Eva Ferreira | Rectora de la Universidad del País Vasco

«La UPV ha dado a la sociedad vasca aquello que se le ha demandado»

– ¿Antes de presentarse a la reelección se lo pensó dos veces?

– Por supuesto, siempre hay que pensarse dos veces este tipo de decisiones. Yo ya he comentado que estoy preparando la candidatura, pero oficialmente esto se materializará en octubre, que es cuando se tienen que presentar las candidaturas.

– ¿Qué inclinó la balanza?

– Sobre todo el apoyo de las personas. Por mucho que yo pueda pensar que me siento fuerte y animada, lo que hay que hacer es hablar con mucha gente para ver cuál es el grado de sensibilidad sobre lo que estamos haciendo, los proyectos en marcha y la idea de continuar con esos proyectos y de abordar otros, porque yo creo que estamos en un nuevo ciclo universitario. Tenemos una nueva Ley de Universidades y en Euskadi hay un nuevo gobierno con una estructura diferenciada para universidades y ciencia. Esto es lo que inclina la balanza, la sensación de que se puede hacer algo que suponga un salto cualitativo para la universidad.

– En esta ocasión va a tener un adversario electoral.

– Por diversos factores, en la UPV ha habido tres elecciones seguidas con solo una candidatura. Esto quizá ha sido lo raro. Contrastar proyectos siempre es algo interesante y que haya distintas formas de entender la universidad o de gestionarla forma parte de su espíritu democrático y crítico.

– Cuando a Juan Ignacio Pérez le nombraron consejero de Ciencia, Universidades e Innovación escribió en su blog que pensaba ejercer la libertad de equivocarse. ¿Usted ha ejercido esa libertad como rectora?

– Habremos cometido errores y espero que los aciertos hayan sido más. Cuando haces algo, si volvieras atrás en el tiempo es posible que lo hicieras de otra manera. A veces somos demasiado duros con nosotros mismos en términos universitarios. Hay muchas cosas que vienen dadas, que luego ves las consecuencias y una vez analizadas te dices que igual esto lo podíamos haber hecho de otra manera.

– ¿Se va a notar la existencia del departamento de Ciencia, Universidades e Innovación?

– Lo importante es que esto significa una nueva mirada. Yo esto lo entiendo como un impulso con una cabeza única que va a tener más tiempo para pensar en el entorno de la ciencia y de la universidad. Esto es una buena noticia. Se va a notar y desde luego nuestra idea es que se note, somos una universidad perfectamente preparada para abordar nuevos retos, el potencial que tenemos se está viendo en resultados.

– ¿Cuál es el resultado más visible?

– El que quizá más se visibiliza por su impacto mediático y por lo que supone de proyección internacional es haber vuelto a situarnos entre las 400 primeras universidades del mundo en el ranking de Shanghái. Esto no define todo lo que somos como universidad, pero sí es un indicador de que las cosas van bien y que en términos de investigación estamos en una posición muy buena. Tenemos potencial y si la sociedad le aporta más confianza, la universidad sabe responder y lo hace bien.

– ¿Tiene preparada la lista de peticiones para el nuevo consejero?

– Ya me he reunido con él y seguiré reuniéndome, por supuesto. Proyectos hay encima de la mesa, pero todo esto está condicionado por el liderazgo de la universidad. Nosotros tenemos nuestras propias ideas sobre el futuro.

– Entre los objetivos que usted se marcó en 2020, cuando fue elegida rectora, estaba la reducción de la excesiva burocracia. ¿Ya se ha logrado?

– Con el tema de la burocracia se puede hasta casi bromear porque parece que es algo que decimos todos y todas las rectoras y luego es el eterno fracaso. Dejando el látigo fuera, hay que reconocer lo hecho en algunos ámbitos, donde la hemos reducido y hemos sido capaces de generar sistemas digitales que hacen la vida más amable, pero lo que sucede es que la rendición de cuentas es cada vez más exhaustiva. El nivel al que crece la burocracia es mucho mayor que la velocidad a la que somos capaces de descenderla.

– ¿Por qué?

– Porque tenemos muchas más demandas de rendición de cuentas que antes. Por ejemplo, con los fondos europeos, los famosos Next Generation, el nivel de exigencia de la justificación de los proyectos es casi inasumible. Lo que se pide por parte de las instituciones a nivel europeo es un claro ejemplo que agota a cualquier investigador.

– ¿Está entrando financiación privada en la UPV?

– A mí me gusta hablar de financiación externa en el sentido de que sea financiación que no viene únicamente del Gobierno Vasco. Nuestro presupuesto ha aumentado en algo más de un 24% en estos años. Para que nos hagamos una idea, esto significa que lo hemos incrementado en 100 millones de euros. Dentro de eso ha crecido más la financiación externa, que ya roza casi el 30%. Esto indica que no solo dependemos de la parte pública proveniente del Gobierno Vasco, sino también de convocatorias competitivas. En esto tengo que presumir un poquito, somos la segunda universidad del Estado en captación de contratos. Somos una universidad a la que el entorno social, económico y productivo viene a pedir colaboración.

– ¿Está bien financiada la UPV?

– Lo importante es ver lo que podemos hacer y a lo que podemos responder. Si una universidad hace presupuestos, los ejecuta y no tiene déficit, podemos pensar que ha ido bien. Pero evidentemente si quieres hacer más cosas, necesitas más financiación, y nosotros estamos preparados para hacer más cosas. Es importante explicar qué damos a cambio de esa financiación y en los resultados vemos que hemos ido dando a la sociedad aquello que se nos ha demandado.

– ¿Qué les ha demandado?

– Una mayor vinculación con el territorio, una mayor y mejor oferta de grado y de posgrado, y más investigación. Somos capaces de hacer más si recibimos más, no se trata de recibir más para hacer lo mismo.

– ¿Y qué más quiere hacer?

– Voy a hablar otra vez de la burocracia, pero es que es verdad. Se trata de tener herramientas que nos permitan gestionar proyectos a más largo plazo, lo que significa recursos humanos para poder abordar esta gestión especializada. También debemos tener infraestructuras para investigación de excelencia y una financiación de la investigación de excelencia asegurada a largo plazo. Ahora tenemos unos canales de financiación para los grupos de investigación que son importantísimos. Nos interesa, y creo que a la sociedad también, despuntar de forma global líneas de investigación que aglutinan el trabajo de varios grupos de investigación.

– ¿Qué necesidades tiene el campus de Gipuzkoa?

– En el campus de Gipuzkoa hay un reto claro en el área de la salud. Estamos hablando de tener una unidad docente mejor para Medicina y también las aulas para Enfermería, que ya está contemplado en el plan universitario. También hay proyectos en los que estamos trabajando, pero de momento no tenemos una concreción porque esto depende evidentemente de que tengamos financiación.

– ¿Otra necesidad es la de encontrar viviendas para universitarios?

– La residencia en Gipuzkoa y particularmente en Donostia es muy cara y este es un problema que nos preocupa. De momento, tenemos más de 400 plazas de residencia universitaria y queremos aumentarlas por lo menos en un 50%. Este es un reto importantísimo. El tema de la vivienda, sobre todo en San Sebastián, nos preocupa bastante.