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Reloj del Paseo de La Concha de San Sebastián.
Cambio de horario

Se abre el debate sobre qué horario elegir: La ciencia pide despertar con el sol, pero los ciudadanos prefieren tardes largas

La supresión de la costumbre del cambio de hora dos veces al año supone elegir entre uno u otro, pero ¿cuáles son sus ventajas y desventajas?

J. F.

Lunes, 20 de octubre 2025, 12:21

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Este próximo domingo 26 de octubre cambia la hora en Europa y podría ser una de las últimas veces (al llegar las 3 de la mañana los relojes volverán a marcar las 2 para conseguir lo que coloquialmente entendemos por «dormir una hora más»). Así al menos lo propone España a la Unión Europea con el argumento de que «cambiar la hora dos veces al año ya no tiene sentido». Así lo ha explicado el mismo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien considera que «apenas ayuda a ahorrar energía y tiene un impacto negativo en la salud y en la vida de la gente».

«La ciencia nos dice que el cambio de hora ya no supone un ahorro energético, y lo que sí nos dice la ciencia es que trastoca los ritmos biológicos dos veces al año«, añade Sánchez, quien recuerda que el Parlamento Europeo ya votó hace seis años acabar con esta. Sin embargo, si se decide dejar un único huso horario para todo el año, ¿cuál nos viene mejor? ¿el de invierno o el de verano? Aquí tienes los argumentos a favor y en contra.

Las horas del amanecer

Un dato a tener en cuenta es a qué hora amanece con cada opción en diversos puntos de España. En invierno, el amanecer presenta diferencias notables entre regiones, así, mientras en Barcelona y Valencia la luz del día comienza alrededor de las 08:15, en Santiago de Compostela no amanece hasta cerca de las 08:54, lo que supone una diferencia de unos 40 minutos dentro de un mismo huso horario. Esta variación evidencia una clara división solar entre el este peninsular, donde el día comienza antes, y el oeste, donde la actividad arranca con más retraso respecto a la salida del sol. También influye la latitud: en ciudades del norte como San Sebastián, el amanecer invernal se retrasa más que en Sevilla, que, por su posición más meridional, recibe luz un poco antes.

En verano, esta diferencia se reduce, aunque sigue siendo perceptible. El 15 de julio, Barcelona amanece en torno a las 06:37, mientras que en Sevilla y Santiago el día comienza pasadas las 07:10, con una separación de unos 30 minutos entre los extremos. A pesar de la unificación horaria vigente desde 1940, que alinea a España con el horario de Europa Central, el país sigue mostrando en la práctica el efecto de sus contrastes geográficos, propios de un territorio que abarcaría de forma natural dos husos horarios distintos.

El por qué del cambio de hora

El debate sobre la permanencia del cambio de hora se intensifica en España, un país que, por decisión política de 1940 para alinearse con la Alemania de Hitler, se rige actualmente por el huso horario UTC+1, en lugar del UTC+0 que le correspondería por situación geográfica, al igual que a Portugal. El cambio de hora, practicado dos veces al año, busca aprovechar mejor la luz solar. Sin embargo, sus efectos negativos en la salud han generado críticas, llevando a varios países a reconsiderar esta práctica.

Antes de analizar cuál es el mejor horario, es importante señalar que los cambios horarios en sí mismos generan inconvenientes de salud, ya que alteran el ritmo circadiano. El cuerpo necesita tiempo para ajustarse a estas modificaciones, lo que puede causar fatiga, trastornos del sueño, irritabilidad, y hasta problemas de concentración. Algunos estudios sugieren que el ajuste de hora en primavera puede aumentar temporalmente el riesgo de problemas cardiovasculares. La Sociedad Española de Sueño (SES) aconseja un horario estable y sin cambios durante el año como lo más conveniente para la salud.

¿Horario de verano o de invierno?

Ante la posibilidad de eliminar los ajustes estacionales, la pregunta clave es cuál de los dos horarios —el de invierno (UTC+1) o el de verano (UTC+2)— es más beneficioso para ser adoptado de manera permanente. El debate se centra ahora en decidir si esa hora estable debe ser la del invierno o la del verano. Los partidarios de mantener el horario de verano (UTC+2) de forma permanente se enfocan principalmente en el bienestar social, el ocio y el impacto económico.

