Kimetz, la mejor nota vasca en Selectividad
Kimetz López de Etxezarreta ha sacado la mejor nota de Euskadi, un 13,7. No sabe qué estudiar pero sí que será en la pública: «Eso lo tengo claro»
Iñigo Fernández de Lucio
Viernes, 14 de junio 2024, 08:17
Ha sido un año muy intenso, pero el esfuerzo ha merecido la pena. Kimetz López de Etxezarreta, de 18 años, ha sacado la mejor nota ... de Euskadi en Selectividad: un 9,94 sobre 10 en la fase general y un 13,7 en total. Eso implica haber hecho una prueba casi perfecta. Acabó el Bachillerato con una media de 9,58 y en la prueba de acceso a la universidad sacó un 10 en cuatro asignaturas (Euskera, Filosofía, Inglés y Matemáticas aplicadas a las Ciencias Sociales) y un 9,7 en Lengua Castellana y Literatura. Todo esto lo cuenta mientras va de camino a un concierto con la orquesta de su localidad natal, Durango, donde toca el violín, una de sus grandes aficiones.
A esta espectacular hoja de registros hay que añadir otro sobresaliente en Economía y un notable en Matemáticas II (las de ciencias, que, admite, «no me preparé muy bien, así que estoy contento»), a las que se presentó para la fase específica, la que permite a los alumnos llegar hasta un máximo de 14. Lo que sucede es que, dependiendo de a qué carrera quiera uno entrar, los exámenes de la fase específica cuentan más o menos (son lo que se llaman las ponderaciones). Y ése es justo el caso de Kimetz. Que aún no sabe qué estudiar. Pero sí hay algo que tiene muy claro: que será en una universidad pública.
Entre la concertada y la pública, se decanta por la última: «Me gusta el concepto en sí mismo»
En conversación con este periódico, este joven durangarra confiesa que le «gusta» la enseñanza pública. Por convicción. Estudió hasta 4º de ESO en un centro concertado de Durango, el Nevers Ikastetxea, donde su experiencia fue «muy buena». Pero el Bachillerato lo cursó en el instituto Fray Juan de Zumarraga de la misma localidad. Y esta experiencia le cambió la mirada. «Había muchísima más gente y te desarrollas socialmente y como persona», sostiene. Además, añade, «me gusta el concepto en sí mismo de la enseñanza pública», la escuela de todos.
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Así que eso es lo único que tiene claro por ahora. Necesita unos días para decidir por dónde tira. «Ahora tengo unos días libres, por lo que mi idea es buscar y reflexionar dónde me veo estudiando y trabajando en un futuro», cuenta. Le interesan la economía, el marketing, el periodismo... Todo muy en línea con Lengua, Economía o Historia del Arte, que han sido sus asignaturas favoritas, además de una optativa que tuvo en 1º de Bachillerato sobre fotografía. En principio, estudiará algo relacionado con alguno de estos ámbitos en la UPV/EHU.
Toca el violín desde los 10 años, es entrenador de baloncesto, profesor particular y va al gimnasio
Pese a que 2º de Bachillerato suele ser un monotema sobre Selectividad, el joven asegura no haber sentido la presión «hasta la última semana». A fin de cuentas, la mayor parte de la nota (el 60%) se obtiene de la media de Bachillerato. «Tenía claro que ya había hecho el trabajo durante el curso, había aprovechado las clases... Todo eso me ayudó a mantener la calma».
«Experiencias nuevas»
Kimetz tuvo ayer uno de los días más ajetreados de su vida. Además de atender el aluvión de peticiones de los medios de comunicación, tenía ensayo y concierto con la orquesta. Toca el violín «más o menos» desde los diez años y precisamente este mismo miércoles terminó el grado medio de conservatorio. La música le sirve para despejarse y desconectar del estudio. Aunque no ha sido un camino fácil. Estuvo a punto de dejarlo. «Al principio todo suena fatal, y más un violín». Pero sus padres le animaron, «y fue lo mejor que pudieron hacer». Ahora está satisfecho con lo logrado y no planea alargar su formación musical. Tampoco quiere dedicarse a ello -«es muy sufrido y no es algo en lo que me vea, no sé si me compensaría», considera-.
La perspectiva de pasar a la universidad le entusiasma. «Intento meterme en todos los temas que puedo», indica. Ha sido subdelegado, se ha encargado de la graduación, ejerce de 'profesor' particular, entrena a un equipo de baloncesto de niñas pequeñas y, cuando puede, va al gimnasio. Ahora en la etapa universitaria va a tener todos los estímulos que quiera. «Tengo muchísimas ganas de experiencias nuevas, conocer gente...».
En este nuevo e ilusionante camino seguirá apoyándose en su familia. Especialmente en su hermano y su hermana pequeños, de trece y once años, respectivamente. «No siempre es fácil ser hermano mayor», dice. «Pero les quiero muchísimo, me encanta la energía que tienen, su inocencia...». «Tienen un corazón enorme».
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