales al Estado, se ha visto reflejada en el gasto de Euskadi, tal y como muestran los datos.
1,7% de guipuzcoanos
Esta mejora en la situación de pobreza a la que, desafortunadamente, aún se enfrentan miles de personas cada día, también se ha percibido en los municipios de Gipuzkoa. Así, el 1,7% de las 718.887 que viven en el territorio cobra la RGI, si bien en dos de los municipios la tasa de perceptores supera el 3% y en un total de 26 municipios igualan o exceden el 1,7%.
Pasaia y Soraluze encienden las alarmas, despertando al menos un ápice de preocupación. El 3,1% de los vecinos de estas localidades necesita la RGI para poder salir adelante, siendo estos los municipios del territorio con un mayor porcentaje de beneficiarios y, por lo tanto, una mayor tasa de pobreza. Mientras que 522 de los 16.612 habitantes de Pasaia cobran esta prestación, en Soraluze hacen lo mismo 119 de los 3.838 residentes. Estos datos, que no pueden dejar indiferente a nadie, no incluyen el número de personas que no cobra esta prestación pero que sí vive en situación de pobreza y que, por sus circunstancias, no puede beneficiarse de esta ayuda. Este hecho podría variar y ampliar el número de personas con escasos recursos económicos que, aunque no puedan acceder a ella, necesitan ayuda.
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Dejando de lado Pasaia y Soraluze, que lideran el ranking con la misma tasa pese a encontrarse cada uno en un extremo de Gipuzkoa, Alegia (2%), Amezketa (2,1%), Beizama (2,5%), Zestoa (2,1%), Eibar (2,7%), Ikaztegieta (2,7%), Irun (2,2%), Itsasondo (2,2%), Leaburu (2,7%), Errenteria (2,2%), Villabona (2,3%) y Zumarraga (2,2%), superan el 2%, lo que significa que un número notable de su población recibe la RGI en estos momentos –los datos pertenecen al 31 de diciembre de 2021–.
Llegados a este punto, el mapa de municipios con una tasa de perceptores medio-alta empieza a parecerse a la geografía guipuzcoana, abarcando ya Tolosaldea, la zona del Urola, Bajo Deba, Bidasoa, Goierri y hasta Donostialdea. No obstante, llama la atención que la mayoría de estas localidades se sitúan en torno a Tolosa, si bien este municipio tiene una tasa de perceptores bastante menor, de un 1,4%.
Es más, la mayoría de pueblos guipuzcoanos se sitúan en esta franja, entre el 0,5% y el 1,7%, la más repetida al menos en estos momentos en los que parece que la recuperación tras la crisis del coronavirus empieza a vislumbrarse. Aizarnazabal, Alkiza, Aretxabaleta, Azkoitia, Zegama, Getaria, Oiartzun, Usurbil, Bergara y Lasarte-Oria son solo algunos de ellos.
La capital, Donostia, también se sitúa en esta media, con una tasa de perceptores de un 1,7%, lo que significa que 3.253 de las 182.088 personas que habitan en San Sebastián cobran la RGI. Esta cifra ha descendido en un 7,6% desde diciembre de 2020, cuando 3.521 personas se beneficiaron de esta ayuda. Otro indicador más de que la evolución es positiva, después de que en 2020 la curva de demandantes cogiera una tendencia al alza que tardó en frenar.
Sin perceptores
Aun habiendo municipios que superan el 3% de perceptores, también hay localidades donde nadie cobra la RGI. Abaltzisketa, con 307 habitantes; Arama, con 205; Zerain, con 279; Gaintza, con 129; Hernialde, con 321; Mutiloa, con 240 y Orexa, con 111 no registran ninguna persona que reciba esta ayuda. Cuatro de ellos son pequeños pueblos del Goierri, con una población más envejecida, y tres son municipios de Tolosaldea que cumplen la misma características que los otros.
La mayoría de personas que cobran la RGI en Gipuzkoa son mujeres –7.004 frente a los 5.396 hombres– de entre 35 y 49 años. 2.432 de las perceptoras cumplen esta característica, mientras que 1.725 tienen 65 años o más, muchas con estudios básicos. Según los datos de Lanbide, el nivel formativo de 8.318 de los 12.401 perceptores es solo el obligatorio, es decir, no tienen estudios superiores. Solo 532 han ido a la universidad.
10.408, por su parte, cobran la renta básica y 6.218 son procedentes de Sudamérica, si bien están afincados en Euskadi. Más de la mitad (7.004), además, son personas solteras, aunque en los datos no consta si tienen hijos y puede tratarse de una familia monoparental. Precisamente este es uno de los colectivos que el Gobierno Vasco quiere beneficiar con la reforma de la RGI, que se prevé que entre en vigor el próximo año. La nueva ley está pensada para apoyar a familias con hijos menores.
Con este escenario en mente, la RGI tiene un presupuesto de 345 millones para 2022 en Euskadi y el IMV más de 3.000 millones para el conjunto del Estado.
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