Argumentos a favor del horario de verano permanente

  • Impulso económico y turismo: El horario de verano beneficia a sectores como el turismo, la restauración y el comercio minorista. Se argumenta que «con más horas de luz por la tarde, las personas tienden a salir más de casa, lo que puede traducirse en un aumento del consumo en actividades al aire libre y en negocios locales»

  • Calidad de vida y ocio: Disfrutar de más horas de luz solar por la tarde después de la jornada laboral mejora la calidad de vida, permitiendo a las personas realizar actividades recreativas, deportivas y sociales. Quienes abogan por este horario prefieren tener horas de luz por la tarde

  • Seguridad: Se ha observado que, al haber más luz durante las horas de mayor tráfico vespertino, se reduce el número de accidentes de tráfico

  • Ahorro energético (moderado): Aunque se debate su eficacia, el ahorro de energía sigue siendo uno de los principales argumentos para mantener el cambio, ya que se aprovecha mejor la luz natural del día y se reduce el uso de iluminación artificial. Algunos defensores del cambio esgrimen que el horario de verano «sí permite ahorrar hasta un 5% en el consumo eléctrico nacional»

Críticas al horario de verano permanente

Entre las críticas a esta opción de dejar permanentemente el horario de verano destaca la posición de la Sociedad Española de Sueño (SES) y otros expertos en cronobiología, quienes defienden la adopción permanente del horario de invierno (UTC+1), ya que se alinea mejor con la realidad astronómica y los ritmos biológicos. En cambio, si el horario de verano se mantuviera todo el año, en los meses de invierno el amanecer podría no producirse «antes de las 9.30 horas» en algunas ciudades españolas.

Argumentos a favor del horario de invierno permanente:

  • Salud circadiana: El reloj biológico, regulado por la luz, se beneficia del horario de invierno. La SES indica que este horario promueve un ritmo biológico más estable y un despertar más natural que coincide con el amanecer. Si se mantiene el horario de verano, el desajuste podría ser crónico, ya que habría falta de luz por la mañana en invierno y exceso de luz por la noche en verano

  • Rendimiento cognitivo: El horario de invierno favorece una mayor exposición a la luz natural durante la jornada laboral y escolar. La SES señala que este horario «mejora el rendimiento intelectual y, ayuda a disminuir la aparición de enfermedades». Además, facilita la conciliación al adelantar las rutinas, permitiendo que las personas coman y duerman cuando les corresponde

  • Prevención de enfermedades: El horario de invierno permanente ayuda a disminuir la aparición de enfermedades como las cardiovasculares, la obesidad, el insomnio y la depresión

Una de las posturas más claras en este sentido es la de Fundación máshumano, ya que según su opinión mejora «los horarios que ayudan a conciliar y obtener un buen rendimiento laboral». Aunque serían menos horas de sol en invierno «amplía el horario de sueño y adelanta las horas de alimentación adquiriendo hábitos más saludables; entre marzo y octubre, el sol saldría una hora antes ayudando a un despertar más natural y orgánico mejorando la calidad de vida en los ciudadanos que empezarían sus jornadas de trabajo o estudio de día». Para María Sánchez-Arjona, presidenta de Fundación máshumano «que la Comisión Europea y el Gobierno de España planteen adaptar el horario trae numerosos beneficios que deben estar en consonancia con las políticas de conciliación y flexibilidad de las empresas».

Críticas al horario de invierno permanente

Adoptar el horario de invierno permanente significaría decir adiós a las largas tardes de verano. Para sectores como el turismo y la hostelería, anochecer antes podría ser perjudicial, afectando a la demanda de ocio vespertino. Además, algunos ciudadanos rechazan este horario para realizar sus actividades de ocio cotidiano, alegando que «a las 5 de la tarde ya es de noche».

En definitiva, la decisión de qué horario adoptar permanentemente divide a la sociedad, enfrentando los beneficios para la salud y la conciliación que ofrece el horario de invierno contra los beneficios económicos y de ocio del horario de verano. Mientras que la SES aconseja el horario de invierno (GMT+1), gran parte de la población parece preferir el horario de verano para disfrutar de la luz vespertina. El Consejo de Europa deberá tomar una decisión que puede crerar grandes diferencias entre países muy alejados entre sí, y por lo tanto, con grandes diferencias de horas de sol a lo largo del año.

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