Isabel Celaá: «La pandemia ha demostrado que es necesario cambiar la enseñanza»
Isabel Celaá | Ministra de Educación ·
Asegura que el inicio de curso está transcurriendo con la normalidad prevista para una situación de crisis sanitariaLos alumnos ya están en clase, aunque no en condiciones normales. La ministra de Educación, Isabel Celaá, reconoce que no es la situación ideal, ... pero sí la necesaria porque la presencialidad es la base fundamental de la enseñanza. Confiesa que se emocionó cuando, en una situación tan complicada como la actual, escuchó el otro día en Navarra a un joven estudiante decir que «no sabíamos qué felices éramos cuando veníamos al colegio» porque «refleja un proceso de valoración de lo que es la escuela».
- Prácticamente todos los alumnos han comenzado las clases y se propagan las incidencias. ¿Está satisfecha de cómo transcurre el retorno a las aulas?
- Obviamente todo el mundo está preocupado por la evolución de la pandemia y nosotros también. La normalidad ha sido la tónica de este comienzo de curso. Que iba a haber casos era algo previsto. Lo importante es mantener las medidas de seguridad e higiene para que la afección sea mínima. Tenemos la seguridad de que el entorno de la escuela es el más seguro que podemos dotar a los alumnos en su vida diaria. gracias a las medidas de prevención y al protocolo que acordamos en junio con las comunidades autónomas y que ajustamos a finales de agosto previendo la situación que íbamos a tener en septiembre en nuestras escuelas. En los 28.600 centros y 7 millones y pico de alumnos en la escuela, los datos que me han facilitado hoy (por ayer) reflejan que la incidencia ha sido del 1,4% de los centros.
- Acaban de entrar los alumnos más mayores. ¿Qué evolución prevén?
- Habrá aulas que se cierren y escuelas también, pero estamos trabajando para que sean las mínimas posibles. Hay que recordar que son decisiones sanitarias y no es la tarea específica de este ministerio. Nosotros tenemos que garantizar a todos los alumnos el derecho a la educación en el aula y fuera de ella. Estamos inmersos en un trabajo de adaptaciones programáticas, de evaluar los contenidos emocionales necesarios y para que los alumnos cuarentados sigan conectados con el aprendizaje. Estamos poniendo el énfasis en que la tarea de los alumnos es aprender a aprender. Para ello, la digitalización es un recurso extraordinario, permite utilizar distintas metodologías para el aprendizaje personalizado, usar distintos espacios, facilitar que los alumnos con menos recursos puedan trabajar a su ritmo tanto en el aula como fuera de ella. Hemos superado el primer trance que ha sido el de incorporar a todos los estudiantes. Seguimos trabajando para que todos, mayores y pequeños, estén conectados al aprendizaje.
- En vista de que se van a cerrar aulas y centros de una forma continuada, ¿la formación de los alumnos en cuarentena es una de las preocupaciones actuales?
- Mientras dure la pandemia va a ser una constante. Por eso la conexión digital es esencial. El Ministerio de Educación ha puesto sobre la mesa unos recursos adicionales a los que deben poner las comunidades que son quienes tienen las transferencias. Durante muchos años, desde la crisis de 2008, la educación ha sufrido muchos recortes y ahora, en cambio, la respuesta está en las antípodas; es la columna de nuestro sistema de bienestar junto a la sanidad. La educación es una inversión de presente y futuro. Por eso hemos puesto 2.000 millones del fondo Covid, entre otras aportaciones como ayudas para FP, becas...
- ¿Las Comunidades Autónomas han comenzado a gestionar la aportación económica del ministerio o todavía se están evaluando las necesidades?
- En general las comunidades están gestionando esos recursos y los suyos. Alguna se ha demorado más, pero otras, como Valencia, lo llevan haciendo desde primeros de agosto. El mayor gasto lo están haciendo en el capítulo 1, el de personal. Lo importante es que todas las comunidades han anunciado la contratación de recursos humanos.
- ¿En el País Vasco también?
- Recientemente el nuevo consejero, Jokin Bildarratz, al que conozco desde hace tiempo y cuyo talante negociador me consta, ha iniciado una línea de interlocución con los agentes educativos, que tienen responsabilidad. Estoy segura que se abrirá una línea de contacto que estoy segura de que tendrá resultados. Esto no quiere decir que todo se vaya a resolver ahora. Se necesita tiempo, pero estoy segura de que se entenderán.
- ¿Se están haciendo palpables de nuevo las carencias que se detectaron en el sistema educativo cuando estalló la pandemia y hubo que trasladar las aulas a los domicilios? Por ejemplo, las ratios no han bajado a pesar de que se apostó por mantener la distancia de seguridad.
