Los incentivos logran que el 87% de los colegios públicos tengan equipos directivos estables

Esta cifra supone un notable incremento respecto al porcentaje de equipos directivos estables que se registraban en 2019, «un 52%» según indican las mismas fuentes consultadas. En los últimos días, de hecho, se ha abierto una nueva convocatoria mediante una Orden publicada ayer en el Boletín Oficial del País Vasco por la que se abre un proceso de selección para designar los equipos directivos de 128 centros vascos: 36 en Gipuzkoa, 64 en Bizkaia y 28 en Araba. En todos estos colegios los cargos quedarán vacantes el 30 de junio, bien por agotar su ciclo o bien porque no son un equipo directivo «con un proyecto estable».

Los problemas para encontrar a profesores dispuestos a regir un centro escolar se remontan a años atrás. En 2009 el Departamento de Educación, liderado por aquel entonces por Isabel Celaá, anunció un gran concurso por el que se buscaba director para 372 centros, el 70% del total de Euskadi. «Estamos muy preocupados», admitían en esa época desde el Ejecutivo autonómico. Desde entonces, una vez que se reconoció la magnitud del problema, Euskadi buscó la solución mediante incentivos a los profesionales.

Parte de las razones que explican este cambio de tendencia se encuentran en las mayores retribuciones económicas con las que cuentan los integrantes de los equipos directivos de los centros escolares de un tiempo a esta parte. Al hilo de esto, la propia consejera Begoña Pedrosa anunciaba en la presentación de los presupuestos vascos de 2025 que su departamento iba a subir un 30% en su conjunto los suplementos a los profesores que forman los equipos directivos de los centros públicos, unos pluses que cobran cerca de 2.000 docentes en el País Vasco.

Pero hay más. Otro de los acicates que entró en vigor el año pasado para los profesores vascos -tras la aprobación del nuevo decreto que regulariza este proceso selectivo- es el de la posibilidad de disfrutar de un 'año sabático' remunerado al finalizar dos mandatos consecutivos -ocho años como director-. Esos meses sin actividad lectiva están pensados para aprovecharlos en formar al siguiente equipo directivo. Además, dentro de ese decreto aprobado en 2023 también se incluían novedades como una mayor flexibilidad en el horario y el calendario.

El decreto por el que se regula desde 2024 el acceso a la función directiva, la formación, la evaluación y reconocimiento de su ejercicio, y que reemplazó al aprobado en 2009, pretende que el acceso a la dirección de un colegio público se convierta «en un reto apasionante y atrayente» para sus candidatos, con el objetivo de que «los centros educativos públicos cuenten con direcciones estables». A su vez, el decreto no habla solo de la figura del director, sino que subraya la importancia del trabajo coordinado de todos los miembros del equipo directivo del centro educativo.

Igualmente, para poder acceder al puesto de dirección hace falta una formación específica inicial, además de participar en programas concretos de actualización vinculados con la gestión educativa y el liderazgo del centro. La selección de un candidato al puesto se realiza en un proceso en el que participan la comunidad educativa y la propia administración. La selección para el nombramiento se efectúa mediante un concurso de méritos y el candidato debe tener al menos cinco años de carrera en la función pública docente.

En ese sentido, los candidatos a dirigir un colegio público deberán presentar un proyecto de dirección en el que quedarán plasmadas las líneas maestras del diseño, desarrollo y aplicación del proyecto educativo del centro durante el periodo de mandato de la dirección. La duración inicial del mandato de director se establece en cuatro años. Luego, podrá renovarse por un solo periodo de igual duración, siempre y cuando se cuente con una evaluación positiva del trabajo realizado previamente y, además, deberán revisar y actualizar su proyecto de dirección.

En los últimos años se ha dado la circunstancia de que los nombres de algunos centros escolares son recurrentes en las convocatorias de estos concursos de méritos para seleccionar al nuevo director. El volumen de alumnos del colegio, la situación socio-económica del entorno del mismo, la alta complejidad educativa, un profesorado inestable... Son algunos de los motivos de peso que suelen esgrimir los profesores para declinar la opción de dirigir depende qué centro. En Gipuzkoa este año la convocatoria se abre para 36 centros, el año pasado fue para 37 y en 2023 fue para 117, «puesto que coincidió con el final de mandato de muchos equipos directivos».

Por otro lado, cabe recordar que en ausencia de candidatos, son los responsables del área de Inspección Educativa del Departamento de Educación del Gobierno Vasco los que eligen entre el profesorado al futuro equipo directivo. En este caso, el mandato podrá seguir siendo de cuatro años, aunque con el objetivo de favorecer la rotación en el puesto cuando el profesional ha sido designado a la fuerza, ahora se permite que los equipos se renueven cada año en lugar de cada cuatro.

En este curso 24/25 ese porcentaje de equipos directivos que han accedido al cargo obligados por el Ejecutivo autonómico ronda el 20%. Este año, el plazo para que los docentes presenten sus solicitudes de cara a optar a entrar en un equipo directivo será el comprendido entre los días 13 y 24 de este mes, ambos inclusive. En el caso de que no haya voluntarios para dirigir un centro, la Inspección de Educación comenzará la elaboración «de los informes preceptivos para el nombramiento de los directores», a partir del 24 de febrero.

En aquellos en los que sí haya, al menos, una candidatura, se constituirá «una comisión de selección compuesta por un inspector de Educación, cuatro vocales, un director en activo, dos profesores del claustro y otros dos miembros que no sean docentes».