Jorge Arévalo: «Nueve de cada diez alumnos con título de FP acaban con un empleo»

- Han sido muchos años al frente de la viceconsejería de Formación Profesional. ¿Se había terminado su ciclo?

- En primer lugar, me gustaría decir que esta es una salida normal, sin grandes estridencias. Uno cuando entra a la política sabe que, tarde o temprano, se va a tener que ir. Por una razón o por otra, este era mi momento de echarme a un lado. Creo que me voy en un gran momento, en el que dejamos al equipo entrante una estructura muy bien establecida y una FP muy puntera a escala internacional. Ha sido una etapa maravillosa y solo puedo dar las gracias a todo el mundo.

- Y ahora, ¿qué? ¿A qué se va a dedicar?

- Llevo más de cuatro décadas de trayectoria profesional a mis espaldas, ¿y sabe qué? Que quiero seguir activo y aportando mi trabajo y mi conocimiento. Voy a colaborar con el Gobierno Vasco y estaré cerca de Jon Labaka, que es el nuevo viceconsejero de Formación Profesional. Además, también me han llamado del Ministerio de Educación y de algún otro gobierno autónomo.

- Entonces, no se va del todo...

- No, no... (Risas) Creo que en la vida es importante que los cambios se hagan bien. Yo estos próximos meses voy a estar cerca del departamento porque quiero apoyar en todo lo que pueda. Si a la FP le va bien, eso va a repercutir de manera positiva en la sociedad.

- Usted conoce bien a Jon Labaka, ¿verdad?

- Sí, claro, fui yo quien le nombró director de Tknika. Es profesor de Formación Profesional y es una red educativa que conoce muy bien. Tiene mucha experiencia en innovación y tecnología, pero ahora se va a tener que sumergir en más áreas.

- Hablar de la FP vasca es hablar de éxito, referencia, ejemplo... ¿Cuál ha sido la clave que explica este fenómeno?

- Sin lugar a dudas, el ingente trabajo de los centros de FP y sus equipos directivos. Las redes colaborativas que se han ido tejiendo estos últimos años entre centros públicos y concertados han permitido que se hayan ido asumiendo los diferentes retos que empezamos a proponerles hace años. Y reconozco que, al principio, seguro que eran complicados de entender, pero... Los resultados han sido fantásticos. Gracias a este trabajo en común y a la ambición de mirar siempre más allá hemos adquirido una gran fortaleza que no se ve en ninguna otra FP del mundo.

- En 2001 se estrenó en la viceconsejería de FP. ¿Con qué objetivos principales arrancó?

- Dos, y eran bastante claros. En primer lugar, reforzar la empleabilidad de nuestros estudiantes una vez terminaran sus ciclos. Igualmente, ayudar con nuestro trabajo a hacer crecer la competitivad de nuestras empresas, que es algo básico para la economía de Euskadi.

- Esa primera etapa concluyó en 2005 y después le nombraron de nuevo viceconsejero en 2012. ¿Qué se encontró a su vuelta?

- Cuando regresé a la viceconsejería veníamos de unos años muy complicados. La crisis había estallado en 2008 de una manera brutal en todos los estamentos de la sociedad y, a consecuencia de ello, tuvimos que ajustar la Formación Profesional para moldear un producto nuevo que diera respuesta a las empresas que estaban cayendo. Creo que la FP jugó un papel relevante en el mercado laboral de aquella época recualificando a miles de trabajadores que se habían quedado en el paro formándoles en áreas profesionales distintas.

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- Pero no solo nos centramos en ayudar a las empresas que estaban en dificultades, también pusimos el foco en reforzar a las que estaban teniendo buenos resultados. No quitamos tampoco ojo de las pequeñas y medianas empresas... Si estas no funcionaban, las grandes iban a sufrir. Fue una época difícil pero me quedo con que aprendimos muchísimas cosas.