- La contratación de recursos humanos que se ha anunciado, y que en casos ya se ha realizado, va a llegar a 40.000 personas, docentes y otros trabajadores de centros educativos. Esto supone una reducción de alumnos por las aulas. Las Comunidades Autónomas se han comprometido a adecuar los espacios y se está trabajando en ello. Habrá casos que estarán mal y tendrán que corregirse y también hay que mirar cada situación siempre que se pueda garantizar la educación. Para todos nosotros, los educadores, las medidas higiénico-sanitarias son condiciones necesarias, pero no suficientes. Estamos aplicando las mismas medidas que en el resto de países europeos y por eso podemos garantizar que si se siguen se darán los riesgos justos. Cada centro es un cosmos y tiene su ámbito de autonomía. Lo mejor hubiera sido que antes de comenzar el curso se hubiera llegado a acuerdos con los departamentos, pero se está a tiempo.
- Muchos agentes educativos, no solo de Euskadi sino de todo el Estado, han comentado que la presencialidad este curso ha sido precipitada.
- No comparto esa opinión. La presencialidad es fundamental e irrenunciable. Los alumnos la necesitan, no solo para socializar con sus iguales o interactuar con el profesor. Es la mejor manera de combatir la desigualdad y de desarrollar las destrezas. En absoluto estoy de acuerdo con que se haya precipitado la presencialidad. Ahora sabemos cosas que en marzo no conocíamos. Desde finales de mayo hay evidencias, corroboradas por epidemiólogos y expertos universitarios, de que los niños no son los supercontagiadores ni diseminadores del virus. En una sociedad abierta la escuela debe estar abierta, aunque tenga que convivir con la pandemia. Tiene que ser la primera en abrir y la última en cerrar. No hay alternativa.
- El CSIC acaba de afirmar que se corrían riesgos con la presencialidad de los alumnos mayores de 16 años.
- Los alumnos mayores han trabajado muy bien durante el confinamiento. Si no, no se hubieran obtenido resultados tan buenos en las pruebas de EBAU o en las de FP. El riesgo para los mayores no está en la escuela sino en otros espacios de ocio, de fin de semana, donde tienen que estar porque es la actividad propia de un joven. Ahí entra la responsabilidad personal. Yo me he encontrado alumnos muy responsables, así me lo han transmitido los profesores. Nos están dando una lección porque la mayoría son los primeros en seguir las normas.
- Usted abrió la espita de la polémica cuando mencionó los permisos remunerados para los padres que tuvieran que quedarse en casa con sus hijos confinados pero no contagiados. ¿Cómo está el tema?
- No hablé de una fórmula específica. La conciliación es una tarea que se ha atribuido a la educación, pero no es función. Nosotros debemos transformar las mentes y desarrollar las capacidades del alumno. La conciliación se corresponde con las tareas que deben realizar las instancias del Gobierno que trabajan con los agentes sociales.
- ¿Su próximo objetivo es que la nueva ley de educación se apruebe antes de fin de año?
- Si algo ha puesto de manifiesto la pandemia es la necesidad y la urgencia de activar cambios en la enseñanza y de erradicar la Lomce. Hay puntos en los que casi todos estamos de acuerdo, principalmente en la necesidad de la digitalización, la carrera del docente...
- Una de las quejas de los docentes es que los currículum son muy amplios. ¿Van a reducirlos?
- Es fundamental abordar una transformación total. Hay que adelgazarlos y orientarlos de distinta manera. Necesitamos conocimientos competenciales más que memorísticos, que el alumno aprenda activamente.
Protocolo para el inicio de curso
«Hubiera preferido el apoyo explícito del Gobierno Vasco al protocolo»
- A finales de agosto todas las comunidades autónomas menos Euskadi firmaron un protocolo con algunas modificaciones para el inicio del curso. ¿Echó en falta el apoyo del Gobierno Vasco?
- El 22 de junio se firmó el protocolo que se iba a utilizar para el principio de este curso y se ajustó el 27 de agosto. Hubiera preferido el apoyo explícito del Gobierno Vasco. El Departamento de Educación dijo que estaba de acuerdo con los contenidos pero que no había por qué asumirlos porque tiene sus propias competencias.
- ¿Qué le parece que los sindicatos vascos convocaran una jornada de huelga, que ha tenido un importante respaldo, coincidiendo con el primer día de clase para los alumnos más mayores?
- Obviamente respaldo el derecho a la huelga y comprendo la preocupación de docentes y familias; creo que todos la compartimos. Es importante que se intensifique el diálogo para llegar a acuerdos y que las escuelas permanezcan abiertas porque es lo que necesitamos en estos momentos.
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