Los centros vascos desconocen los temarios de ESO y Bachiller a diez días de iniciar el curso
El departamento vasco de Educación está redactando los decretos curriculares de ambas etapas. Los centros trabajan con borradores
El curso escolar empieza oficialmente en diez días y en los centros educativos de Secundaria y Bachillerato todavía se preguntan qué temario van a impartir definitivamente en cada asignatura, especialmente en las nuevas. La aplicación de la última reforma educativa, la Lomloe, a partir de este septiembre en los cursos impares obliga a hacer cambios tanto en la forma de enseñar como en algunas asignaturas.
Sin embargo, la comunidad educativa aún está a la espera de que se publiquen los decretos curriculares de cada curso, tarea que corresponde al departamento de Educación del Gobierno Vasco. Se trata de los textos de obligado cumplimiento para todos los centros educativos en lo que se incluyen los detalles de cada asignatura –incluida la letra pequeña–, las horas que se deben impartir por cada una de ellas e incluso la forma de evaluar. Y de momento solo se sabe que esos decretos no están publicados y que tardarán en llegar. Por lo que quienes deben diseñar las clases de 1º y 3º de la ESO así como 1º de Bachiller no saben a qué atenerse, pese a que el inicio oficial del curso es el próximo 8 de septiembre.
Educación envió antes de verano a los colegios unos borradores de los decretos para que sirviesen de guía a la hora de organizar este curso 2022-23 y con ellos siguen. Los centros educativos confían en que una vez se publiquen los decretos curriculares no cambien mucho con respecto a lo que ya se les ha enviado. Lo que más temen es que se modifique el planteamiento curricular o el reparto de horas de clase lo que les obligaría a modificar la organización de las mismas e incluso la propia carga de trabajo de los profesores con las clases ya en marcha.
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Además, en este curso se cambia la forma de evaluar que definitivamente pasa a ser una evaluación continua con la que algunos centros vascos ya han estado trabajando. Se apuesta también por una enseñanza competencial, alejada de la memorización sistemática de contenidos. A falta de una concreción real que provenga de Educación, cada centro lo va a implantar a su manera.
Para los directores de los centros educativos empezar el curso sin los decretos curriculares es algo «insólito». En la ESO se va a empezar ya con la implantación de la docencia por ámbitos, de forma que se podrán aunar asignaturas complementarias en una sola, lo que permitirá la codocencia, es decir, más de un profesor en el aula que trabaja esa área. La inconcreción hace que los movimientos de los centros en este sentido sean más intuitivos que normativos.
A todo esto se añade la preocupación por los alumnos de primero de Bachillerato. Cada uno de los resultados de las asignaturas de los dos cursos previos a la Universidad cuentan para la nota de Selectividad y los estudiantes se pueden jugar el acceso a la carrera deseada por tan solo una centésima. Así que empezar un año sin saber exactamente qué se imparte en cada asignatura añade inquietud al inicio del curso.
Los alumnos que empiezan Bachiller este 2022-23 han podido elegir hasta cinco modalidades de estudio, uno más que en los cursos precedentes: Ciencia y Tecnología, Humanidades y Ciencias Sociales, Artes Plásticas, Artes Escénicas y Bachiller General–. Ante la falta de concreción de las materias a impartir algunos centros decidieron no ofrecer la novedad de este curso, el General, que sigue sin tener definidos sus contenidos.
Los cambios curriculares afectan a los cursos de 1º y 3º de la ESO, y 1º de Bachillerato
Los encargados de los centros educativos prevén que las llamadas asignaturas troncales como Matemáticas o Lengua no van a varias prácticamente nada con respecto a lo que se viene impartiendo en cursos precedentes, pero no lo tienen claro. Con toda la planificación en marcha para este curso en cuanto al reparto de asignaturas y de profesores, el hecho de que se tenga que quitar o añadir una hora a alguna asignatura puede desbaratar el trabajo previo de organización escolar, además de suponer una merma en la enseñanza de alguna materia. Las incertidumbres aumentan en las asignaturas de libre elección o en algunas de reciente creación como 'Proyectos a la comunidad asignados al tutor' –asignatura espejo de la optativa de Religión– y los profesores se preguntan exactamente qué deben enseñar y pedir a sus alumnos en esta hora lectiva.
Los retrasos en la concreción de las materias afecta a la preparación de los propios materiales educativos que utilizan los docentes. También miran cuáles pueden ser las modificaciones entre los borradores presentados a los decretos las editoriales especializadas en libros de enseñanza.
Retraso del Ministerio
El diseño de los decretos curriculares es un trabajo que corresponde primero al Ministerio de Educación y luego al departamento vasco de Educación. El 50% del contenido que venía desde el Ministerio se demoró de manera notable y ese retraso ha llevado a que todavía no esté listo el otro 50% dependiente del Gobierno Vasco. Fuentes del departamento de Educación han explicado a este periódico que esta situación era previsible «ya que el proceso administrativo es complejo». Además han añadido que «en cualquier caso los centros ya tienen el material y trabajan con ello».
En los colegios consideran «insólito» no contar con los decretos curriculares definitivos
Con todo este galimatías, los responsables de los centros educativos viven el inicio de curso con «una cierta preocupación» ante «esta situación anómala». Sin embargo, insisten en trasmitir un mensaje de tranquilidad a sus estudiantes y familias. «Iremos afrontando los cambios que vengan», declaran.
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