«Los niños están muy tristes y no nos ofrecen alternativas concretas»
Las familias de los alumnos reciben la noticia con «indignación» porque les deja «desamparados» y sin «solución específica»
Lágrimas, abrazos desconsolados e incluso cánticos de «¡Karmelo no se cierra!» se escucharon en la tarde de ayer a la salida del colegio Scientia ... Karmelo del barrio donostiarra de Amara, tras saber que sus aulas no volverán a abrir en septiembre por la «baja natalidad» dejando a los chavales «desamparados» y a las familias «sin alternativa concreta». «Mil preguntas para ninguna respuesta», coincidían Elena, cuya hijo lleva dos años en el Karmelo, y Armando a la salida de la reunión convocada por la dirección del centro para explicar a los padres el porqué del cierre. «Nos han dicho que tendremos plaza garantizada en el área de influencia de Amara, y que intentarán que los chavales no se separen, pero es un palo muy duro porque estábamos muy contentos aquí y ahora no sabemos a dónde iremos», indicaban estos progenitores.
La dirección convocó a las 17 horas a las familias para explicar los detalles del cierre. A la reunión acudieron miembros de la dirección del colegio así como responsables de Educación del Gobierno Vasco con el objetivo de resolver las dudas y preocupaciones de los padres. Sin embargo, el sentir de las familias era de absoluta «desazón». «La gente está cabreada, pero, sobre todo, entristecida porque los técnicos nos están diciendo que el 7 de febrero se abre el plazo de matriculación y que busquemos el colegio que más se adecúe a nuestras necesidades. Sin más explicación», se quejaba Lázaro mientras abrazaba a su pequeño Arkaitz, que lleva en el centro desde Infantil.
La respuesta de los familiares ante la noticia, de la que muchos se enteraron a través de este periódico, fue acudir de forma masiva a la reunión, que se alargó más de lo previsto ante las múltiples preguntas y dudas planteadas. Sara Hernández, madre de tres niños escolarizados en el Karmelo, explicaba que algún familiar «se echó a llorar» ante las soluciones que ofrecían los responsables del Scientia Karmelo. «Ha sido muy duro ver a los padres así. No nos lo esperábamos y la mayoría estábamos felices aquí».
Lo cierto es que a la gran mayoría de familias de este centro con 103 años de historia la noticia del cierre les cogió con «el pie cambiado». «No sabíamos nada», aseguraba Javier Paiva, un padre de origen venezolano con un hijo que iba a cumplir su segundo año en el colegio. «Muchos estamos enfadados. Nos dicen que el problema de la baja natalidad es una cuestión que afecta a Donostia, y que no hay nada que hacer. Tampoco nos ofrecen una solución específica, más allá de asegurarnos que los niños tendrán una educación», añadía Paiva.
Los familiares comentaban que Educación se había comprometido a que, «en la medida de lo posible», los chavales no se separen de sus amigos para que el cierre no sea tan «traumático». «Nos dicen que nos ayudarán a que los pequeños puedan seguir juntos, pero, al final, cada uno tiene una necesidad diferente, así que veremos qué sucede».
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