- Que un joven se matriculara hace 20 años en la FP era sinónimo de mal estudiante. Ahora, en cambio, es una opción alabada por el conjunto de la sociedad. ¿Cómo han conseguido ese cambio de imagen?

- Bueno, pues no ha sido de la noche a la mañana... Ha sido un proceso largo y complejo. Es verdad que parece que antes la FP era para los que no podían hacer otra cosa, como ir a la universidad. A la pregunta de cómo lo hemos conseguido, yo le respondo que demostrando resultados. Ahora estamos en una media muy cercana al 90% de empleabilidad entre todos nuestros ciclos formativos. Más allá de este aspecto, que es fundamental, también nos preocupamos mucho en conectar la FP con otras salidas académicas y empezamos a crear los 'puentes' para cruzar a la universidad desde nuestra propia red. No fue fácil, pero el tiempo nos ha dado la razón. Ahora el currículum de un joven con un título de FP y una carrera universitaria es mucho más completo y versátil.

- Siempre han remarcado el carácter inclusivo de la Formación Profesional vasca. ¿Hay cabida para tantos perfiles diferentes de estudiantes?

- Sí. Hay cabida para todos los que estén interesados en estudiar en la FP. La formación es para jóvenes que han tenido una carrera académica normal, para los que han tenido algún problema, para alumnos con discapacidad, para jóvenes que han llegado en patera, para aquellos que han sufrido acoso escolar... Insisto, la FP vasca está preparada para dar respuesta a muchísimos perfiles diversos de alumnos. Nuestros ciclos formativos se engloban dentro de 23 sectores profesionales diferentes.

- 50.000 alumnos este curso, vínculos con miles de empresas, crecimiento imparable de las redes colaborativas... ¿A qué reto se enfrenta ahora la FP vasca?

- Al de siempre: el futuro. El lehendakari Urkullu ya nos pidió hace tiempo a Jokin Bildarratz y a mí que diseñáramos la hoja de ruta de la FP del año 2040. Siempre hay que mirar más allá, porque solo así estaremos preparados ante los cambios que se avecinan en la sociedad. Somos capaces de afrontar con garantías este desafío porque la implicación de las empresas vascas con la FP es muy grande.

- ¿Le da miedo quedarse anclado en el presente?

- Bueno, es que tengo muy claro que si nos quedamos parados... Adiós. He trabajado con Juan José Ibarretxe y con Iñigo Urkullu y los dos solían comentar lo mismo, que si quieres estar donde estás tienes que correr, pero si quieres avanzar hay que correr muchísimo. Antes las cosas no iban tan rápido y podíamos trabajar con más tiempo. Ahora, en cambio, se están produciendo cambios muy disruptivos en la sociedad, y eso nos obliga a estar en una continua adaptación al medio para poder tener capacidad de anticipación.

- En un contexto de creciente digitalización en el aula y donde las máquinas están ganando muchísima presencia, ¿le preocupa el factor humano?

- Por supuesto. En todos estos años nunca hemos dejado de lado los valores y el liderazgo humanista. Abrazamos con entusiasmo todos los avances de la tecnología, la inteligencia artificial, etc. Nos van a ayudar mucho, más incluso de lo que la gente cree. Pero, eso sí, siempre que tengamos claro que el desarrollo del mundo tiene que estar en manos del ser humano, no de una máquina.

- El futuro ya está aquí. ¿Qué opina de la inteligencia artificial?

- Que es una tecnología bestial y que nos va a ayudar muchísimo, siempre que la usemos de la manera correcta. En los próximos años vamos a conocer cosas impresionantes y yo soy de los que ve el futuro con mucha esperanza y, sobre todo, confianza. Lo que hacemos ahora repercute en el mañana, que a nadie se le olvide eso. La IA, que ya ha llegado a nuestras aulas, nos va a ayudar, por ejemplo, a tratar el tema de la soledad en los mayores, que es una de las grandes amenazas a las que tiene que hacer frente esta sociedad. No me dan miedo las nuevas tecnologías, al contrario, me hacen mirar al futuro con ilusión.